viernes, 11 de marzo de 2011

Trasfondo de Celtos (1: El nacimiento de la Tierra)

Hace tiempo comencé un proyecto de traducir el manual básico de Celtos al español, pero cuando ya llevaba una buena parte del trabajo hecho (como podéis ver), otras actividades y obligaciones me obligaron a dejarlo en suspenso. He encontrado algo de tiempo y he comenzado a traducir la parte que me faltaba, el Trasfondo, y para que la pasividad no me invada de nuevo, voy a empezar a colgar los capítulos en el blog (trataré de traducir al menos uno diario). Además, cuento con la motivación extra de que estoy montando una pequeña banda de Fir Bolg a partir de mi caja de restos (comprar figuras no se presenta como una opción viable para mi economía en estos momentos...).

Aquí va el primer capítulo:


EL NACIMIENTO DE LA TIERRA

Antes de que los muchos mundos llegaran a existir, sólo estaba la Tierra Eterna. En la Tierra Eterna sólo había una diosa: Anu.

Anu fue la Primera, la Eterna, la Belleza más allá del Tiempo y carente de límites. Anu tenía todo lo que necesitaba para prosperar en la Tierra Eterna. Si deseaba hidromiel, los ríos y lagos borboteaban con un dorado brebaje; si quería gachas de avena, su caldero siempre estaba lleno y caliente. Tenía más ganado del que fácilmente podía contar, y una gran fortaleza dorada para refugiarse. Había bayas de serba para comer todo el año, y los salmones saltaban desde el río a sus pies si ella lo deseaba. La tierra rebosaba vida, y le entregaba su botín si ella lo deseaba.
Pero aun no estaba contenta. Todos los grandes tesoros de la Tierra Eterna eran para ella, y sólo para ella. Podía tener lo que quisiese con sólo desearlo, pero no había creado nada en esta tierra. Todo venía de alguna parte, pero ella ignoraba de dónde.

Anu decidió beber de los ríos y lagos de hidromiel para olvidar sus problemas. Tomó su gran cáliz de diosa y, sumergiéndolo en un lago se bebió la mitad de este. Como el trago le supo a poco , volvió a llenar su cáliz y vació el lago con un segundo trago. Sin que Anu lo supiese, había un gusano en el fondo del lago, y se lo tragó sin darse cuenta la segunda vez que bebió. Tras beberse el lago de hidromiel, Anu se sintió mareada y se fue a su fortaleza dorada a descansar.

Mientras Anu dormía, el gusano creció en su vientre hasta convertirse en un hombre. Esto perturbó su sueño y la hizo sentirse enferma durante la noche, hasta que expulsó el contenido de su tripa, y tuvo que traer un cobo de agua para lavar las losas. El pequeño hombrecito fue arrastrado por el agua hacia el exterior.

Anu despertó al día siguiente, sintiéndose cansada, pero la carga de sus anhelos estaba extrañamente ausente. Fue a traer al interior su ganado para ordeñarlo y se encontró con que había un hombre esperándola en el exterior. Este era el gusano del lago de hidromiel, que había crecido en su cuerpo hasta alcanzar la forma de un hombre. Anu lo llamó Arawn, el primerr Dios Cornudo, y lo hizo su consorte.

Lo que Anu no sabía sobre Arawn era que tenía un hermano en el lago, que había quedado varado cuando ella bebió todo el hidromiel. Una vez Arawn se convirtió en hombre y se vio en brazos de Anu, olvidó todo acerca de su pequeño hermano gusano. El hermano de Arawn fue llamado Crom Cruich y envidió a este por su buena fortuna, y odió a Anu por haber drenado su lago. Crom Cruich se arrastró fuera del lecho seco del lago, y continuó su camino a través de los pastos hasta la fortaleza de Anu. Era solo un pequeño guisano, y su viaje duró varios meses. Crom pensó esconderse en una de las bebidas de Anu, para así convertirse en un hombre en su vientre como su hermano, y después desafiar a la diosa y a Arawn por el dominio de la Tierra Eterna. Una vez hubo alcanzado la fortaleza, Crom cruich entró en un pozo de agua limpia y clara que había en el patio. Pero cometió un terrible error, pues era el pozo que Anu usaba para abrevar a su ganado y así mantener su leche cremosa y blanca. Al día siguiente, Crom fue tragado por una de las vacas de Anu, en cuyo estómago permaneció por algún tiempo, ideando un medio de escapar de su confinamiento.

Mientras Crom Cruich intrigaba y se arrastraba por la Tierra Eterna, Anu y su compañero crearon un nuevo mundo. Pero este nuevo mundo no era como la Tierra Eterna; era yermo, estéril. Anu y Arawn tomaron suelo fértil, y cosas que crecían, y animales de la Tierra Eterna, y los colocaron en el nuevo mundo. Después de una Era, el nuevo mundo estaba vibrante y repleto de vida. Anu estaba complacida con su obra, y la llamó Goria. Anu y Arawn concibieron una nueva raza de sus hijos para hacer honor a ellos, y los llamaron Fir Bolg. Anu otrorgó su ganado y otras bestias para servirla los Fir Bolg, y Arawn descendió a Goria con ellos para ser su maestro. Con el ganado, Anu mandó a Goria a Crom Cruich, que en este nuevo mundo vio una forma de llevar a cabo su venganza. Acabó desde dentro con la vaca que se lo había tragado, y logró roer un camino hasta el exterior del cadáver. Entonces perforó un agujero en el suelo y se escondió en él, donde su cuerpo creció mórbido y repugnante, trayendo la muerte a Goria con su presencia. En su impiedad, Crom dio nacimiento a nuevas criaturas para honrarle, del mismo modo que las plantas y las bestias honran a Anu. Los hijos de Crom Cruich son los gusanos, los escarabajos negros, los cuervos y otros saqueadores y carroñeros.

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