Pese a que en numerosas ocasiones hemos hecho referencia a “LA REGLA MÁS IMPORTANTE”, lo cierto es que nunca nos hemos parado a explicar con claridad su significado. Y dado que estamos en el límite que separa un año de otro quisiera remediar eso, aprovechando el cóctel de pesadilla que parece embriagar a los seres humanos de falsas buenas pretensiones durante estas fechas para que tal vez el estimado lector lo asimile mejor. Así que antes de empezar te diré que si esperabas una respuesta simple y concisa... la encontrarás al final del artículo, puedes saltarte la paja si quieres.
Esta regla sirve como recordatorio de que los juegos sirven para divertirse. Y más teniendo en cuenta aquellos juegos o aficiones que se disfrutan en conjunto, entre amigos. Es por ello que se grabó en el reglamento de Warhammer Reforged; para que en esos momentos de tensión y emoción que se viven durante las partidas nos acordemos del propósito del juego, que es representar entre amigos una historia de grandes batallas en este mundo de fantasía.
Pero tampoco diré jamás que querer ganar una batalla no sea importante. A fin de cuentas es el objetivo de ambos jugadores. Aprecio cuando mi rival me hace pensar en las jugadas, porque ofrecerle un buen desafío al oponente es también una forma de hacer interesante y divertida una batalla. En mi caso -y no digo que a todo el mundo le ocurra- no disfruto tanto una batalla a partir del momento en que preveo claramente lo que va a pasar en los siguientes turnos, cuando la batalla ya está decidida tanto en un sentido como en el otro.
Este hecho (saber quién va a ganar) en ocasiones puede quedar decidido incluso en dos momentos antes de empezar a jugar. El primero puede darse durante el despliegue de las unidades. El segundo, a la hora de configurar las listas de ejército. Voy a centrarme sobre el segundo, puesto que éste no es un artículo sobre tácticas y ya hay muchos otros que sabrán dar esas lecciones mucho mejor. Pero si hay algo que quiero resaltar antes de entrar en materia es que el sistema de Warhammer Reforged (y claro está, el resto de ediciones oficiales de Warhammer Fantasy) debe soportar tanto su enorme variedad de opciones como la imaginación de sus jugadores a la hora de aplicarlas. Debe soportar con la misma eficiencia una partida a 1000, 3000, 5000 o incluso más puntos.
He de diferenciar ahora entre aquellos jugadores que empiezan en el juego y quienes ya puede que lleven años de partidas a las espaldas (aunque de los primeros, todavía queda alguno). Lo habitual es pensar en una táctica a la hora de confeccionar la lista de la partida, y de seguro que el oponente hará lo propio. Sin embargo, quienes tengan un bagaje sabrán que no hay dos partidas iguales, que entre jugar a 2500 o a 3000 puntos va un mundo y sin embargo de 3000 a 3500 no hay apenas diferencia. Pero ocurre que las opciones que nos ofrecen el sistema y los libros de ejército son exactamente las mismas.
Tras doce meses en los que el Reforged Team ha mantenido un contacto constante con la comunidad para realizar una revisión acorde a la progresión del proyecto es inevitable tomarse un pequeño lapso de tiempo de vez en cuando para echar la vista atrás y comprobar que en efecto el proyecto ha ido evolucionando acorde a su espíritu inicial. Puedo afirmar que así ha sido, pero tampoco puede discutirse que también ha debido adaptarse a los nuevos tiempos. Si tomáramos la versión de los manuales de 2015 y las comparásemos con los de la edición actual comprobaríamos que los cambios más importantes han sido tres: la corrección de un camión de faltas de ortografía, la precisión en la redacción de las reglas y la supresión de las combinaciones más destructivas de aquella época.
Si bien el primero era inevitable, los otros dos tienen su razón de ser y atienden a la misma causa; este ya no es un juego para mí, mis amigos y los cuatro colgados que le dieron una oportunidad hace cuatro años. Ahora Warhammer Reforged es un juego para una comunidad. Ello implica que tiene que ser un juego divertido para mucha más gente. Al igual que otro tipo de comunidades que viven “aisladas” de la sociedad, lo hacen porque son un modelo a pequeña escala de la sociedad que les rodea. Es por ello que mis amigos y yo (un modelo en miniatura de una comunidad de juego) podríamos seguir jugando con la versión de 2015 prácticamente sin problemas; porque somos un pequeño colectivo que sabe interactuar sin grandes problemas y coincidimos en que durante las partidas queremos divertirnos dejando a un lado las discusiones. Pero eso ya no es tan sencillo a gran escala y ahora las mismas reglas deben ser igualmente funcionales para una gran cantidad de gente de lo más variopinta, que puede que lo único que tengan en común es esta pasión por Warhammer.
¿Dónde está entonces el problema? Pues en lo que he intentado explicar en el párrafo anterior. No todo el mundo comparte los mismos puntos de vista sobre las partidas que mis amigos y yo, y muchos de ellos pueden chocar. Donde yo puedo ver un libro cargado de opciones que me da la oportunidad de realizar un sin fin de listas variadas y alguna que otra barbaridad el día que me pegue el punto, otro jugador va a tomar la opción más poderosa de manera monolítica, y para él dicha opción eclipsará a todas aquellas que no igualen su poder, y la incluirá en todas y cada una de sus listas alegando que el resto son mierda en comparación.
Sigo creyendo que no habría nada de malo en haber dejado ciertas cosas como estaban entonces si no supiéramos que hay gente que va a abusar de ellas (en otras por supuesto que no, somos humanos y cometemos errores). Porque entre mis amigos y yo no pasa nada porque un día alguien meta algo que parta el tablero en dos, podemos autolimitarnos en ese sentido pero somos conscientes de que hay gente que es incapaz. Es por ello que de vez en cuando leemos quejas interminables sobre el poder de algunas opciones o de lo limitadas que están otras.
Y no es fácil ponerse de acuerdo, hablando como miembro del Reforged Team es algo que os puedo asegurar. El propósito principal del Reforged Team es el de implementar la visión más heterogénea, amplia y cohesionada posible sobre el sistema de juego de Warhammer, respetando el enorme abanico de posibilidades que ofrece junto con el de todos sus libros de ejército, y como siempre ligado al trasfondo de dicho mundo. Este reducido equipo de personas es además la encargada tanto de recoger las ideas y propuestas el resto de la comunidad como de señalar aquellos puntos que todavía generen problemas y discusiones durante las partidas; es decir, todo aquello que vaya en contra de LA REGLA MÁS IMPORTANTE. Y si a nosotros mismos nos cuesta en ocasiones ponernos de acuerdo en algunos temas, no quiero pensar lo que pueda haber en cada casa.
Si hay algo que desde el Team no podemos hacer por mejorar el juego es decidir qué lista vas a jugar. Cada jugador es quien decide si va a utilizar una lista todoterreno, de gran movilidad, defensiva, centrada en el ataque, potenciando los personajes, con mucha magia o artillería... y con el tiempo y la experiencia de varias partidas cada jugador acaba viendo qué opciones pueden resultar demasiado determinantes de ver en mesa. No es el mismo peso el que puede tener un Tanque a vapor Imperial o un Demonio de Hierro de los Enanos del Caos en una partida a 3000 puntos que a 1500, y sin embargo ambas opciones ya ocupan la categoría más restrictiva dentro de sus respectivos libros. ¿Deberíamos acaso limitarlos más, con una nota que diga “no jugar a pocos puntos, niños malos”? La respuesta es evidentemente no.
Es aquí quizá donde puedo hacer un pequeño inciso para recordar que Warhammer no es un juego que pueda ser equilibrado, nunca lo fue y nunca lo será por mucho esfuerzo que haya detrás en intentarlo. Si bien y como dije antes desde el Team hemos buscado la forma de nivelar ciertos fallos en el diseño original de reglas, otros han sido corregidos aplicando la lógica del trasfondo (y es que en realidad, ¿por qué un Slann iba a usar cualquier otra cosa que no fuera el Báculo prohibido de no ser porque está prohibido?). Por muchas puntas que se corten el pelo vuelve a crecer; vienen los lobos y te matan un par de ovejas, pero si los matas a ellos entonces el resto de animales salvajes te comen el sembrado. Pon el símil que más te convenza.
Es cada jugador quien decide, pero tal vez si le das una pista a tu oponente de tus intenciones más diablescas y le das la oportunidad de defenderse a la hora de hacer la lista de ejército es posible que la partida resulte igualmente divertida para ambos. A fin de cuentas sois ambos quienes decidís la forma de pasar la jornada. Y conozco casos de gente que juega pegándose cuchilladas, pero lo hacen entre risas porque saben que esa es la tónica y que habrá una revancha. Teniendo claras las intenciones tampoco es que sea algo tan horrible. Todas estas experiencias refuerzan además nuestra postura de promover los encuentros frente a los torneos. Al eliminar el factor psicológico de obtener un premio mayor que el del rival al final del día que dependerá de lo bien o mal que juegues (además de los despiadados dados) el ambiente se vuelve mucho más relajado. Deja de ser una competición y se convierte en una experiencia única que recordar con buen sabor de boca.
Personalmente desde que juego a Reforged ya habré alcanzado a jugar el mismo numero de encuentros que torneos jugué durante la octava edición de Fantasy. Soy consciente de que ni el ambiente que promovemos ni mi situación como jugador es la misma de entonces, pero hay cosas en las que no he cambiado y una de ellas es en mi forma de jugar. Pero es que yo juego “igual de mal” que hace diez años. E igualmente tampoco han cambiado las pretensiones del proyecto.
Nunca se ha pretendido que Reforged llegase a ser la iniciativa más numerosa desde la ¿muerte? de Warhammer Fantasy, ni lo queremos intentar. Tan solo esperábamos darle una oportunidad de seguir disfrutando de este mundo a todos aquellos que comprendieron desde el principio su verdadero propósito y dejando a un lado la toxicidad que se promovía desde Games Workshop con el afán de seguir obteniendo beneficios a costa de sangrar sin cuidado ni cariño el mundo de fantasía que tanto disfrutamos. Por eso nos anima ver que hay tanta gente que sí comprende la filosofía de juego que promovemos y que a día de hoy se esfuerza en darlo a conocer entre sus amigos. Porque es la gente por la que ha valido la pena todo este esfuerzo.
Espero que hayas disfrutado del artículo. Si has llegado hasta aquí tras leer semejante parrafada hasta el final te lo agradezco con sinceridad, te considero una persona de gran fortaleza mental y preparada para lo que viene ahora. Por ello te invito a que me dejes un comentario con aquello que te veas impulsado a decirme. Pero antes terminaré cumpliendo lo prometido, pues dije que daría una respuesta clara y concisa al significado de esta regla, y no es otra que la otra lectura de ésta:
"LA REGLA MÁS IMPORTANTE" significa que si eres idiota* no vas a jugar.
P.D. Casi se me olvida, ¡feliz año nuevo!
*Aquel o aquella que solo se preocupa de sus asuntos e ignora los de los demás.
Pero tampoco diré jamás que querer ganar una batalla no sea importante. A fin de cuentas es el objetivo de ambos jugadores. Aprecio cuando mi rival me hace pensar en las jugadas, porque ofrecerle un buen desafío al oponente es también una forma de hacer interesante y divertida una batalla. En mi caso -y no digo que a todo el mundo le ocurra- no disfruto tanto una batalla a partir del momento en que preveo claramente lo que va a pasar en los siguientes turnos, cuando la batalla ya está decidida tanto en un sentido como en el otro.
Este hecho (saber quién va a ganar) en ocasiones puede quedar decidido incluso en dos momentos antes de empezar a jugar. El primero puede darse durante el despliegue de las unidades. El segundo, a la hora de configurar las listas de ejército. Voy a centrarme sobre el segundo, puesto que éste no es un artículo sobre tácticas y ya hay muchos otros que sabrán dar esas lecciones mucho mejor. Pero si hay algo que quiero resaltar antes de entrar en materia es que el sistema de Warhammer Reforged (y claro está, el resto de ediciones oficiales de Warhammer Fantasy) debe soportar tanto su enorme variedad de opciones como la imaginación de sus jugadores a la hora de aplicarlas. Debe soportar con la misma eficiencia una partida a 1000, 3000, 5000 o incluso más puntos.
He de diferenciar ahora entre aquellos jugadores que empiezan en el juego y quienes ya puede que lleven años de partidas a las espaldas (aunque de los primeros, todavía queda alguno). Lo habitual es pensar en una táctica a la hora de confeccionar la lista de la partida, y de seguro que el oponente hará lo propio. Sin embargo, quienes tengan un bagaje sabrán que no hay dos partidas iguales, que entre jugar a 2500 o a 3000 puntos va un mundo y sin embargo de 3000 a 3500 no hay apenas diferencia. Pero ocurre que las opciones que nos ofrecen el sistema y los libros de ejército son exactamente las mismas.
Tras doce meses en los que el Reforged Team ha mantenido un contacto constante con la comunidad para realizar una revisión acorde a la progresión del proyecto es inevitable tomarse un pequeño lapso de tiempo de vez en cuando para echar la vista atrás y comprobar que en efecto el proyecto ha ido evolucionando acorde a su espíritu inicial. Puedo afirmar que así ha sido, pero tampoco puede discutirse que también ha debido adaptarse a los nuevos tiempos. Si tomáramos la versión de los manuales de 2015 y las comparásemos con los de la edición actual comprobaríamos que los cambios más importantes han sido tres: la corrección de un camión de faltas de ortografía, la precisión en la redacción de las reglas y la supresión de las combinaciones más destructivas de aquella época.
Si bien el primero era inevitable, los otros dos tienen su razón de ser y atienden a la misma causa; este ya no es un juego para mí, mis amigos y los cuatro colgados que le dieron una oportunidad hace cuatro años. Ahora Warhammer Reforged es un juego para una comunidad. Ello implica que tiene que ser un juego divertido para mucha más gente. Al igual que otro tipo de comunidades que viven “aisladas” de la sociedad, lo hacen porque son un modelo a pequeña escala de la sociedad que les rodea. Es por ello que mis amigos y yo (un modelo en miniatura de una comunidad de juego) podríamos seguir jugando con la versión de 2015 prácticamente sin problemas; porque somos un pequeño colectivo que sabe interactuar sin grandes problemas y coincidimos en que durante las partidas queremos divertirnos dejando a un lado las discusiones. Pero eso ya no es tan sencillo a gran escala y ahora las mismas reglas deben ser igualmente funcionales para una gran cantidad de gente de lo más variopinta, que puede que lo único que tengan en común es esta pasión por Warhammer.
¿Dónde está entonces el problema? Pues en lo que he intentado explicar en el párrafo anterior. No todo el mundo comparte los mismos puntos de vista sobre las partidas que mis amigos y yo, y muchos de ellos pueden chocar. Donde yo puedo ver un libro cargado de opciones que me da la oportunidad de realizar un sin fin de listas variadas y alguna que otra barbaridad el día que me pegue el punto, otro jugador va a tomar la opción más poderosa de manera monolítica, y para él dicha opción eclipsará a todas aquellas que no igualen su poder, y la incluirá en todas y cada una de sus listas alegando que el resto son mierda en comparación.
Sigo creyendo que no habría nada de malo en haber dejado ciertas cosas como estaban entonces si no supiéramos que hay gente que va a abusar de ellas (en otras por supuesto que no, somos humanos y cometemos errores). Porque entre mis amigos y yo no pasa nada porque un día alguien meta algo que parta el tablero en dos, podemos autolimitarnos en ese sentido pero somos conscientes de que hay gente que es incapaz. Es por ello que de vez en cuando leemos quejas interminables sobre el poder de algunas opciones o de lo limitadas que están otras.
Y no es fácil ponerse de acuerdo, hablando como miembro del Reforged Team es algo que os puedo asegurar. El propósito principal del Reforged Team es el de implementar la visión más heterogénea, amplia y cohesionada posible sobre el sistema de juego de Warhammer, respetando el enorme abanico de posibilidades que ofrece junto con el de todos sus libros de ejército, y como siempre ligado al trasfondo de dicho mundo. Este reducido equipo de personas es además la encargada tanto de recoger las ideas y propuestas el resto de la comunidad como de señalar aquellos puntos que todavía generen problemas y discusiones durante las partidas; es decir, todo aquello que vaya en contra de LA REGLA MÁS IMPORTANTE. Y si a nosotros mismos nos cuesta en ocasiones ponernos de acuerdo en algunos temas, no quiero pensar lo que pueda haber en cada casa.
Si hay algo que desde el Team no podemos hacer por mejorar el juego es decidir qué lista vas a jugar. Cada jugador es quien decide si va a utilizar una lista todoterreno, de gran movilidad, defensiva, centrada en el ataque, potenciando los personajes, con mucha magia o artillería... y con el tiempo y la experiencia de varias partidas cada jugador acaba viendo qué opciones pueden resultar demasiado determinantes de ver en mesa. No es el mismo peso el que puede tener un Tanque a vapor Imperial o un Demonio de Hierro de los Enanos del Caos en una partida a 3000 puntos que a 1500, y sin embargo ambas opciones ya ocupan la categoría más restrictiva dentro de sus respectivos libros. ¿Deberíamos acaso limitarlos más, con una nota que diga “no jugar a pocos puntos, niños malos”? La respuesta es evidentemente no.
Es aquí quizá donde puedo hacer un pequeño inciso para recordar que Warhammer no es un juego que pueda ser equilibrado, nunca lo fue y nunca lo será por mucho esfuerzo que haya detrás en intentarlo. Si bien y como dije antes desde el Team hemos buscado la forma de nivelar ciertos fallos en el diseño original de reglas, otros han sido corregidos aplicando la lógica del trasfondo (y es que en realidad, ¿por qué un Slann iba a usar cualquier otra cosa que no fuera el Báculo prohibido de no ser porque está prohibido?). Por muchas puntas que se corten el pelo vuelve a crecer; vienen los lobos y te matan un par de ovejas, pero si los matas a ellos entonces el resto de animales salvajes te comen el sembrado. Pon el símil que más te convenza.
Es cada jugador quien decide, pero tal vez si le das una pista a tu oponente de tus intenciones más diablescas y le das la oportunidad de defenderse a la hora de hacer la lista de ejército es posible que la partida resulte igualmente divertida para ambos. A fin de cuentas sois ambos quienes decidís la forma de pasar la jornada. Y conozco casos de gente que juega pegándose cuchilladas, pero lo hacen entre risas porque saben que esa es la tónica y que habrá una revancha. Teniendo claras las intenciones tampoco es que sea algo tan horrible. Todas estas experiencias refuerzan además nuestra postura de promover los encuentros frente a los torneos. Al eliminar el factor psicológico de obtener un premio mayor que el del rival al final del día que dependerá de lo bien o mal que juegues (además de los despiadados dados) el ambiente se vuelve mucho más relajado. Deja de ser una competición y se convierte en una experiencia única que recordar con buen sabor de boca.
Personalmente desde que juego a Reforged ya habré alcanzado a jugar el mismo numero de encuentros que torneos jugué durante la octava edición de Fantasy. Soy consciente de que ni el ambiente que promovemos ni mi situación como jugador es la misma de entonces, pero hay cosas en las que no he cambiado y una de ellas es en mi forma de jugar. Pero es que yo juego “igual de mal” que hace diez años. E igualmente tampoco han cambiado las pretensiones del proyecto.
Nunca se ha pretendido que Reforged llegase a ser la iniciativa más numerosa desde la ¿muerte? de Warhammer Fantasy, ni lo queremos intentar. Tan solo esperábamos darle una oportunidad de seguir disfrutando de este mundo a todos aquellos que comprendieron desde el principio su verdadero propósito y dejando a un lado la toxicidad que se promovía desde Games Workshop con el afán de seguir obteniendo beneficios a costa de sangrar sin cuidado ni cariño el mundo de fantasía que tanto disfrutamos. Por eso nos anima ver que hay tanta gente que sí comprende la filosofía de juego que promovemos y que a día de hoy se esfuerza en darlo a conocer entre sus amigos. Porque es la gente por la que ha valido la pena todo este esfuerzo.
Espero que hayas disfrutado del artículo. Si has llegado hasta aquí tras leer semejante parrafada hasta el final te lo agradezco con sinceridad, te considero una persona de gran fortaleza mental y preparada para lo que viene ahora. Por ello te invito a que me dejes un comentario con aquello que te veas impulsado a decirme. Pero antes terminaré cumpliendo lo prometido, pues dije que daría una respuesta clara y concisa al significado de esta regla, y no es otra que la otra lectura de ésta:
"LA REGLA MÁS IMPORTANTE" significa que si eres idiota* no vas a jugar.
P.D. Casi se me olvida, ¡feliz año nuevo!
*Aquel o aquella que solo se preocupa de sus asuntos e ignora los de los demás.