Tengo esta figura desde hace mucho tiempo, y pese a ser horrenda, siempre me ha parecido que tiene un encanto especial. Se trata de un antiquísimo Nigromante de Citadel (o quizá de Marauder), que compré de Tercera mano allá por el 96. Lo pinté y acabé vendiéndolo a un tipo que coleccionaba Condes Vampiro. Tiempo después, ese tipo se lo vendió a un amigo mío, y hace un par de años volvió a mis manos. Tras un baño en disolvente, lo pinté de nuevo. Aquí tenéis el resultado final, y cuando veáis sus ojos entenderéis por qué le llamo el Drogomante maldito:
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