Bienvenidos al decimoquinto de una serie de artículos de trasfondo sobre Planescape: se trata de la traducción del capítulo 3 del entorno de campaña de Planescape para D&D 3.5 realizado por la gente de Planewalker.es (página ya desaparecida). Comenzamos a analizar cada facción en detalle. Hoy, la Orden Trascendental.
El Representante Holmin golpeó con su mano en la mesa, como para enfatizar su argumento. “¡Todos sabemos que las facciones se están volviendo a meter furtivamente en la ciudad! Digo que las arrojemos fuera de aquí antes de que el humor de la Dama vuelva a ponerse desagradable... ¡Enseñémosles que ya no son bienvenidos!”
El levantamiento de una enorme ceja acentuó el silencio mientras Estavan se aclaraba la garganta. “Aunque ciertamente no tengo aprecio ninguno por las facciones, quizá deberíamos considerar los beneficios de su presencia, además de sus inconvenientes... ¿Qué piensas, Rhys?”
La fáctol superviviente se levantó, sin cruzar su mirada con ninguno de los otros miembros del Concilio, mientras comenzaba a hablar. “Dejemos que se queden.” Se dio la vuelta y se marchó, con sus pezuñas hendidas resonando en el suelo de la pequeña cámara mientras salía al exterior.
También levantándose, Holmin habló. “¡No puedes simplemente irte ahora, Rhys! ¡Tienes miedo de que esa legislación pudiese afectarte a ti misma! ¡No te atrevas a...!” Rhys no se molestó siquiera en volverse antes de desaparecer en el exterior, ignorando completamente el exabrupto de Holmin.
Estavan miró alrededor con una sonrisa afectada llena de colmillos antes de sacudir la cabeza. “Sin los nueve Representantes, declaro la sesión concluida por ahora...” Fijó su mirada en Holmin “pero la señora tiene razón. Quizá debamos esperar un poco antes de declarar de nuevo una guerra, sobre todo después de la última, ¿no?”
Holmin rabiaba en silencio. ¿Cómo era posible que todos los demás estuviesen de acuerdo cuando Rhys sólo había dicho cuatro palabras?
Orden Trascendental puede ser el nombre de la facción, pero no describe la facción. En lugar de eso, “Orden trascendental” es lo que buscan, una sensación de perfecta armonía y unidad. Pero no lo buscan para imponérselo a los demás, como el Harmónium. En lugar de eso, los Crípticos la hallan en su interior, unificando pensamiento y acción en un todo iluminado. De acuerdo con esto, hay una armonía universal, un pulso que late en todo el Multiverso. Y entendiendo esta armonía , uno puede encontrar la acción perfecta para cada momento dado.
Filosofía: Conoce tu lugar en el Multiverso; represéntalo mediante la acción sin pensamiento.
Apodos: Crípticos.
Cuartel general: Elíseo.
Principales razas: Semi-elfos, humanos, tuladhara.
Principales clases: Guerreros, monjes, psiónicos, hechiceros.
Fáctol: Rhys (N hembra tiefling Monje15/Hechicera10)
Miembros prominentes: Quillabrin (N hembra genasí del relámpago Psiónica16)
Alineamiento: Cualquiera neutral.
Símbolo: Un sol naranja alzándose sobre un cielo lleno de estrellas, con una luna creciente al fondo.
FILOSOFÍA
“Pensamiento Críptico” es un oxímoron, al menos de acuerdo con sus creencias. Para la Orden Trascendental, el pensamiento es un obstáculo para la acción. Actúa siguiendo tus impulsos, tus instintos, y te encontrarás al mismo ritmo que el Multiverso. Ponderar es titubear; titubear es dudar; dudar es fallar. Todo lo que importa es el momento; anticiparse al futuro no tiene sentido, así como tampoco lo tiene hurgar en el pasado.
Por supuesto, cualquier matasietes borracho puede actuar sin pensar, ya sea con sus puños o de otro modo. Ese no es el objetivo de la Orden Trascendental; en lugar de eso, creen que las ideas deben ser llevadas a la acción en un instante. Uniendo el cuerpo y la mente y equilibrando ambos, uno se abre al Multiverso y al ritmo que hay en él. Ellos llaman a este ritmo “Cadencia de los Planos”, y una vez uno se sincroniza con ese ritmo, puede entender su papel y objetivo en el Multiverso. Una vez se alcanza este entendimiento, no necesitan pensar nunca más; simplemente saben lo que deben hacer en cada momento sin dudas ni errores.
Eso no significa que un Críptico esté siempre actuando. La inacción también tiene su lugar en el Multiverso, y muchas veces es mejor si un tío no se ve envuelto en algo. A veces un Críptico puede parecer indiferente y huraño, pero en realidad es sólo que ha reconocido dónde está su lugar. Cuando se encuentran con gente menos equilibrada, los Crípticos normalmente reflejan ese desequilibrio. Cerca de unos tanar'ri, un Críptico parecerá piadoso; cerca de un modron, parecerá caótico. Esto no es un acto deliberado, si no un resultado de su filosofía. Ya que sirven inconscientemente al equilibrio, muchas veces sirven como un contrapeso a los extremos en el cosmos, reflejándolos... Rara vez, sin embargo, reflejan un extremo muy profundamente como para convertirse ellos mismos en extremos. Simplemente no está en su naturaleza.
Pese a que su filosofía no se ha dividido, tiene una amplia variedad de interpretaciones. Verás, simplemente esta filosofía no puede enseñarse. Los conceptos básicos sí pueden enseñarse, y se puede seguir el desarrollo de alguien, pero el camino de cada uno es un poco diferente... incluso si el resultado normalmente es el mismo. Incluso aquellos que no requieren para su profesión fuerza física o agilidad entrenan regularmente su cuerpo para ponerlo en sintonía con su mente. El tipo e intensidad de entrenamiento físico varía de miembro a miembro, pero pocos Crípticos desatienden su cuerpo. Uno nunca puede encontrar el equilibrio a través de la debilidad, después de todo. Algunos simplemente se preocupan de mantenerse saludables y en forma, realizando un moderado régimen de ejercicios y absteniéndose de cometer excesos (bebida, comida...). Otros se centran en llevar su cuerpo hasta sus límites y más allá, buscando convertirlo en una herramienta con la que su mente pueda unirse sin problemas cuando lo necesite.
Hay tres niveles de progreso mayores en el código de entrenamiento de los Crípticos. El primero es Maestro del Corazón, en el que uno aprende a actuar sin pensar mediante un trance especial... pero sólo por breves periodos de concentración. Entonces uno puede avanzar para convertirse en Maestro de la Mente, donde el cuerpo y la mente se convierten en uno, y los periodos de trance duran más y se vuelven más intensos. Finalmente, uno se convierte en Maestro del Espíritu, en el que el trance reemplaza al viejo y torpe proceso de pensamiento, permitiendo al Críptico estar sincronizado con el pulso del Multiverso. Se dice que aquellos que avanzan más allá -principalmente, los anteriores fáctols de la facción- dejan atrás su existencia mortal. Algunos dicen que se convierten en Poderes; otros piensan que se convierten en intermediarios entre los mortales y la nebulosa entidad que los Athar llaman el Gran Desconocido. Al menos, es cierto que los clérigos de la Orden Trascendental son capaces de canalizar “Unidad”, supuestamente la representación de los fáctols que previamente han ascendido para formar su propio panteón.
Si un fáctol “asciende” de esta manera, otro Maestro del Espíritu, y sólo uno, siente que debe tomar las riendas del liderazgo. Sin embargo, su papel es más el de un líder espiritual que el de un líder político. Los miembros pueden estar más o menos avanzados en el sendero de la iluminación, pero no hay jerarquías reales dentro de la facción más allá del respeto mutuo (o la ausencia de éste). Normalmente, el fáctol es el único Maestro del Espíritu en un momento dado, pero a veces puede llegar a haber incluso tres o cuatro Maestros del Espíritu en una época determinada.
Los Crípticos viven completamente en el presente, siguiendo el tirón del Multiverso y normalmente haciendo aquello que se les da mejor. No son aleatorios o irracionales; en lugar de eso, siguen una voluntad que los demás no pueden sentir, e incluso los propios Crípticos rara vez conocen las consecuencias que tendrán sus actos. Sin embargo, nadie puede ignorar los resultados, ya que la Orden Trascendental ha sido un actor principal en muchos eventos, grandes y pequeños, en el Multiverso, ya sea ayudando inconscientemente a otra facción a alcanzar algún objetivo, o evitando que una disputa se convierta en hostilidad. Los Crípticos tienen una prodigiosa habilidad para estar en el lugar adecuado en el momento justo, y para llevar a las fuerzas opuestas del cosmos al equilibrio, sin siquiera pensárselo dos veces (o siquiera sin pensarlo una vez).
BREVE HISTORIA
Pese a su antigüedad, la Orden Trascendental no conserva sus registros ni su historia, y rara vez alardea de sus hechos y relatos. Para ellos, el presente -el ahora- es lo único que importa. El pasado se fue y nunca volverá, y el futuro será, pero ninguno de los dos debe ser una distracción. Aunque la Orden Trascendental ha existido a lo largo de mil años, los registros sobre sus orígenes son, cuando menos, escasos. Las teorías de algunos Jefes, combinadas con pequeñas pruebas y evidencias, afirman que la facción se originó a partir de una figura que pasó su tiempo con los rilmani y estaba tratando de emular su forma de vida. Otros señalan a la tierra de Kara-Tur, en el plano material primario de Toril, señalando las similitudes entre la filosofía de los nativos de ese lugar y los Crípticos. Algunos Crípticos creen que aquellos que han ascendido a la “Unidad” los guían, y que el primero de ellos tropezó con la Cadencia de los Planos gracias a una iluminación singular y sin guías. Sea cual sea la verdad,se cuentan pocas historias de las hazañas de los Crípticos, y menos por ellos mismos.
Eso no quiere decir que nunca hayan hecho nada importante. Ciertamente, lo han hecho. Antes de la Guerra de las Facciones actuaban como mediadores, suavizando los enfrentamientos y disputas entre las facciones. Podría decirse que la Guerra de las Facciones hubiese estallado mucho antes si no hubiese sido por los esfuerzos de los Crípticos. La forma en la que las facciones gobernaban Sigil funcionaba principalmente gracias a sus esfuerzos, y también han contribuido enormemente a la actual estructura política de Sigil. Al mismo tiempo, no es como si hubiesen estado trabajando muy duro para mantener la paz: en lugar de eso, su propio equilibrio ayudaba a traer el equilibrio a la ciudad como un todo. Los más prominentes miembros de la facción se encontraban muchas veces en el lugar adecuado en el momento justo como para marcar la diferencia. Su actual fáctol, Rhys, ha personificado esta “acción natural” en su conversión a Críptica, siendo muy popular entre su propia facción y también entre las demás facciones. Pese a ser una tiefling, superó su tendencia hacia el mal y sus pasados actos criminales para convertirse en la Críptica más natural que nadie haya conocido.
Recientemente Rhys ha viajado al Elíseo, el lugar de retiro de muchos Crípticos. Casualmente, comenzó su viaje justo antes de que estallase la Guerra de las Facciones. Aunque la mayoría de las facciones se dedicaron únicamente a inflamar el conflicto, los Crípticos ayudaron a la gente común de Sigil. Tras la Guerra, Rhys regresó a la Jaula, la única fáctol que quedaba después del conflicto. Aunque habían perdido el Gran Gimnasio y su estatus como facción, los Crípticos se centraron en ayudar a la gente y reconstruir la ciudad. En verdad, casi nada cambió para los Crípticos, y podía decirse que pasaron por todo el conflicto prácticamente intactos. A día de hoy, Rhys sirve como una de los nueve Representantes del Concilio de Asesores que gobierna la ciudad, y es claramente una de las figuras más influyentes en la Jaula... pero no es que la importe mucho. Para ella, el poder no parece ser importante, y simplemente está haciendo lo que el Multiverso necesita que haga. Pese a todo, un buen montón de peña está mosca con ella, y susurra que si va muy lejos influenciando Sigil, la Dama irá a por ella. Mientras tanto, muchos fáctols de otras facciones la observan, curiosos acerca de hasta dónde llegará la tiefling, y si la Dama tomará cartas en el asunto.
Aunque técnicamente Rhys es aún la líder de los Crípticos (ya nadie la llama fáctol), su papel en el Concilio de Asesores ha llevado a que otra Críptica de nombre Quillabrin sea la portavoz nominal de la Orden Trascendental. Una antigua miembro del Harmónium, Quillabrin estaba preocupada por su naturaleza interior como cuasi-elemental planar, y nunca encontró verdadera paz o aceptación entre los Cabezones. Tras la Guerra de las Facciones, desertó del Harmónium y se unió a los Crípticos, y parece que ha hallado la paz interior gracias a esta senda. Habiéndose convertido en Maestra del Espíritu poco tiempo atrás, sirve durante las ausencias de Rhys en las ocasiones en las que los Crípticos necesitan un consejo. Aunque aún no ha sentido “la llamada” (al menos que la gente sepa), los avances de Quillabrin la han colocado como lo más cercano que Rhys pueda tener a una “segunda al mando” (o una sucesora).
OBJETIVOS
El primer objetivo de cada Críptico es, al menos idealmente, la iluminación... el abandono de la duda y el pensamiento. Puede parecer algo bastante centrado en uno mismo, pero dista mucho de ser egoísta. Creen que estando en equilibrio pueden ser capaces de equilibrar las acciones de los demás, y llevar a todo el mundo un poco más cerca de la Cadencia de los Planos.
Aparentemente, Rhys ha inspirado a su facción para ayudar a reconstruir Sigil tal y como era. Por supuesto que no ha ordenado a ninguno de sus seguidores que lo hagan, ni tampoco ha sugerido que deban hacerlo. Simplemente la han seguido el juego. Si esto es porque sus acciones están sincronizadas con la Cadencia de los Planos o simplemente debido a la carismática presencia de Rhys es algo que queda abierto a debate. La mayoría de enjaulados no se preocupan mucho por esto: después del desastre causado durante la Guerra de las Facciones, están contentos con cualquier ayuda que puedan recibir.
Tras la Guerra de las Facciones, muchos Crípticos se han largado de la Ciudad de los Portales, llevando su filosofía a las Tierras Exteriores y a los burgos-portal. Aunque no están “esparciendo la palabra” deliberadamente, su presencia tiene un efecto calmante. Algunos susurran que, pese a sus aparentemente buenas acciones, la presencia de la Orden Trascendental es un mal augurio. Dicen que los Crípticos se están preparando para un nuevo desastre, uno tan grande que hará parecer la Guerra un pequeño problemilla.
ALIADOS
La Orden Trascendental es una de las pocas facciones que, simplemente, se lleva bien con todo el mundo. Equilibrando muchas veces a otras facciones, siempre complementan muy bien las filosofías de los demás, y rara vez se ven envueltos en la kriegstanz hasta extremos peligrosos. Combinando esto con sus habilidades diplomáticas y su naturaleza inofensiva, pocos los consideran enemigos, y menos aún se han enfrentado a ellos.
ENEMIGOS
De entre todas las facciones mayores, sólo el Harmónium mira a los Crípticos con suspicacia. Verás, los dos grupos son similares en cuanto a que buscan la armonía. Sin embargo, donde el Harmónium la busca convirtiendo e inspirando a los demás, los Crípticos lo hacen mirando en su interior. De esta forma, el Harmónium ve a la Orden Trascendental prácticamente como un competidor. Donde el Harmónium desea la paz para todo el mundo, los Crípticos la buscan individualmente. Pese a todo, los Crípticos nunca han dado a los Cabezones ninguna razón lo suficientemente importante como para que entren en acción... al menos por ahora.
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