jueves, 5 de enero de 2023

La aventura de Sven, el Magnífico.


Este relato es una adaptación del trasfondo clásico de tres escenarios de 1ª y 2ª edición de Warhammer Fantasy Battles: El Magnífico Sven, El Santuario de Rigg y La leyenda de Kremlo, el Slann. Para ello actualicé su contexto al marco creado por Bill King entre las ediciones 4ª-7ª de WHFB, eliminando conflictos de canon, siguiendo la línea temporal de la Tormenta del Caos y unificando las diversas historias de un trasfondo de las primeras ediciones que todavía estaba por madurar. Espero que os guste y que por supuesto sirva de cariñoso homenaje a la memoria de uno de los primeros diseñadores que tuvo WHFB así como al legado que nos dejó sobre Lustria, Norsca y Amazonas.


LA HISTORIA HASTA EL MOMENTO...

Lustria es un continente inmenso y controlado por la incesante vigilancia de los Hombres Lagarto. Sus Ciudades-Templo son el hogar de esta raza, inmensas construcciones donde su esquematizada civilización continúa prosperando con el fin de llevar a cabo el plan de los Ancestrales, auténticos bastiones que saben defender de cualquier enemigo. Pero fuera de estas ciudades se encuentra la espesura de la jungla, donde pueden encontrarse con otras razas y seres que ansían hacerse con sus riquezas y antiguos conocimientos.

La que en otro tiempo fue parte esencial en la culminación de los planes de los Ancestrales se había visto mancillada por los fracasos previos a la creación de los Hombres Lagarto. La mayor de sus manchas es la de verse obligados a convivir en el mismo territorio que en el resultado de los experimentos de la Ancestral renegada, Rigg: las Amazonas. En la época previa a la Gran Catástrofe, el resto de ancestrales consintieron los experimentos paralelos del la Ancestral y durante aquel período ambas razas mantuvieron una coexistencia cordial. Sin embargo, tras el colapso de los portales y la devastación que supuso para el mundo la llegada del Caos, las Amazonas decidieron refugiarse para resistir el asalto mientras los Hombres Lagarto sufrían el grueso del ataque de los demonios. Desde entonces ambas razas permanecen apartadas la una de la otra, y de este modo el conocimiento de los Ancestrales continúa dividido.

Con el paso de los siglos, los humanos consiguieron encontrar el camino de regreso a Lustria. Si bien algunos lo intentaron y no vivieron para lograrlo, el primero que lo consiguió fue el explorador nórdico Losteriksson. Los humanos consiguieron establecer una colonia a la que llamaron Skeggi en las cercanías de la Ciudad-Templo de Hexoatl. Si bien las intenciones de los colonos eran evidentes para los Hombres Lagarto, inicialmente no les consideraron una amenaza y las gentes Losteriksson parecían conformarse con recoger algunas baratijas de los templos devastados, y cuando algún incauto posaba sus manos en algún objeto verdaderamente preciado para ellos sabían cómo hacerles entender su error. Pero las historias sobre marinos que habían viajado hacia Lustria para regresar inmensamente ricos pesaban más en los corazones que las de los drakkars que partían con cincuenta hombres para regresar con diez, o directamente no hacerlo.

Con el paso de los años otros hombres fueron tomando el lugar de Losteriksson, las historias de riquezas atraían tanto a bárbaros nórdicos de toda índole como a enanos que parecían poseídos por la fiebre del oro. Tras Losteriksson, Skeggi no había tenido un gobernante respetable y los diversos caudillos cobraban peajes a todo aquel que quisiera entrar o salir del continente. La que otrora fuera una colonia próspera pasó a ser famosa a ser infame a los ojos de los hijos de quienes la erigieron. Skeggi se había convertido en la puerta de entrada a Lustria para los bárbaros adoradores del Caos, y aquellos que entendían mejor las señales y enseñanzas de la jungla en Skeggi decidieron partir hacia la espesura con la esperanza de encontrar su lugar más allá de aquellas costas.

Se desconoce por tanto la fecha en la que fue fundada la aldea de Vastervik, aunque se sabe que se encuentra en algún lugar al sur de Skeggi navegando por las aguas del Río Amoco y cercana a las ruinas del Templo Cholulec -el cual fue saqueado por completo tras su llegada. Las costumbres de sus lugareños no distan demasiado de como eran las gentes de Skeggi durante la fundación de la colonia. Además de cosechar cebada de fuerte hidromiel y llevar una vida mayormente apacible, tampoco es raro que realicen expediciones al interior de la selva cuando el ansia de aventura aflora. Sin embargo esto no hace otra cosa que avivar las sagas épicas propias de antiguos héroes del pueblo. El anonimato es el mejor arma que tiene la aldea para sobrevivir. Para muchos, la idea de que haya más de un asentamiento humano en Lustria es descabellada y tienden a pensar en Skeggi siempre que alguien haya querido hablar sobre Vastervik. Esto produce una ausencia total de viajeros ávidos de oro y, por lo tanto, haciendo que los escasos tesoros encontrados por los exploradores queden para la aldea y sean compartidos entre las familias.

De todas formas y a pesar de sus esfuerzos, los Hombres Lagarto siguen resultando una amenaza para estas aldeas. Si bien hay claras diferencias entre unos pueblos y otros, los Hombres Lagarto apenas las encuentran. Los Magos-Sacerdotes Slann tienden a comparar estos asentamientos humanos con un tumor que se reproduce con el único fin de devorarlo todo a su paso. Las pesquisas de los exploradores que se adentran por sendas prohibidas están a la orden del día, y aunque los Hombres Lagarto acostumbran a salir victoriosos de dichas escaramuzas esto no siempre es así.

En algunas ocasiones, son los hombres Lagarto los que salen escarmentados de sus encuentros con los bárbaros nórdicos. De ser así, no es raro que los bárbaros intenten no dejar títere con cabeza. Aunque hay historias que demuestran que los bárbaros tienden a ser descuidados en ese aspecto y puedan quedar supervivientes tras las refriegas. Historias como las de el saurio viejaestirpe Gurggl Estelaverde y el chamán eslizón Kremlo “el Slann”.

El que fuera el hogar de Gurggl Estelaverde fue asaltado por saqueadores venidos del asentamiento de Skeggi. Se trataba de Bárbaros del Caos ansiosos de sangre, oro y gloria. Los bárbaros encontraron el pozo de desove de la ciudad inactivo entre sus ruinas, con los huevos de la que hubiera sido la nueva generación de Hombres Lagarto en letargo a la espera de recibir las señales de una red geomántica ahora desestabilizada. Los bárbaros profanaron la ciudad templo y acabaron con los huevos, ya fuera para comerlos o arrojarlos por diversión. El destino quiso que uno de los huevos quedara oculto e intacto, y que tiempo después fuera recuperado por los de su raza. Gurggl creció consciente de su pasado y llegó a convertirse en un poderoso guerrero y hábil general de huestes que siente un odio inquebrantable sobre los Bárbaros y el caos que intenta destruir el mundo. Pero los Slann habían profetizado para Gurggl un destino mucho más grande, un destino que lo unía a la aldea de Vastervik.

La historia de Kremlo es similar en su inicio a la de Gurggl, aunque se tornó completamente distinta. Sabiendo que el momento de levantar las armas contra los hostiles estaba próximo, los Slann habían ordenado mandar señales a sus acólitos Eslizones enviar señales con la esperanza de que alguna de las Ciudades-templo en ruinas pudieran recibirlos. Y así fue. En la Ciudad-Templo de Zapotec comenzó la eclosión de centenares de huevos. Siendo aún una cría de eslizón recién salida del huevo, las ganas de vivir de Kremlo hicieron que se separase de sus hermanos para explorar el mundo que lo rodeaba poco antes de que los bárbaros arrasasen con todo. Kremlo huyó a la jungla, y sin duda sobrevivió por llevar en sus pálidas escamas azuladas la marca de los Ancestrales. Pero algo ocurrió al margen de los planes de los Slann. Desvalido y a punto de desfallecer, Kremlo fue encontrado por el líder bárbaro Harold Stoutback, quien era un buen hombre y antecesor de Haarld Havangatt como jefe de la aldea de Vastervik muchos años atrás. En lugar de abatir a la criatura como hubieran hecho muchos otros, Harold acogió al eslizón y resultó ser un padre adoptivo excepcional, lo trataba exactamente como a uno de sus propios hijos. Aunque no está claro por qué hizo esto, se intuye que tuviera la esperanza con ese gesto de demostrarles a los Hombres Lagarto que sus razas podrían coexistir.

Pasaron varias décadas en las que Kremlo parecía integrado en la tribu, a pesar de tener una pronunciación tosca y que sus instintos lo hicieran reaccionar en ocasiones de forma distinta a como lo hiciera cualquier otro. No todos veían con buenos ojos la presencia de un Eslizón en la aldea, pero confiaban en su jefe y su amparo lo protegía de ser tratado diferente a cualquier otro, lo cual aprovecharon para apodarlo de manera jocosa “el Slann”. Sin embargo, el momento había llegado para Kremlo sin que éste lo supiera. Harold había salido a cazar por las montañas con un grupo de hombres y para cuando anocheció aún no habían regresado. Al día siguiente, Kremlo partió siguiendo el rastro de su padre adoptivo y nunca más volvieron a saber de él, pero lo que sí conoció Kremlo fue la triste verdad de su ser.

En un claro de la selva se encontró con Gurggl, y junto a él el cadáver de Harold. Kremlo mantuvo la sangre fría como era de esperar en alguien de su raza mientras Gurggl se le acercaba con paso lento y firme, al tiempo que le tendía una extraña placa de oro con runas grabadas. El instinto de Kremlo no percibió amenaza alguna en los movimientos del Viejaestirpe y consiguió vencer sus contrariados sentimientos, aunque le llevó un largo momento aceptar la tablilla. Al sentir el suave tacto del metal, su mente se vio invadida por los recuerdos de otra vida, tal vez de la vida que hubiera tenido de no haberse encontrado con Harold e insultando así a su raza al educar a un eslizón como a un bárbaro humano, o puede que incluso fuese otra vida que tuviera en algún momento anterior a ese. Kremlo había dado el primer paso para restaurar el ancestral poder de los Hombres Lagarto, pero aún le llevaría tiempo asimilar del todo su auténtica personalidad, aceptar su destino en el mundo y desarrollar el poder innato que poseía. Kremlo y Gurggl se adentraron en la jungla, soñando con el propósito de tener una nueva vida y ver cumplidos sus sinos...

UNA AVENTURA COMIENZA...

Había transcurrido más o menos una década desde la llegada de Sven Hasselfriesian a la localidad nórdica de Iquitos,  sobre las riberas del río Amoco. Sven había huido a Lustria buscando una nueva vida tras el accidente en el Gremio de Ingenieros que le costó el brazo a su -por aquel entonces- amigo Burlok Damminson. Se había trasladado brevemente a Barak-Varr donde concluyó la construcción de la Voltsvagn, su preciado navío con motor de alcohol. Una invención tan revolucionaria atrajo las miradas del Clan Cragbrow, que vio su monopolio de barcos amenazado. Ello unido al accidente sufrido en Karaz-a-Karak favoreció su expulsión del gremio y sufrir la ya famosa bajada de calzones.

Sven partió en el Voltsvagn y atracó en Marienburgo, donde se quedó un tiempo para modificar su barco y añadir unos cuantos artilugios. Durante este tiempo, Sven conoció al director Arkat Fooger, y los dos entablaron de inmediato una amistad y relación de negocios. Fooger conseguiría talleres y materiales para Sven a cambio de derechos exclusivos sobre la venta de los inventos del Ingeniero renegado.

Con los beneficios de este acuerdo, Sven decidió realizar una expedición a Lustria en el 2355 CI. Fooger costeó muchos de los gastos de la expedición a cambio de un porcentaje de cualquier cosa de valor obtenida por Sven y su tripulación. Allí reclutaría a Juggo Jorikson -un matador enano nórdico- como su primer oficial y guardaespaldas personal y con su ayuda reunió una tripulación de enanos y bárbaros norses. La expedición alcanzó la Costa de la Tarántula de Lustria tras muchas batallas con las criaturas de las profundidades. Sven y sus compañeros chocaron repetidas veces con los Hombres Lagarto en las ruinas de Cholulec. Pasaron años antes de que "el Magnífico Sven" regresase con el barco cargado de tesoros y demostrando así la astucia de Fooger, cuya fortuna se vio reforzada por su éxito.

Tras haber saldado cualquier deuda que le pudiera quedar para con su interesado mecenas, Sven decidió regresar a Lustria con los ahorros que le quedaban y montar un taller en el que trabajar en sus inventos. No le fue difícil forjarse un nombre como artesano del metal en Iquitos, sobre todo teniendo en cuenta que los destellos y explosiones que se escuchan desde su destilería iluminan y perturban la tranquilidad del cielo nocturno de la aldea en numerosas ocasiones. Pero el espíritu ingenioso e inventivo de Sven se siente carente de propósito si no da rienda suelta al potencial de sus invenciones.


La fama de su navío le precede en Iquitos, y todos aquellos que han buscado atravesar las traicioneras corrientes del río Amoco han encontrado en Sven y en su tripulación a los mejores aliados. Ya fuese acompañando a cazadores de tesoros o nobles ricachones con ansias de realizar un safari, de vez en cuando conocía alguien que parecía compartir con Sven una sincera pasión por la aventura, y por el oro. Con el tiempo y conforme más trabajos aceptaba, Sven fue conociendo diversos individuos a los que recurriría siempre que la suma de dinero mereciera la pena el riesgo.

Juggo Jorikson es el compañero más antiguo de Sven, y su segundo de a bordo. Fue el primer enano que conoció en la Posada del Paquete -llamada así por usarse como centro de envío y recepción de mensajería en la zona portuaria de Iquitos-. Juggo llegó a Lustria hace pocos años por el mismo motivo que todos los demás, y a los pocos días se unió a la tripulación de un tal Erisch “Cabezamartillo” Hamstringsonn. En una de sus primeras misiones encontraron numerosos tesoros que los hubieran enriquecido lo bastante como para retirarse a vivir a Kraka Drak de haberlo deseado. Sin embargo, Juggo y sus compañeros fueron asaltados por al menos quinientos eslizones... aunque Sven sabe que Juggo tiende a exagerar por cinco el número de eslizones cada vez que cuenta esa historia. Lo que Juggo no cuenta a menudo es que trató de huir del ataque de los eslizones, pero fue alcanzado por decenas de aguijones de cerbatana y aunque pudo morir solo quedó inconsciente. Tras despertar, donó a los familiares de sus compañeros los tesoros que había amasado, se embarcó en una borrachera épica que duraría año y medio. Al despertar se había hecho matador y la gente ya lo apodaba “el inconsciente”. 

Karl Ustracutter es uno de los muchos aventureros humanos nórdicos que Sven ha conocido durante su estancia en Lustria. Ustracutter es originario de Norsca pero acudió a Lustria junto a tantos otros bárbaros tras oír los rumores de fabulosas riquezas. Pese a tener unas costumbres propias de su región y tras numerosas batallas, Ustracutter adquirió grandes conocimientos tácticos y sus dotes de mando lo convirtieron en uno de los generales mercenarios más ricos y conocidos en las tierras de Lustria. Su última aventura, sin embargo, fue desastrosa. Los soldados de Ustracutter fueron emboscados y capturados por las tribus locales de pigmeos caníbales. El general nórdico y un puñado de guerreros sobrevivieron, pero fueron capturados y devorados uno por uno. Ustracutter sin embargo se ganó el respeto de los pigmeos tras intentar escapar una docena de veces, y le perdonaron la vida aunque a cambio solamente le comieron una pierna. Tras ello se dedicó a realizar otro tipo de expediciones menos peligrosas bajo contrato.

Aygar Mistletaine es, por contra, originario de los asentamientos nórdicos de Iquitos y el mago nórdico más viejo de todo Iquitos. Ha sido compañero de Ustracutter en los últimos años, quien ha hecho un esfuerzo mayor por lograr sacarlo de su torre que por mantenerlo a salvo en sus expediciones. En su juventud participó e incluso dirigió numerosas incursiones, pequeñas y grandes. Un día, él y un grupo de compañeros penetraron en la antigua tumba de un Slann y Aygar quedó atrapado entre inmensas losas de piedra, en un espacio tan pequeño que apenas podía moverse. Estuvo encerrado durante más de dos años. Se mantuvo con vida a base de recoger agua que goteaba del techo y usar un hechizo de “sacar peces del sombrero” que había aprendido de un pescadero de Iquitos, aunque su salud mental se deterioró y se encerró en su torre a estudiar libros de hechizos durante décadas.

Raidocks Timmowit es un halfling recién llegado en Lustria. Se escapó de casa y compró un pasaje de ida con un comerciante elfo, y viajó a Iquitos por mar. Su plan era dirigirse directamente al interior y allí hallar la fama y la fortuna. Su visión se hizo pedazos cuando todo su dinero fue robado dos días después de llegar a la Posada del Paquete. Perdió la mayoría de sus restantes posesiones durante un desastroso escarceo con el juego. Una noche dejó su único conjunto de ropa secándose fuera y también se lo robaron. Obviamente, Raidocks no tenía un billete de vuelta. Raidocks ha estado lavando platos en la Posada del Paquete hasta que Sven vio en él a un habilidoso saqueador y mejor cocinero. Escribe cartas a su hogar diciendo que “trabaja en la hostelería”.

Riolta Nieve es una de las compañeras de Sven más inusuales, pues a diferencia del resto del grupo Riolta ya es inmensamente rica. Su familia pertenece a la nobleza de Cracia, y conoció a Sven cuando Riolta lo contrató para que lo acompañase de caza por Lustria y para utilizar su navío como transporte de sus trofeos. Su familia está bastante obcecada en lograr que ingrese en los Leones Blancos, aunque Riolta está más interesada en disfrutar de sus vacaciones viviendo aventuras. En sus viajes por Lustria ha contemplado maravillas ocultas como el Santuario de Rigg y ha experimentado la realidad de las tribus amazonas, algo del todo inusual para ser alguien de fuera de estas tierras.

La última compañera del grupo es Karra Lakota, una amazona cuya corta vida ha sido un relato de rebelión, intransigencia y pereza. Su madre la obligó a marcharse de casa y unirse a las Devotas de Kalim. Las Devotas sirven a la todopoderosa Hermandad Amazónica. La vida entre las Kalim era ardua, extenuante e implacable. Karra se sentía miserable, entró en conflicto con sus superioras una vez tras otra y fue castigada con aún más trabajo y horarios de servicio aún más largos. Al final fue contactada por una subversiva facción oculta de kalimistas. Su oposición a la autoridad le gustó, y se hizo miembro. Karra estaba sirviendo en el Santuario de Rigg cuando se involucró en una ambiciosa conspiración. Cuando Karra descubrió las verdaderas intenciones de la facción, delató a las conspiradoras y huyó a la jungla llevándose una poderosa reliquia antigua. Acabó en Iquitos, un lugar que odia porque no soporta a los norses ni su actitud chovinista.

Tras huir de sus perseguidoras, Karra fue descubierta por Riolta y ella pudo cuanto menos atestiguar que su historia podía ser cierta. Ya no había forma de adentrarse de nuevo en la jungla sin arriesgarse a ser encontradas por aquellas fanáticas, de modo que decidió esconderse en el barco de Sven durante un tiempo sirviendo de vigilante. Aunque la mayoría de las veces se la encuentra dormida entre sacos de arpillera, Sven se propuso que aprendiera a ser útil a bordo de la Voltsvagn y le enseñó a utilizar la artillería del navío.

Sven y Juggo recibieron una inesperada visita de madrugada, después de una de tantas noches en las que Sven se había quedado de borrachera junto a Juggo en la Posada del Paquete. Ya se habían quedado sin dinero otra vez y el tabernero estaba harto de financiar borracheras que tendían a ser olvidadas más tarde. La puerta de la posada se abrió dejando entrar la luz del alba y arrastrando las sombras de un anciano aquejado de lumbalgia y un joven acompañante. Se trataba de Haarld Havangatt, y decía ser jefe de la aldea nórdica de Vastervik, a orillas del Río Ljunger. Sven trató de mantenerse discretamente en el anonimato, esperando que el anciano no resultase ser un antiguo acreedor. Sin embargo, Haarld comenzó a relatar su historia. Al parecer, su aldea había tenido un desarrollo próspero hasta que hace unos meses los Hombres Lagarto comenzaron a realizar incursiones en la aldea y capturan a los aldeanos que se arriesgan a cuidar de las zonas de cultivo más alejadas.

Si Sven aceptó el trabajo no fue por las ciento treinta monedas y las dos jarras de cerveza que Haarld le pudo ofrecer a él y a Juggo. Sven sabía que las amazonas tenían un templo cercano a aquella región de la jungla, pues Karra procedía de aquel territorio. También era consciente de los enormes problemas territoriales que tienen las amazonas con los saurios de la zona, y sabían por Karra que en ocasiones las amazonas se han desprendido de parte de sus riquezas a cambio de la ayuda que pudieran necesitar. Sin duda, la posibilidad de ser recompensados por las Amazonas resultaba más apetecible que arriesgarse a arrebatarles a los Hombres Lagarto aquello que considerasen suyo, y es una idea que Juggo también compartía. Sven apuró la jarra de cerveza y así aceptó el trato.

Con una resaca galopante y un puñado de promesas de oro y gloria, Sven recorrió Iquitos en busca de guerreros ansiosos de ganar fortuna. Por suerte para Sven, en Iquitos se encontraban cada poco tiempo oleadas de guerreros que llegaban a Lustria engañados bajo esa misma clase de promesas. Reunió un grupo de bárbaros y de enanos nórdicos capaces ansiosos de conocer los tesoros que ofrecía el continente y evitó responder a las preguntas más incómodas para que lo siguieran. Y así comenzaría la gran aventura de Sven el Magnífico.

*****

Si has llegado hasta aquí, intuyo que te ha gustado este relato -y me alegro mucho-. Si quieres profundizar un poco más en esta historia, debes saber que tiene dos desenlaces distintos pues sirve de hilo conductor a la campaña narrativa presentada en el suplemento “Escenarios y campañas 2022” de Warhammer Reforged. Lo encontrarás en la sección de descargas del blog de Warhammer Reforged.


lunes, 14 de noviembre de 2022

Proyecto "La Asamblea (9): Tres años después...

Allá por la segunda mitad de 2019 tomé una decisión: iba a hacer un ejército de Halflings para jugar a Warhammer Reforged. No tenía nada más que un puñado de miniaturas sueltas y los retazos de información que podía sacar de los manuales de WHFB, WFRP, la clásica White Dwarf y de la infame lista de la Horda Hambrienta que apareció en la Citadel Journal. Quienes habéis seguido esta serie de artículos sabéis lo que vino después: un trabajo enorme dedicado al diseño del libro de ejército, la fabricación de moldes y clonado de miniaturas con la que empezar a componer el ejército y pintura, mucha pintura. Llevaba largo tiempo sin actualizar estos artículos y el fin de semana pasado me animé arealizar unas improvisadas fotos de familia con todo lo que llevo pintado hasta el momento (hay alguna miniatura suelta más, pero así hacía más bonito).






Lo que ya llevo pintado:

  • 40 Milicianos con Grupo de mando.
  • Dos unidades de 30 Arqueros con Grupo de mando.
  • 14 Batidores con Honda que utilizo como destacamento.
  • 10 de Caballería de batalla (jinetes de ponis)
  • 2 Embrochetadores (Lanzavirotes)
  • 1 Olla Caliente.
  • 20 Leñadores con Grupo de mando.
  • 25 Pequeños Espaderos con Grupo de mando. 
  • 12 Jinetes de Gallos Jigantes con Oficial y Músico.
  • 8 peanas de Enjambres de corral.
  • 10 Patrulleros Sylvanos.
  • 1 Carro de Ponis.
  • 6 Ogros de la Asamblea.
  • 4 Jinetes de águilas con Oficial.
  • 1 Hombre árbol.
  • 1 "Kathleen", el Tanque sopero.
  • 6 personajes (general, 2 héroes, mago, cocinero y portaestandarte




Y lo peor-mejor de todo es que aún me queda muchísimo por hacer. Pero os aseguro que el objetivo final es conseguir al menos una unidad de todas cuantas hay en el libro de ejército, así como miniaturas suficientes como para representar todo el elenco de unidades, personajes especiales y personajes con remoquetes. Ahora mismo estoy a falta de una unidad de Honderos de poder jugar a 4000 puntos con todo pintado y sin representar nada.

También quisiera recalcar que esto no hubiera sido posible sin amigos fabulosos que han hecho alguna que otra cabriola con el fin de procurarme ciertas unidades con sus impresoras 3D. También he colaborado en algunos Patreons y Kickstarters y comprado stl's que para mi sorpresa parecían hechas ex profeso para este ejército. Allá por 2019 me parecía muy difícil -si no impensable- poder representar ciertas unidades sin tener que invertir un montón de horas en modelismo. Pero el mundo ha avanzado a pasos agigantados en este tiempo y resulta que estoy a dos unidades de tener todas las opciones posibles del libro. Luego pues sí, me haría falta encontrar una solución al tema de los personajes que van montados Quien se ponga a buscar hoy en día encontrará una variedad de opciones alucinantes, vivimos un momento en el que es más fácil que nunca hacerse el ejército de tus sueños.

Antes de terminar quiero añadir que doy consciente de que estas fotos no son las mejores del mundo, pero me servirán como aperitivo para el "Guerra en Color" del próximo Annual de Reforged. Se ha convertido en una tradición personal ver cuánto crece el ejército año tras año y la satisfacción que siento al verlo no cabe en este artículo.

viernes, 31 de diciembre de 2021

¡Adiós, 2021! ¡Hola, 2022!

Nos encontramos a las puertas de fin de año y es momento de echar la vista atrás una vez más. Esta es pues una entrada muy personal, y aunque también trataré temas relacionados con el hobby también hablaré también de otros temas que poco o nada le importarán a nadie. Avisado quedas.

 


Este año ha estado un tanto marcado por las pérdidas. “¿Qué se ha perdido?” te preguntarás. Bueno a nivel informático se perdieron cositas. No es algo personal, pero me viene a la mente la tragedia sufrida por los compañeros de ¡Cargad! cuando se incendiaron los centros de datos en los que se almacenaba su web (la suya y la de decenas de miles de usuarios) cuando la “nube” ardió. Afortunadamente para todos, Pater Zeo hizo uso de la nigromancia informática para hacerla resurgir de sus cenizas.



En lo que a mí se refiere, el año ya empezó con la pérdida de mi antiguo disco duro. La típica caída tonta, el mítico resbalón de dedos propició la pérdida de un año de trabajo personal y de más de una década de archivos bajados de la red. Sí, casi todo mi material de archivo se desvaneció, o casi todo aquello de lo que no tenía una copia de seguridad y por no hablar de todos los proyectos iniciados (o que no publiqué en su día tras acabarlos por alguna u otra razón). Sé que es una tontería cuando lo comparas a la pérdida que sufrieron Nama y los suyos, lo sé. Pero aunque sea a pequeña escala no pude evitar empatizar con su situación. Afortunadamente en ambos casos acabamos tocados pero no hundidos, y aunque habrá cosas que se hayan perdido para siempre el poder de las copias digitales pudo restaurar parte de toda esa labor. Hay cosas que volvieron a estar como siempre, otras que han “regresado” a un estado pre-alfa, y algunas que habrá que reconstruir desde cero.

Pero la pérdida que más me ha marcado en los últimos meses ha sido la de mi querida furgoneta. Sí, esa furgoneta que os mencionaba en tantos artículos cada vez que nos íbamos a tal o cual torneo vio el fin de sus días en un accidente múltiple en autovía; durante 17 años y cientos de miles de kilómetros me llevó por senderos inimaginables. ¡Cuántos viajes disfruté con mis amigos gracias ella! ¡A cuántos torneos nos llevó! ¡Cuántos transportes y mudanzas se comió con el fin de sacarme un dinerillo con el que subsistir cuando no tenía trabajo! ¡Cuántos trayectos hacia tal o cual acto! ¡En cuántas fiestas nos dio cobijo, en aquellos montes dejados de la mano de dios! Y por qué no decirlo, ¡cuántos polvos eché en ella! Bueno, tampoco es que fueran demasiados pero unos cuantos sí que hubo. Su último acto de generosidad fue dar su vida por la mía para que yo no sufriera ni un rasguño y que pudiera seguir adelante.


 

Hasta siempre, compañera.


Si he empezado por cuánto se ha perdido ha sido precisamente para dejarlo marchar lo antes posible y centrarme en todo lo que se ha ganado. Para terminar con la ristra de temas personales, volví a recuperar mi antiguo empleo en -leer con total desdén y falta de pasión por la vida- la fábrica de cajas. Ante las dudas que te puedan asaltar ahora; no, no ensamblamos las cajas, tampoco contendrán golosinas nunca, sí hay líneas amarillas que puedes seguir para volver a la puerta de entrada y el proceso se realiza a una velocidad cuatrocientas veces superior de lo que tu cerebro cree. Después de varios años saltando de curso en curso del paro estando en la ruina económica, sobreviviendo a base de ñapas informáticas, mudanzas, chapuzas y los sobres de mi abuela por fin estoy empezando a volver a ganarme la vida (al punto de haber conseguido un contrato indefinido, algo que mis ojos no habían visto nunca).

Pasando ya a temas que puede que te interesen más si has llegado hasta aquí, toca hablar del tema recurrente: Warhammer Reforged. Este colosal hobby me ha absorbido bastante. Osea, más, quiero decir. Desde finales de agosto hasta hace un mes estuve totalmente enfrascado en el proceso de desarrollo de los libros de ejército alternativos, el cual os aseguro no ha sido un parto fácil. Decidí ser previsor y repasar con buena calma aquellos libros de ejército de los cuales he sido responsable directo, y menos mal que empecé a finales de verano porque el tiempo se fue esfumando como por arte de magia. Para rematar la faena, a falta de 3-4 semanas para sacar los libros la Ley de Murphy se cebó con el ordenador de Yibrael y su sistema operativo se fue al carajo con el resto de los libros dentro. Así que no solo tuve que buscar la manera de acceder a los datos (virtualizando un Ubuntu sobre el suyo para acceder a la estructura de archivos), sino que me comí esta vez en solitario la revisión de formato y corrección de erratas. Para pegarse un tiro al terminar. Es por todo esto que considero una pena no hablar de ciertas cosas... así que lo voy a hacer.



Sobre La Asamblea: ¿Qué decir de estos pequeñajos que no haya dicho ya? Han sido una de mis pasiones en los últimos años. Comprendí finalmente que el ejército no funcionaba mal en su versión beta, pero que necesitaban un empujón para llegar a poder hacerle frente a su gran rival: los ejércitos con tropas de Resistencia 4. No quería caer en el error de barrer para casa, pero había cambios importantes a realizar. Por lo demás tengo pendiente seguir avanzando en la pintura y enseñaros algunas de mis últimas adquisiciones así como hablaros de algunas miniaturas a las que les he echado el ojo.

Sobre Tierras del Sur: Nunca fui un fanático de los lagartos, aunque sí de los trasfondos rebuscados, fragmentados y anacrónicos. “No hay mucha información” es la frase que más repiten aquellos que se atreven a tocar el tema. Y es cierto, hay que mirar en mil sitios solo para encontrar en ocasiones unas vagas descripciones pero aquello suponía un desafío. Una vez reunida toda la información fue base suficiente para rellenar todo lo demás con alguna que otra licencia histórica prestada del mundo real (era lo que hacían los diseñadores de Fantasy desde siempre, y si no, preguntadle a Mazdamundi). Os juro que le he puesto el mayor de los cariños y he dado lo mejor de mí por plasmar un libro único en su especie y lleno de personalidad, en el que los Eslizones fuesen los auténticos protagonistas y que sea digno para todos aquellos interesados en esta parte del mundo de Warhammer Fantasy.

Sobre los Hobgoblins y Machotez de Grimgor: De estos libros hay que decir que me subí a los proyectos ya iniciados por Yibrael para realizar los testeos y terminar de darles un poco de personalidad. Cualquiera que se haya embarcado en la tarea de realizar un libro de ejército propio por diversión para jugarlo a la edición que sea sabe que los no es una tarea que se realice de una sola tacada; hay ideas que madurar, puede que meses más tarde de darlo por cerrado te des cuenta de algo que cambia tus perspectivas... y agota. Tarde o temprano llega un punto en que se te acaban las ideas o te falta inspiración para enfocar los problemas que surgen. Así que como con todo me alegro de haber podido aportar lo que ha estado en mi mano para reforzar la jugabilidad de unos ejércitos muy particulares a la par que competentes. Espero de verdad que disfrutéis de la particular visión que os ofrecemos sobre estos singulares pielesverdes.

Sobre los libros alternativos en general: Pese a que en ocasiones haya sido un poco agobiante, ha sido en parte un placer y un privilegio haber tenido la oportunidad de echarles el guante a los documentos para pegarles un repaso personalmente al estilo del formato y eliminar las erratas de escritura. Y además haber trabajado de forma más estrecha con los autores de los mismos (mis buenos ratos me tiré hablando con Jolrael y Luffy sobre Middenland y Eshin, respectivamente), que al final cuatro ojos ven más que dos. Aunque como todo en esta vida, no podía salir todo a la perfección...

Sobre el Culto de Matadores en concreto: Creo que debo decirles algo a los jugadores Enanos de Reforged algo sobre este libro de ejército. Lo siento, os pido disculpas. Para quienes no lo sepan, el estado en el que salió el libro no es aceptable y asumo la responsabilidad. Como dije más arriba he sido yo quien maquetó a contrarreloj los 20 libros de ejército, pasaron varios días sin poder dedicarles ni un rato y cometí un gran descuido al dar el libro por acabado. Mariano, autor del libro, me tuvo que pedir que le echara un cable pues tampoco tenía apenas tiempo libre en esas fechas y tampoco pudo estar pendiente de lo que hacía. Para cuando quise darme cuenta yo me vi con varios documentos rescatados del ordenador de Yibrael y varias notas sueltas del Telegram. La falta de tiempo y de comunicación hizo el resto. Así que en esta ocasión podéis ir diciendo que un Skaven tuvo la culpa. Os prometemos que en cuanto nos tomemos un pequeño descanso en la vida diaria y podamos atender nuestras obligaciones corregiremos el libro como es debido para que quien quiera lo pueda imprimir sin problemas. A fin de cuentas, Reforged es nuestro hobby y le dedicamos el tiempo que nos es posible.

Y sobre lo que está por venir: es de sobra conocido que la sarna con gusto no pica, y que pese a tener la cabeza como un bombo refleja una tendencia sadomasoquista en mí el haber maquetado 20 libros para continuar maquetando en mis ratos libres. Ojo, pero lo que a mí me apetece y no lo que me marque el calendario.

Sabéis que en el Reforged Team no somos de hacer spoilers, pero puedo deciros un par de cosas. La primera, que como va siendo habitual encontraremos un rato a lo largo del año para actualizar algunas de las listas alternativas a la categoría de libro de ejército en fase beta. Y la otra es que yo al menos tengo en la lista de tareas para este año dos nuevas listas alternativas; una es la tercera en discordia de algo que me pidieron hace mucho y, bueno... más bien son tres, porque la segunda me estaba dando un dolor de cabeza bárbaro y la tuve que dividir en dos o me iba a salir la barba haciéndola. Y es que más bien son cuatro, aunque la cuarta ni la cuento porque es como muy... ¡blarg! Además, varios de mis compañeros también están haciendo sus deberes (algunos de ellos los llevabais años pidiendo, truhanes), y entre todos procuraremos seguir haciendo que este hobby crezca tanto que el próximo Annual tenga que venir en varios tomos.

Para terminar quisiera mencionar también a mi querida Asociación Cultural Sigil. Porque siendo tan hogareña como es, creo que ha salido ganando mucho durante el último año. No es que el número de socios haya crecido de manera vertiginosa, pero a mi juicio siguen estando los mejores. Me siento afortunado de tener un espacio que poder compartir con gente afín a mis gustos (o más diversos). Porque poder dedicarme a mi hobby en la forma que me plazca y con la gente a la que aprecio es algo que, para mí, no tiene precio.



Lo creáis o no hay muchos otros temas de los que me gustaría hablar, pero lo dejaré para otra ocasión porque ya os he dado la tabarra bastante. Se despide de todos vosotros el vil y deleznable Niño Borracho. Y por supuesto, ¡OS DESEO FELIZ AÑO NUEVO!
 



jueves, 19 de agosto de 2021

Tras el torneo de Warhammer Reforged en "El Orco Rojo", Valladolid

Han pasado casi dos semanas desde el torneo a 2000 puntos de Warhammer Reforged que tuvo lugar en la tienda "El Orco Rojo" de Valladolid, al cual tuve la fortuna de poder asistir junto con uno de mis amigos de la Asociación Cultural Sigil. Hablaré por supuesto de los detalles del encuentro pero también ha sido una experiencia muy intensa, por lo que la contaré desde mi propia perspectiva como jugador en lugar de ser una simple reseña publicitaria.

 

Tras pegarnos el madrugón, mi copiloto el mejor copiloto del mundo y yo partimos hacia la tierra de los Celtas Cortos -de lo mejor que ha salido de Valladolid, en ese y otros aspectos- escuchando por supuesto "Salida de emergencia". Nada más llegar frente a la tienda nos encontramos de bruces con el resto de jugadores, comenzaron las presentaciones y aprovechamos para tomarnos un café mientras abría la tienda. Fue un placer conocer en persona a Jolrael, otro miembro del Reforged Team. Por supuesto me salí del personaje y me presenté por mi propio nombre -no, no pone "Niño Borracho" en mi DNI- y cuál fue mi sorpresa cuando uno de los jugadores acabó atando cabos y dijo "¡hostia, si tú eres de los jefazos!"; ante lo cuál no sabía dónde meterme pero admito que fue gracioso experimentar esa situación en vivo.

La tienda abrió y Lucas -el dueño de la tienda- supo ponernos en orden rápidamente y organizó las batallas. Se determinaron al azar los dos primeros escenarios, Romper la línea y Sangre y gloria, siendo Batalla campal el último escenario que se jugaría. Si mencioné al chico sorprendido antes ha sido también porque me tocó jugar contra sus Hombres lagarto, defendiendo el escenario con mis Halflings. Esta primera batalla estuvo muy marcada por la suerte. Si bien los ejércitos cuyas tropas tienen un valor de Resistencia de 4 son un hueso duro de roer para los Halflings, he de decir que el haval hasta acababa por pedir perdón cada vez que salvaba una de las heridas que lograba cauusar sobre sus tropas. Sin embargo también logré sorprenderlo con mis Pequeños espaderos y aprendió a tenerlos en cuenta. Resultado: masacrado.

 

La segunda batalla tuvo lugar contra un ejército de Condes Vampiro enfocado a las Lahmia, en el escenario Sangre y gloria. En principio el escenario pudo haber sido mío, porque mi oponente tenía tan solo cuatro puntos de gloria y yo ocho y el objetivo era reducir ese número a dos; desafortunadamente para mí, mi personaje con Francotirador no hizo bien su labor, de lo contrario podía haber ganado el escenario de haber acabado con su general. Además tuve que hacer frente a tres unidades Etéreas y sin tener apenas Ataques mágicos en mi ejército -solo algunos personajes los tenían-. Y sin embargo logré acabar con su unidad de Lobos espectrales por resolución del combate. Hicimos la pausa para comer, algo que mis miniaturas estaban deseando. Ya para rematar la faena, tras capturar varios de mis estandartes me hizo la "gallegada" de pegarme al Portaestandarte de batalla sin desafiarme, y la batalla fue suya. Sé que no puedo enfadarme por ello porque a fin de cuentas es una táctica legítima que impide hacer inmortales a los personajes, pero !hacerle eso a un Halfling, cómo se puede ser así! ¡Vergüenza sobre ti, vergüenza sobre tu vaca! Resultado: masacrado.

 

En la última batalla me enfrenté a los Altos Elfos en el escenario Batalla campal. Se trataba de un ejército que podía haber sido muy duro en otras circunstancias, pues contaba con dos unidades de Yelmos plateados, una de Dragoneros y otra de Maestros de la espada con un Señor del conocimiento que podían Flotar. En esta ocasión tuve más suerte, según se mire; mi Cocinero logró hacer Tozudas a mis unidades en el núcleo del ejército -¡Viva el vino!- aunque a costa de desatar una Fuerza irresistible. Murió a consecuencia de la disfunción, pero toda la fuerza del ataque de mi contrincante se estrelló contra mis Halflings. Llegado mi turno, logré apoyar con mis ogros haciendo cargas por el flanco e hice huir su caballería, por lo que solo era una cuestión de tiempo hacer huir al resto y decidimos que el resultado fuese una Victoria decisiva a mi favor.

 

En la clasificación final, mis Halflings no se llevaro nada. Por no llevarse, no se llevaron ni la "cuchara de palo" pues quede undécimo y no último. En el podio quedaron medalla de bronce los Demonios del Caos, los Bretonianos se llevaron la medalla de plata y el oro fue para los Dragón Sangriento. Que ahora que lo pienso fue la leche, porque ya en la primera partida quería conceder por "lo mal que le estaban saliendo las cosas"... cosas que pasan. Al final de todo se sortearon los premios en vales de la tienda entre los participantes y lo aproveché de inmediato para llevarme para casa unas cuantas miniaturas para mí y para algunos de los amigos que no pudieron asistir. Yo incluso había llevado copias de algunos marcadores de Warhammer Reforged impresos para repartir entre los jugadores, y quien fue el ganador del torneo tuvo el detallazo de regalarnos a cada uno una miniatura impresa y temática de nuestros ejércitos.

A lo largo del día no había nadie de los presentes con quien no hubiera podido tener la ocasión de mantener unas palabras (incluso con dos tipos que se acercaron por la tienda a preguntarme a mí precisamente qué me parecían otras iniciativas... fue muy curioso). Me encantaría poder relatar todas las vivencias y sensaciones que me proporcionó charlar con toda la gente, pero me sería imposible. Prefiero quedarme con lo último que he comentado antes sobre los regalos: aquel día fue un regalo en sí mismo, de todos y para todos. Por ser el único de los miembros iniciales de la iniciativa que había podido acercarse hasta allí me llevé el cariño y agradecimiento que le correspondía a todos los miembros del Team y en gran parte al resto de la comunidad. Si hay algo de lo que quizás tenga más mérito es por el hecho de haber hecho flipar a mis oponentes con el ejército que llevé. Eso, y el haberlo compartido con una de las personas a las que más aprecio he ganado en los últimos años. Es algo que no tiene precio.

Y ahora, metralleta de fotos de lo que ha sido uno de los días más estupendos que he tenido en el último año y medio largo:




































































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