miércoles, 9 de marzo de 2011

Trasfondo de Warzone y Mutant Chronicles (7: La Fundación de Cybertronic)

Séptima entrega de mi crónica del trasfondo de Mutant Chronicles/Warzone.

LA FUNDACIÓN DE CYBERTRONIC
Tras la promulgación de los Tres Edictos del Cardenal Thot, la humanidad vivió un milenio en lo que algunos llamaron la Era Dorada y otros la Era de la Apatía. Los representantes de la Hermandad estaban por todas partes, para supervisar la paz entre las Megacorporaciones y para asegurarse de que los Tres Edictos no eran incumplidos.

Algunos sostenían que el Primer edicto acabó con todo progreso. Otros decían que el Segundo Edicto evitó que el hombre alcanzara las estrellas. Muchos comenzaron a murmurar que el Tercer edicto se usaba para justificar la terrible represión de los Inquisidores de la Hermandad. Mientras iban pasando los siglos, la gente comenzó a pensar en la Legión Oscura como un mito, una historia inventada por la Hermandad para justificar su poder.


Y, mil años después de la muerte del Primer Cardenal, Nathaniel Durand, el poder de la Hermandad comenzó a resquebrajarse, y la ilusión de unidad de los seres humanos más allá de las Megacorporaciones comenzó a desvanecerse.

Comenzaron a alzarse voces clamando contra la corrupción que anidaba en el seno de la Hermandad. Y no les faltaba razón.


Primero fue la corporación Mishima. Habían estudiado en secreto durante el último milenio el Arte, los fabulosos poderes mentales de la Hermandad, y finalmente consiguieron dominarlos, si no completamente, al menos su propia versión, a la que llamaron Ki. Cuando salió a la luz, la Hermandad acusó a los Maestros Ki de Mishima de Herejía, pero la megacorporación se negó a entregarlos, y anunció que se apartaba de la línea doctrinal de la Hermandad.


Después vino la Fundación de Cybertronic. 
La Bolsa de Luna colapsó de la noche a la mañana, sin que ningún financiero pudiera preverlo. Las cuatro Megacorporaciones perdieron en cuestión de segundos millones y millones de acciones, que fueron a parar a un  pequeño e insignificante holding independiente llamado Inversiones Cybertronic Inc.
Gracias a una antigua ley que todavía no había sido derogada (pero que lo fue inmediatamente después), Cybertronic se convirtió en la quinta Megacorporación, muy cercana en tamaño a Imperial. Miles y miles de empleados corporativos de todos los nivles abandonaron sus puestos el mismo día para unirse a Cybertronic. Bauhaus fue la que más sufrió el éxodo hacia la nueva y misteriosa Corporación. 


La nueva Megacorporación estableció su sede en los asteroides Ceres y Dembovska, así como en algunas lunas de Jupiter. Su tecnología estaba muy por encima de la obsoleta tecnología pre-digital de las otras cuatro Megacorporaciones, porque Cybertronic había violado abiertamente el Primer Edicto del Cardenal Thot: había construído máquinas capaces de pensar como hombres. Incluso había ido más allá, y muchos de los empleados de Cybertronic tenían partes corporales robóticas: eran cyborgs, seres de las leyendas anteriores a la caída de la tecnología. Y lo más increíble de todo: la tecnología de Cybertronic era incorruptible, y sus ciudadanos tenían el alma inmaculada. Los videntes y mutadores de la hermandad no hallaron rastro de corrupción en ellos.


Y así surgió Cybertronic, la quinta y última Megacorporación, con secretos indescifrables y tecnología que desafiaba a la mismísima Hermandad. Esta se tambaleó tras la aparición de Cybertronic, y parecía que la hegemonía espiritual y terrenal de la Hermandad en el Sistema Solar iba a terminar.


Nadie estaba preparado para lo que vino después.

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