viernes, 2 de noviembre de 2018

Facciones en Planescape: (XIV) el Ojo de la Mente


Bienvenidos al decimocuarto de una serie de artículos de trasfondo sobre Planescape: se trata de la traducción del capítulo 3 del entorno de campaña de Planescape para D&D 3.5 realizado por la gente de Planewalker.es (página ya desaparecida). Comenzamos a analizar cada facción en detalle. Hoy, el Ojo de la Mente.



La anciana tiefling volvió la vista atrás para contemplar la descuidada senda que había sido el foco de su existencia durante los últimos años. Retirando un mechón de cabello gris de su cara, Sarazh dejó que su mirada cayese sobre la antigua mansión, su arcaica estructura de piedra mezclándose suavemente con el nuevo trabajo de albañilería que habían realizado sus últimos habitantes. Este edificio, el Corazón del Sueño, había estado bajo el cuidado de la fáctor Sarazh durante la mayor parte de su vida, una antigua mansión krigalana en lo más profundo de la Tierra de las Bestias. Esta estructura había sido una base secundaria para el Signo del Uno, un lugar desde el que los miembros de la facción podían buscar en el cosmos con la esperanza de encontrar formas de alcanzar los objetivos de su fáctol Darius el Velado. Pero ahora Daruis se encuentra enlaberintado, y la facción ha caído en el desorden. El dolor por abandonar el lugar se reflejó claramente en los ojos azules de Sarazh; sabía que en pocas horas el edificio sería sellado en un semiplano más pequeño que un dedal, a la espera de que lo volviesen a necesitar.  

Después de que la Dama hubo expulsado a las facciones de Sigil, una reunión tuvo lugar en el Parlamento, una a la que fueron invitados todos los Signófilos de alto rango. El debate sobre el destino de los Signófilos duró varios días, y aparentemente todo el control sobre la facción había desaparecido junto con su fáctol. Sólo cuando cualquier posibilidad de llegar a un consenso murió y la desesperación comenzó a extenderse por el parlamento, Itheros finalmente habló.  

Se levantó lentamente de su silla, recordó Sarazh, el anciano humano mesándose su barba mientras comenzaba a hablar con su marcado acento primario: “Compañeros Signófilos, os pido que me escuchéis un momento”. Todo el parlamento quedó en silencio mientras los Signófilos, por primera vez en días, miraban a sus pares. “Ha llegado a mi conocimiento que nuestros queridos amigos y aliados, los Divinos, han decidido abandonar Sigil y mantener su estatus como facción. Aún son fuertes. Pero mirando a mi alrededor puedo ver nuestro poder cayendo. Veo la gloria del Signo del Uno desvanecerse mientras nos enzarzamos en riñas sin importancia provocadas por deseos infantiles. Mientras pasábamos los últimos años discutiendo en este mismo lugar, nuestra facción se ha ido deshaciendo sin que ni siquiera nos diésemos cuenta. Los patanes de la Colmena pronto no sabrán lo que era el Signo del Uno. Hemos caído de nuestra posición de poder.” 

Toda la asamblea observó a Itheros, sin saber qué iba a proponer, pero con esperanza en la convicción de sus palabras. “Es ahora, en nuestro tiempo de mayor necesidad, en la que siento que debemos despojarnos de nuestra arrogancia: su carga nos ha lastrado durante demasiado tiempo. Propongo que nos fusionemos con nuestros aliados, los Creyentes en la Fuente. Juntas, nuestras facciones serán más del doble de lo que serían por separado”.  

Y ese fue el sencillo comienzo de los acontecimientos que habían llevado hasta aquí a Sarazh, mirando con amor su antiguo hogar. Tras darle una última despedida al Corazón del Sueño, se volvió y siguió al asistente por la carretera, allá donde la llevase.  



El Ojo de la Mente comenzó a existir poco después de la Guerra de las Facciones, un grupo combinado de las facciones del Signo del Uno y los Creyentes en la Fuente. Aquellos que se unieron bajo el nombre de Buscadores siguen una mezcla de las creencias de ambas facciones, eligiendo viajar por los planos en busca de desafíos, lo cual creen que es la senda hacia un nuevo nivel de existencia. Algo centrados en sí mismos, y cada uno de ellos con un desproporcionado sentido de la autoestima, los Buscadores ven el Multiverso como su propio terreno de juegos. Esta actitud arrogante ha desembocado en una falta de popularidad frente al planar medio; pese a las primeras impresiones, estos tíos no son los egomaníacos que la mayoría de la gente cree que son.  

Filosofía: Explora la existencia, enfréntate a los desafíos de la vida, descúbrete a tí mismo y al Multiverso.  
Apodos: Buscadores, Visionarios.  
Cuartel general: Las Tierras Exteriores  
Principales razas: Semielfos, halflings, humanos, shads, tuladhara, zénitre  
Principales clases: Bardos, monjes, psiónicos, hechiceros  
Fáctol: Ombidias (NB macho voadkyn Adepto9)  
Miembros prominentes: Sarazh (LB hembra tiefling Clérigo-Deneir -14), Itheros (LN macho humano Hechicero7 )  
Alineamiento: Cualquiera  
Símbolo: Una espada finamente forjada, con una corona de llamas surgiendo de su empuñadura. Enroscado en torno a la espada hay un sinuoso dragón de escamas doradas. Se trata de la combinación de los dos símbolos previos de los Creyentes en la Fuente y el Signo del Uno.  

FILOSOFÍA
Si preguntases al planar promedio acerca de los Poderes, probablemente te dirá que son seres todopoderosos,más allá de los meros mortales, capaces de alterar la misma fábrica del Multiverso con su voluntad. Los miembros del Ojo de la Mente ven las cosas de forma diferente. Por como los Buscadores ven las cosas, los Poderes sólo están un peldaño por encima en la escalera de la existencia, son aquellos que han comprendido la naturaleza del Multiverso lo suficientemente bien como para alzarse al siguiente nivel en un ciclo natural. El hecho es que el Ojo de la Mente ve la existencia como una gran sucesión de círculos, o anillos. Cada vez que uno de nosotros muere, renace en un nuevo cuerpo, y con cada vida aprendemos un poco más sobre la senda hacia la verdad cósmica. Para un alma, puede llevar incontables vidas trascender,pero con suficiente tiempo y voluntad, cualquiera puede cruzar la frontera para alcanzar el siguiente nivel de existencia. Los Buscadores creen que el único modo de ir hacia arriba en esta escalera es abrazar los incontables desafíos y oportunidades que la vida te presenta.

Los desafíos con los que uno se encuentra en cada vida son incontables, y llegan en casi cualquier forma posible; algunos son descaradamente obvios, mientras que otros pasarán a través de ti sin que siquiera te des cuenta. Fracasar en un desafío en el sentido convencional no es el problema, ya que incluso del fracaso obtenemos experiencia. Para los Buscadores no existe la idea de fracaso: el único fracaso auténtico es no probar tu valía. Mientras que alguien que siga verdaderamente la senda de los Buscadores será recompensado con un estado de existencia más elevado, aquellos que se aparten de él serán conscientes de su error cuando renazcan como lémures u otras criaturas descerebradas.

No hay una senda definida para la iluminación, ya que cada uno tiene su propio camino personal. Uno de los principales desafíos para un Buscador en ciernes es encontrar su propio camino hacia la iluminación. Mientras que unos pueden encontrar su senda en la sencillez y naturaleza primaria de la guerra, otros pueden encontrarlo en la escultura u otras formas de arte. Por este motivo, los Buscadores creen que los demás deben ser animados y ayudados a encontrar sus propias sendas, con la esperanza de que todo el mundo pueda alcanzar su pleno potencial y renacer como Poderes.

Debido a que los miembros del Ojo de la Mente ven la existencia como un gigantesco desafío, varios han empezado a considerar que los planos existen sólo para ellos. Todo aquello que se encuentran es una parte de una serie de pruebas personales, por lo que sólo existen para moldearlos en su estado final de existencia, poco a poco. Esto ha llevado a que la facción haya ganado fama de egocéntrica, y aunque no siempre es cierto, siempre hay un nivel de desapego en cada Buscador. Esta actitud claramente viene de una de sus facciones predecesoras, el Signo del Uno, una facción que por el tiempo de la Guerra de las Facciones sus miembros habían empezado a considerarse a sí mismos deidades, por su habilidad para manipular la realidad mediante su voluntad.

Es importante recordar que, según la creencia de los Buscadores, todos los seres tienen ese potencial dentro de sus propias almas. Incluso el más indigno de los gusanos tiene la posibilidad de trascender, no importa cuántos niveles lo separen de ese estado final de iluminación. Por ello, todos los seres merecen un cierto nivel de respeto, ya que pueden estar en el umbral de la iluminación. Cada ser pasa a través de varias vidas por una prueba cósmica para probar su valor, ascendiendo y cayendo en relación a la demostración de valía en cada vida.



BREVE HISTORIA
El Ojo de la Mente fue originalmente formado por los Creyentes en la Fuente y el Signo del Uno, dos de las quince facciones que quedaron el Sigil tras la Gran Convulsión. Los Creyentes en la Fuente, o Divinos, como eran comúnmente conocidos, fueron creados por Perrine, un atleta y filósofo que consideró la posibilidad de que el éxito y los logros individuales pueden, de hecho, verse afectados por acciones pasadas, aunque en un principio no parezca que tengan relación. Finalmente fundó un grupo basado en esa teoría, con la esperanza de descubrir si seguir una determinada secuencia de acciones podía llegar a producir sólo buenos resultados.

Por aquellos tiempos en los que esos Divinos se comenzaban a organizar, una sociedad más antigua conocida como el Signo del Uno comenzó a florecer. Originalmente basados en las revelaciones de una humana llamada Rilith, la facción alentaba a sus miembros a pasar su tiempo enseñando los beneficios del pensamiento positivo, y cómo podía influenciar el entorno de un individuo, si se concentraba en un solo propósito. A pesar de este aparentemente inocuo ideal, el objetivo de los Signófilos, como eran conocidos, fue cambiando. Gradualmente comenzaron a ampliar los usos de sus poderes mentales, haciendo proclamaciones calamitosas de dramáticos eventos que iban a causar, y llamando toda la atención posible cuando eso sucedía. El principio del pensamiento positivo fue abandonado a medida que los miembros de la facción se auto-proclamaban dioses, creyendo que podían hacer que pasase cualquier cosa con solo desearlo.

Cuando sucedió la Gran Convulsión, una miríada de grupos ideológicos fueron aventados hacia las quince facciones que dominarían Sigil durante los siglos venideros. Fue en ese tiempo cuando los Divinos tuvieron finalmente una filosofía mejor definida. Su fáctol por aquella época, Augy de Faunel, llegó al entendimiento de que se encontraba en su reencarnación número mil, y descubrió que podía recordar todas sus vidas anteriores. Su descubrimiento fue añadido a la filosofía de la facción, y con varias otras revelaciones similares a lo largo del tiempo, los Divinos cambiaron sus creencias para ayudar a todos los seres a ascender por la escalera de la existencia, con la esperanza de que esas vidas llegasen a un nuevo nivel del ser.

Ambas facciones continuaron sus propios caminos, volviéndose aliadas pero manteniendo cada una su corpus de creencias, hasta que sucedió la Guerra de las Facciones. Justo cuando los conflictos entre las facciones comenzaban a llegar a su punto culminante, los fáctols Darius y Ambar Vergrove desaparecieron. Al verse privadas de sus líderes, ambas facciones creyeron que sus fáctols habían ascendido a un nuevo nivel de existencia; pero como la mayoría de facciones, trataron de mantener sus desapariciones en secreto, y no se dieron cuenta de que le había ocurrido lo mismo a casi todas las demás facciones. Cuando finalmente estalló la guerra abiertamente entre las facciones, ambos grupos se encontraban en un estado de confusión. Sin sus fáctols para guiarlas, todas las facciones se estaban desintegrando, cada una acusando a las demás de la destrucción llevada a Sigil. Unos pocos días después de la destrucción de la Armería a manos de una fuerza combinada de Cabezones, Mártires y Sensibles, tanto el Signo del Uno como los Creyentes en la Fuente decidieron unirse a esta alianza en oposición a la amenaza Anarco, sintiendo que la estabilidad de Sigil estaba en juego.

Finalmente, cuando la Dama del Dolor intervino y decidió expulsar a las facciones de Sigil de una vez por todas, los Divinos reconocieron esto como el catalizador que habían estado esperando. ¿Cómo podían experimentar todo lo que los planos tenían que ofrecer si se encontraban confinados en una ciudad? Aprovechando el tan necesitado empujón eligieron abandonar Sigil, pretendiendo que lo hacían por el ilimitado potencial de los planos. Justo antes de dejar la Jaula se les acercaron miembros del Signo del Uno. En los últimos tiempos la tensión de mantener una facción basada en la idea de que cada uno de sus miembros es el centro del Multiverso comenzaba a tener efectos. Muchos grupos se habían escindido de los Signófilos, hasta el punto de que estaban comenzando a desaparecer como facción, cada uno persiguiendo sus propios objetivos personales y olvidando el verdadero significado de la filosofía de la facción. Como resultado, los restantes miembros prominentes decidieron hacer una oferta de unión a los Divinos, con la esperanza de crear una facción formada por sus creencias combinadas. La facción que se alzó de esta unión es el Ojo de la Mente, también llamados Buscadores. Tras unir las filosofías de ambas facciones eligieron como su nuevo fáctol a Ombidias, un voadkyn del desconocido plano material primario de Glemayne y anterior fáctol de los Divinos. Los Buscadores decidieron moverse por los planos, en busca del destino que el Multiverso tenía preparado para ellos, listos para hallar la inspiración y motivación de la que sus predecesores habían carecido.

Tras dejar Sigil, los Buscadores vagaron sin rumbo por los planos por un tiempo, perdidos en cuanto a dónde ir o cómo continuar con sus planes. Gradualmente, tras mucho viajar, descubrieron que las Tierras Exteriores eran el plano que mejor se ajustaba a sus necesidades, una tierra de ilimitada variedad desde donde podían extender su búsqueda a los planos más turbulentos que la rodeaban. De ese modo se ha convertido en el centro de los viajes de muchos Buscadores, una puerta adecuada a todo lo que el Gran Anillo tiene que ofrecer.



OBJETIVOS
El Ojo de la mente es, en general, una facción individualista y dispersa. Como resultado, carece de la estructura o la influencia de facciones más organizadas; sus miembros están más interesados en sus propios logros personales que en lograr el poder para su facción. Como facción, el Ojo de la Mente está aún en proceso de conformar sus planes y objetivos, y actualmente están más interesados en encontrar su lugar en los planos. Por el momento, la mayor parte de la facción se agrupa en Tir na Og, el reino del panteón céltico. Este reino parece ser un lugar bastante atractivo para usarlo como base de operaciones; y aunque hay algunas disputas, de momento es el núcleo de poder de la facción, al menos hasta que pueda tomarse una decisión apropiada. Aunque la base de los Buscadores esté en las Tierras Exteriores, la mayoría de ellos no se quedan aquí por mucho tiempo. Para expandir sus horizontes, muchos eligen viajar por los planos tan a menudo como sea posible, con la esperanza de que esto les llevará a alguna revelación.

Uno de los principales objetivos de la facción en la actualidad es establecer alianzas con varias de las otras facciones exiliadas que se encuentran en los planos, tratando de crear vínculos a partir de su situación actual si no pueden encontrar algo mejor. Estas negociaciones están yendo bien con la Fraternidad del Orden, y también con los Athar, aunque en menor medida.

A pesar de estos asuntos, el mayor problema que debe enfrentar el fáctol Ombidias es clasificar a los miembros de su propia facción, y mantener a los más problemáticos bajo control. Algunos de los Buscadores todavía se aferran a las creencias de sus antiguas facciones, siendo reacios a modificarlas acorde a los dramáticos acontecimientos de los últimos años. Esto aún no se ha convertido en un problema muy grave, pero Ombidias tiene la intención de cortarlo de raíz antes de que se le vaya de las manos. Ocasionalmente estallan enfrentamientos entre miembros de la facción que interpretan de forma diferente sus principios,pero de momento la situación se mantiene bajo control.

Una propuesta que se está discutiendo actualmente es la propuesta de construir una nueva sede para la facción. Aunque ni el estilo ni el tamaño han sido decididos, se han sugerido algunos lugares interesantes para su localización. Los más populares son la ciudad de Thebestys, que posee una biblioteca que, según se dice, tiene las repuestas a casi todas las preguntas; y un lugar aún sin definir en las Tierras Interiores,aunque el segundo lugar sólo es apoyado por los miembros más excéntricos de la facción. Algunos incluso han sugerido una sede capaz de cambiar de plano, una idea que no sólo demostraría el estilo sobresaliente de los Buscadores, si no que tamnbién sería una muestra de su poder.



ALIADOS
Debido a la relativa juventud de la facción, el Ojo de la Mente no ha tenido tiempo de desarrollar alianzas, o encontrar su sitio entre las facciones. Pese a esto,la Fraternidad del Orden tiene un sentimiento de afinidad con los Buscadores, y es probablemente lo más cercano a un grupo aliado que tiene el Ojo de la Mente. Viendo varias similitudes entre las creencias de ambas facciones, los Buscadores se han percatado de que la búsqueda constante de la Fraternidad del Orden para entender las leyes del Multiverso, y su propia aceptación de las pruebas que impone el Multiverso, no son en realidad tan diferentes.

Los Athar también están en proceso de desarrollar una alianza con los Buscadores. Esto se debe primariamente a que ambas facciones llaman hogar a las Tierras Exteriores, y a la situación vulnerable de los Athar ahora que la Dama del Dolor no les protege de los Poderes. Algunos grupos de embajadores y diplomáticos se han presentado a los Buscadores pretendiendo una alianza, pero aún hay un cierto nivel de desconfianza, principalmente debida a la amarga enemistad entre los Athar y el Signo del Uno antes de la Guerra de las Facciones.


ENEMIGOS
Del mismo modo, los Buscadores no tienen aún ningún enemigo. Sencillamente no han estado por los planos el suficiente tiempo como para molestar a alguien lo suficiente como para desencadenar un conflicto. Esto se debe a que los Creyentes en la Fuente eran generalmente bien recibidos a lo largo y ancho de los planos, y aunque la facción ya no exista como tal, parte de ese legado perdura entre la mayoría de facciones.

Desafortunadamente, la actitud egocéntrica de los Buscadores está generando que la peña los estereotipe. Aunque a nivel político aún nadie se opone a ellos, los miembros de la facción se están ganando fama de buscadores de problemas entre la gente corriente. Esto se puede convertir en un problema para la facción, ya que no son muchos los que quieran un irse a ella.

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