Cuarta entrega de la historia del oscuro universo de Mutant Chronicles/Warzone
LA HERMANDAD
Las Megacorporaciones siguieron luchando entre ellas por el control del Sistema Solar, sin hacer caso del mensaje conciliador de Nathaniel Durand. Consciente del peligro que se avecinaba, Durand fundó la Hermandad, un grupo religioso, y comenzó a enseñar a algunos de sus discípulos lo que él llamaba "El Arte".
El Arte era una especie de manifestación psíquica, con la que Durand obraba sus milagros. Aquellos con suficiente voluntad podían aprender a usarlo, y así Durand, al que la Hermandad había dado el título de Cardenal, enseño a los mejores de sus discípulos los siete aspectos del arte: la Cinética, la Premonición, el Cambio, el Exorcismo, los Elementos, la Manipulación y el Mentalismo.
Las Megacorporaciones vieron en Durand un problema, y enviaron asesinos para acabar con él, cada una por su lado. Mientras tanto, en Marte, en las antípodas de San Dorado (la ciudad más grande del planeta y sede de la megacorporación Capitol), surgió una monstruosa Ciudadela, con torres retorcidas. Cuando las Fuerzas Armadas de Capitol fueron a investigar, la Ciudadela vomitó una legión de monstruos con armas de pesadilla, guiando un enorme ejército de soldados muertos en combate. Eran los soldados de Capitol, de Bauhaus, de Mishima y de Imperial, muertos en la terrible guerra corporativa y reanimados por aquellos monstruos tecnológicos. Entonces, la humanidad conoció el nombre de Algeroth, el Apóstol de la Guerra y de la Tecnología Oscura. Por todo el Sistema Solar surgían nuevas Ciudadelas, y los ejércitos de monstruos, alienígenas y cadáveres de la Legión Oscura atacaban las ciudades, los puestos avanzados y casi cada punto de los dominios del hombre.
En Luna, el Cardenal Durand apareció ante una multitud de seguidores, millones de ellos congregados para escuchar la palabra del Cardenal. También fue transmitido por televisión y radio hasta todos los rincones del Sistema Solar. Durand habló de la Legión Oscura y del Alma Oscura; de cómo había sido confinada en Nerón eones atrás, y de cómo había regresado para ahogar a la humanidad en una marea de oscuridad y muerte. Habló de cómo el Alma Oscura había infectado las máquinas inteligentes, volviéndolas contra sus creadores. Habló de Ilian, la Primera Apóstol de la oscuridad, y de su dominio de la Simetría Oscura, el poder arcano de otra dimensión. Habló de Semai, el Apóstol del Odio, que siembra las mentiras en el corazón de los hombres y vuelve a hermano contra hermano. Habló de Muhawije, el Apóstol de la locura, el que infecta la mente del hombre con la demencia. Habló de Demnogonis, el Apóstol de la enfermedad, señor de la muerte y la pestilencia. Y habló de Algeroth, el Apóstol de la guerra y señor de la tecnología oscura.
Y dijo que esa oscuridad podía ser derrotada.Tras ello, hizo desfilar a ciento cuarenta y cuatro hombres. Eran los asesinos enviados por las Megacorporaciones para acabar con él. Uno a uno, habló con todos ellos, pidiéndoles que se arrepintieran y que lo ayudaran en su Cruzada. Ciento treinta y siete de ellos juraron lealtad eterna al Cardenal. Los siete que se negaron fueron perdonados y puestos en libertad. Uno de los siete trató de aprovechar el momento, y se lanzó sobre Durand con un cuchillo. Durand alzó la mano, y un gran brillo cegó a los presentes. Cuando el fogonazo cesó, el asesino ya no estaba. Por las mejillas del Cardenal corrían lágrimas. "Y al César lo que es del César"
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