SEÑOR BURR, GUARDIÁN DEL TEMPLO
El ocupante del Undécimo asiento del Consejo de los Trece es el Señor Burr, el Guardián del Templo, y el segundo al mando de los Videntes Grises. El Señor Burr comenzó como un peón excepcional del Consejo de los Trece, un guardaespaldas del predecesor del Señor Kritslik, y un agente que llevó a cabo numerosas misiones de gran importancia. Su ascenso meteórico de su posición realmente comenzó cuando la Rata Cornuda dotó a Burr con pelaje gris y la habilidad de usar magia. Incluso entre los Videntes grises se temía el genio y la habilidad de Burr, y fue terriblemente difamado. El Señor Burr, sin embargo, había sido uno de los más capaces agentes del Consejo de los Trece, con años de experiencia y también un conocimiento personal e íntimo de la protección y la seguridad de que un vidente gris requiere. Burr también utiliza a algunos de sus antiguos compañeros y a los agentes del Consejo como peones en sus planes. En sus primeros cinco años el Señor Burr sobrevivió a dos intentos de asesinato y a numerosos ataques políticos. En esta tormenta de violencia Burr prosperó, y dos docenas de sus oponentes, todos Videntes Grises, desaparecieron o murieron en circunstancias misteriosas.
Después de aquella vorágine sangrienta, Burr fue simplemente ignorado por los demás Videntes Grises. Este período de soledad fue esencial para dotar a Burr de tiempo para progresar en sus habilidades mágicas. Plagaskaven entera se sorprendió cuando el olvidado Burr pronto ascendió al Consejo en una cadena de acontecimientos confusos que ninguno (excepto Burr) pudo predecir. Con la inesperada muerte violenta de un Señor de la Descomposición, de todos los miembros de su guardia personal, la muerte y desaparición de los otros candidatos y acciones similares, el Señor Burr consiguió la aprobación de la Rata Cornuda, y el Consejo le aseguró el éxito y el ascenso a un puesto como Señor de la Descomposición.
Burr es un individuo astuto, y tiene un alto grado de control del Imperio Subterráneo. Siempre es enigmático y renuente a hablar, lo que deja perplejos a los demás miembros en cuanto a qué motivaciones o metas mueemplo. Se cree que el nombramiento de Lord Paskrit fue planado por Lord Burr, y los dos han sido aliados desde entonces. Burr, aunque es el segundo Vidente Gris más poderoso, se mantiene al margen de casi todas las actividades de los Videntes Grises. Burr ha sido y siempre será visto como un extraño por sus compañeros Videntes Grises, debido a su origen humilde. Este elitismo por parte de los Videntes Grises simplemente distancia al Señor Burr, que se considera muy superior a sus compañeros videntes. Burr trabaja en estrecha colaboración con Kritslik, aunque el Señor de los Videntes no confía en este advenedizo.
Esta rivalidad con los otros Videntes Grises y la falta de aceptación significa que Burr no siente ningún deseo de actuar en interés de los Videntes, o trabajar en conjunto con ellos en el Consejo. No es seguro si aprueba el papel de Morskittar y Kritslik en el Consejo, en particular sobre sus planes acerca de los seres humanos.
Burr es el Guardián del Templo, y su función es velar por la seguridad y la conservación del Templo de la Rata Cornuda. Él es también el segundo en la Jerarquía de los Videntes Grises, espiritualmente por debajo del Señor Kritslik, pero deja de lado completamente esa función importante, crucial y de gran alcance. El abandono de este aspecto de sus funciones ha provocado la furia entre los Videntes, pero el Señor Kritslik está agradecido de esto, ya que no tiene que compartir esa responsabilidad con el Señor Burr. A través de su mando de la Guardia albino del Consejo y de otras fuerzas en Plagaskaven, Burr puede ejercer un control casi total de todo Plagaskaven a excepción de un puñado de las explotaciones de Clan en la periferia. El Señor Burr es robusto y fuerte, cubierto de pelo corto gris que es de color blanco en las puntas, y todavía tiene los ojos albinos rosa rojizo de su servicio como Guardia en el Consejo. Su rostro está cubierto de una serie de cicatrices de las misiones anteriores a su ascenso como Vidente. Él es muy tranquilo, y tiene muy poco que decir en las discusiones políticas, prefiriendo mantener sus opiniones y motivaciones en el misterio para los demás miembros del Consejo de los Trece.
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