Este pasado fin de semana, Ragnor, Yibrael, Trosef Butterflanks y un servidor tuvimos la ocasión de jugar una partida con Warhammer Reforged, y la aprovechamos. Además se presentó la oportunidad de estrenar la nueva adquisición de Ragnor para la Cábala del Nigromante; un tapete impreso de un campo de batalla. Sin que pretenda dar publicidad de una empresa concreta, existen varias compañías que fabrican este tipo de tapetes. Es lo más parecido a una alfombrilla de ratón gigante y podemos elegir diversos dibujos predefinidos (pantanos, campiñas inglesas...), aunque también aceptan diseños propios para imprimir tapetes exclusivos (por supuesto, más caros).
Como podéis comprobar, la batalla ocurrió entre las alianzas de los Skavens y No Muertos frente al Imperio y Ogros. De nuevo, con un total de 10000 puntos sobre la mesa (nos encantan las batallas grandes). Dado que el total de niveles de magia no era muy elevado decidimos utilizar solamente 2D6 para los vientos de la magia. Resultó también que todos nos hicimos unas listas un tanto atípicas, utilizando diversos tipos de unidades y con dos personajes especiales sobre la mesa: Thyrus Gormann y Annelys, la Doncella Espectral..
La batalla comenzó con el avance del bando imperial y ogro. Las bajas que se causaron en los primeros turnos se debieron a las máquinas de guerra. La magia en el primer turno resultó irrisoria, pero le permitió al nigromante de Yibrael guardarse un dado en la Espada de Cristal Oscuro.
Durante el primer turno Skaven-No Muerto, nos dedicamos a tomar posiciones. Mientras que en la fase de magia Yibrael esperaba hacer un buen uso de su Liber Mortis, el matarife de Trosef enguyó su Coraonaverno y eso trastocó un poco los planes; consiguió que sus carroñeros y los carros cargasen contra el Hellblaster y los Yetis respectivamente, pero el lanzamiento de un nuevo hechizo provocó no solamente que fallara al sacar 1 con el Liber Mortis, sino que el Corazonaverno provocó una disfunción que agotó la reserva de dados y que todos los hechiceros de nuestro bando recibieran un impacto de F6. Por su parte, Annelys se dedicó a chillarle al oido a los caballeros Imperiales.
Por mi parte, mientras que los Jezzail lograron rascar algunas heridas a los Sueltafuegos, la amerratadora se quedó atascada en el dos (cuatro doses que saqué en distintas fases de disparo, con sus respectivas tiradas en la tabla de problemas). Los Lanzadores de viento envenenado se dedicaron a bombardear mis propias filas (tener más del doble de potencia de unidad que tu adversario tiene sus desventajas), mientras que la unidad con el Portaestandarte de batalla (que llevaba el Estandarte de Superioridad de Clan) lograba hacer huir a los Tripasduras (tener más del doble de potencia de unidad que tu adversario tiene sus ventajas). Como buenos generales que se precien, Tiffus Dientepartido y Skitggar Hakflem se quedaron observando las batallas desde lo lejos a la espera del momento oportuno para entrar en combate.
El momento decisivo de la batalla ocurrió durante el segundo turno de Ragnor y Trosef, cuando Thyrus desató el poder del fuego sobre el malvado Nigromante (aunque no todos los nigromantes sean malvados, este lo era), que quedó consumido por la Deflagración de la Perdición. Algunos de los soldados imperiales también sufrieron las consecuencias por la acción de la disfunción mágica, pero seguro que para Thyrus fue un pequeño precio a pagar. Pese a que los Skavens obtuvieron la superioridad frente a los ogros, el Imperio se impuso sobre los No muertos pues con la pérdida de su general el ejército, aunque todavía firme, comenzó a desintegrarse. poco a poco en los turnos siguientes.
En esto se convierte una miniatura sobre la que lances la Deflagración de la Perdición. Manupilar con cuidado.
En resumidas cuentas, fue una partida la mar de divertida y sobre todo bonita de ser vista gracias a la presencia del nuevo tapete.