jueves, 17 de abril de 2014

Internet destruye infancias: G.I. Joe


Advertencia: este post es grosero y real. Cualquier coincidencia con la realidad es deliberado y debido a su contenido más de uno lo debería ver. En caso de duda, consulte con su colega más cercano.

En Internet, uno puede encontrar cultura e información sobre cualquier cosa, desde Aaron A. Aaronson hasta ZZ Top. Por suerte o por desgracia, también se puede escarbar en los recuerdos y echar un vistazo a aquello que nos interesaba cuando eramos críos y volver a alucinar a un nivel que creíamos desconocido. Hoy voy a hablaros de los G.I. Joe.



Remontémonos a la era Reagan, a aquellos tiempos en los que Rambo era capaz de rodear a un ejército él solo y Chuck Norris desbrozaba selvas enteras a base de patadas giratorias. Los Joe's no eran simplemente otro producto más para condicionar a los jóvenes en pro de sus futuras campañas bélicas; eran hombres y mujeres que arriesgaban sus vidas montándose en cachivaches de lo más estrafalarios e inseguros que estallaban a la mínima de cambio. ¿Y todo por qué? ¡Por tu libertad, que no te enteras! Bueno, por la libertad y por las subvenciones del gobierno estadounidense para mantener a raya a los miembros de  la organización terrorista Cobra, que pretende dominar el mundo para... bueno, para algo lo querrá dominar, digo yo. ¡De modo que ya sabéis, Joe's, disparadles con todo lo que tengáis y frustrad sus planes, pero no los matéis ni los capturéis, que se nos acaba el chollo del gobierno!



Pero aún con todas las humillaciones que han sufrido los Cobra y el despilfarro de recursos empleados en bases de operaciones con asientos eyectables que permitan huidas de lo más cutre-salchicheras para su líder sin rostro conocido, hay que reconocer que el Comandante Cobra tiene su corazoncito. Prueba de ello es el episodio en el que se unen a los Joe's para luchar contra Headman y los Headhunters, narcotraficantes de profesión.

El resumen del capítulo que os muestro a continuación no es un Spoiler, pues es de una serie de hace casi treinta años. Anda que no ha llovido ni nada desde entonces.

En un día cualquiera, de esos en los que ves a tu vecina la del cuarto tirada por las calles pasando el mono y negociando con los típicos esbirros uniformados, resulta que la junta vecinal se cabrea e intenta expulsar de la barriada a Headman, líder de los narcos, pero éste les responde hablando de sí mismo en tercera persona y les dispara con varias salvas de cubos de basura/lanzacohetes y cañones láser, proclamando así su gobierno sobre la ciudad mientras se ríe cual caótico malvado. Lo normal.



Mientras tanto, los G.I. Joe's se disponen a frustrar los planes de los Cobra como cada mañana. Pero algo no va bien con el Teniente Falcon. El amigable políglota de los Joe's está arisco y se comporta de manera arriesgada e imprudente cual Kaldor Draigo; ha empezado a consumir "chispa", algo indigno de un Joe.



En esos momentos, un miembro de la Guardia Carmesí (ejército privado de los Cobra) recibe una llamada del hospital informándole de que han ingresado a su hermana (que resulta ser tu vecina la del cuarto), por lo que una vez cumplida su misión no espera a quitarse el uniforme de esbirro y toma prestado el helicóptero de la empresa para ver qué sucede. Cuando formas parte de una organización terrorista mundial, es importante dejar tu número de teléfono por si pasa algo; la gente no se imagina lo mucho que sufre la familia de un esbirro.

Falcon arruinó la misión, y cuando su hermano Duke descubre que toma "chispa" le expulsa de los Joe's y reniega de Falcon, que lo único que quería era ser un mejor soldado al estilo de los atletas profesionales. Por lo tanto ingresa en rehabilitación, compartiendo habitación con Cindy, la hermana del siempre anónimo Guardia Carmesí. Duke sale a despejarse en uno de sus helicópteros raros cuando se encuentra con el susodicho Guardia Carmesí, que salía iracundo del hospital después de que su hermana cayera en... ¡coma!, aunque no queda claro si es a causa de las drogas o por la violencia sufrida durante la reunión de vecinos. Tras enfrentarse como un perro y un gato en el aire, sus helicópteros chocan y sus paracaídas se enredan, pero Duke corta su paracaídas y ambos agarran los extremos de la tela, frenando así la caída. Durante el descenso tuvieron tiempo de conocerse mejor, charlaron sobre qué tal la familia y todo eso y se dan cuenta de que solo el gobierno y el terrorismo unidos podrían acabar con semejante enemigo, por lo que deciden regresar a sus bases en busca de comprensión y diálogo. Y armas, muchas armas.



Tras realizar el sorteo de parejas entre los Joe's y los Cobra con papelitos en un casco (algo mucho más divertido que pensar en los equipos por la sinergia de habilidades entre sus integrantes) se lanzan a la carga, hacia el edificio en ruinas pero fuertemente armado de los Headhunters, mientras hacen gala de los estándares de la economía estadounidense: es más barato estrellar un helicóptero y comprar otro a la vuelta que rellenar el depósito. Los esbirros anónimos son capturados y su base automatizada vuela por los aires, pero mientras tanto el lugarteniente de Headman secuestra al G.I. Yonki y a la hermana del Guardia Carmesí, y los trasladan a su fábrica de drogas emplazada en el interior de una montaña horadada (porque seamos sinceros, no impresionas a ningún niño si no tienes una guarida digna del Doctor Maligno). Headman le ofrece a Falcon un puesto en su organización pues comprende el dolor que siente al haber sido repudiado por su hermano, pero este lo rechaza, porque es un Joe ¡y sirve al emperador! y tras burlar a los guardias se pone en contacto con Duke, que como buen Legal Neutral debe obedecer la ley y rescatar a civiles en apuros.



Falcon resiste como puede a la espera de la llegada de su hermano, haciendo cosas como volar de un lado a otro de la fábrica con un cable atado a modo de látigo de Indiana Jones a una caja en una cinta transportadora con Cindy a hombros para evitar así los torpes disparos de los esbirros. Entre que los Joe's y los Cobra comienzan a aprender a trabajar en equipo y que llevan misiles suficientes como para convertir la montaña en una autopista, consiguen llegar al despacho de Headman mientras está poniéndose hasta el ojete. El villano consigue espetarles su discurso megalomaníaco y logra huir por el tobogán, pero ésta vez a Duke se le ocurre una idea totalmente descabellada y revolucionaria: seguirle por el tobogán. Gracias a esa disparatada idea que no se le volvió a ocurrir jamás en la serie consiguen acorralar a Headman hasta que se vuelve contra ellos armado con una manguera escupe-droga, pero Falcon le hace un placaje y Headman muere ahogado en su propia creación. Oh, cruel e irónico destino, no sin antes hablar de sí mismo en tercera persona una última vez y activar la secuencia de autodestrucción de la base. Los Joe's y los Cobra consiguen escapar, cada bando por su lado y casi por los pelos pues si no, no tiene emoción alguna.



Falcon y Cindy vivieron felices gracias a las drogas legales que les suministraron las empresas farmacéuticas durante el resto de su rehabilitación; los Cobra se llevaron un jugosísimo saco con el símbolo del dolar sin mirar que estaba lleno de recortes de periódico; el dinero de los drogadictos fue a parar de vuelta al gobierno para -según Duke- ayudar a mucha gente; los G.I. Joe dejaron los restos de Headman esparcidos por los escombros de la montaña y regresaron al hogar para hacer un informe.

R.I.P. 1985-1985

Dedicado a Headman, el único dibujo animado que murió en la serie G.I. Joe por tener la osadía de querer hacer algo nuevo.

Ya lo sabéis niños, si vendéis o tomáis drogas vendrán los Joe's y os derribarán vuestra base secreta encima.

12 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el artículo, como me he reído XD.
    La vida del esbirro es muy dura y no está bien pagada ni bien reconocida.
    Voy a ver si encuentro ese capítulo XD.

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    1. Me alegro de que cumpliera su cometido. :P

      Y el episodio se titula "The Greatest Evil", en dos partes. ;)

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  2. JOOOODER LA MANGUERA ESCUPEDROGA!!! ¿Alguien hablo de un Hell Hound de Slaanesh?

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    1. Algo completamente mortal, desde luego. xD

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    2. Aunque me queda la duda ¿como se financiaban las armas y los materiales los cobra si no era median trafico de drogas? ¿los esbirros llevaban una doble vida como profesor, reponedor del mercadona o chofer de escuela?

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    3. Algún palo suelto si que les ha debido de salir bien, pero vamos, que los vehículos esos suyos los harían en su casa juntando un par de hierros y un motor, a ver qué sonaba...

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  3. Yo de enano tuve muchos de los muñecajos, como los de la entonces WWF (ring inclusive xD)

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    1. Jejej qué míticos. Hace poco falleció el Último Guerrero, ya van varios que cascan el huevo en torno a los 40-50 tacos... "no te digo náh y te lo digo tóh".

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    2. Mickey Rourke en la peli de El luchador mismamente. Pero el enterrador y hulk hogan son inmortales

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    3. Hulk Hogan hace tiempo que murió (mentalmente hablando) y el Enterrador ya va por el número no-se-cuantos.

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  4. Va, lo que me he reído...
    Aún recuerdo los estrafalarios vehículos y los muñecos de la serie.
    Y como todo lo ochentero, tenía ninjas.
    Enhorabuena por el post.
    Un saludo.

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  5. Esa es una de las cosas que intentaba, haceros reír. :P
    Todo aquello en lo que aparezcan ninjas es una lección de historia en toda regla.
    ¡Gracias, me alimento de vuestros halagos! xD
    Un saludo para ti también. :)

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