Cazadores
de Voland
Regimiento
de Renombre
“Los
Cazadores de Voland son indisciplinados, no llevan uniformes y su
aliento es peor que el de un Ogro. Pero combaten como si fueran la
guardia personal del Emperador”
Conde Von Emmerschein Mirrenburg
Voland
llegó a Tilea procedente de alguna provincia del Imperio. En ese
momento no era más que otro de los héroes mercenarios reclutados
por los Tileanos en sus incesantes guerras. Se hizo famoso como jefe
de una banda de caballeros mercenarios llamados los Cazadores
(Venatores en tileano común). La motivación de Voland y sus
caballeros no podía ser más diferente a la de los Bretonianos o el
Imperio. Eran soldados de fortuna, interesados sólo en dos cosas:
dinero, ¡y cómo gastarlo! También era una caballería de élite
cuya atronadora carga podía dispersar a las formaciones enemigas más
densas.
Aquellos
que se unían a Voland a menudo eran los hijos sin herencia, y
frecuentemente caídos en desgracia, de nobles ricos y famosos, y que
no poseían nada más que sus magníficas armaduras y sus excelentes
caballos de guerra. Sus ambiciones eran principalmente el combate y
el dinero, aunque no necesariamente por ese orden, pero estaban
ansiosos de practicar y mejorar. A estos jóvenes manirrotos se les
unieron caballeros renegados del Imperio, y uno o dos Caballeros
Noveles bretonianos que de
algún
modo habían olvidado sus nobles misiones, y preferían una alegre
vida de rivalidad y combates.
Voland
decretó que los Cazadores debían abandonar toda señal
identificativa de su familia y adoptar nuevos nombres para ocultar
sus orígenes. Se rumorea que Voland es en realidad el hijo
descarriado de
algún
famoso Conde del Imperio. ¡También hay quien dice que no es otro
que el hijo bastardo del Emperador! Voland nunca ha confirmado o
desmentido ninguna de estas historias, por lo que éstas se hicieron
más elaboradas e increíbles con el paso de los años. La historia
de que era la vergonzosa descendencia del Hada Hechicera de Bretonia
y un extraordinariamente inteligente cerdo tuerto llamado Eric es uno
de los inventos menos creíbles acerca de su misterioso pasado.
Los
Cazadores de Voland se abrieron paso por el Viejo Mundo pagados con
oro por sus patrones, oro
que se
gastaron principalmente en enormes borracheras, en las que se
consumían barriles enteros de vino. Durante un tiempo viajaron hacia
el Este, donde fueron reclutados en algunos de los Reinos Fronterizos
más desesperados, pequeños dominios que se mantenían en esos
territorios infestados de Orcos. Como diversión entre batalla y
batalla, los Cazadores justaban entre ellos mientras sus camaradas
apostaban sobre el resultado. Es bastante habitual que los Cazadores
resulten heridos de
gravedad
o incluso mueran en estos combates, o en las peleas de borrachos que
siempre tienen lugar después. El regimiento es acompañado en su
marcha por una larga caravana de suministros, sirvientes, queridas y
ruidosos seguidores de campamento apilados sobre unos carromatos
cargados hasta los topes con barriles de vino saqueados. El ruido de
su campamento puede oírse a kilómetros de distancia.
Una vez
Voland y sus hombres dejaron atónita la flor y nata de la caballería
Bretoniana por la audacia de presentarse en el gran Torneo de
Couronne con sus armaduras todavía manchadas con el barro y la
sangre de los campos de batalla de Kislev. A pesar de sufrir unas
resacas gargantuescas y contra todo pronóstico, los Cazadores
desmontaron al campeón del Rey y a una docena de los mejores
caballeros del reino. ¡El Rey de Bretonia estaba tan enfurecido que
juró que Voland no entraría nunca más en su reino excepto
encadenado! Son despreciados por los Caballeros Bretonianos e
ignorados por los Caballeros del Imperio, pero no les importa. Han
combatido en muchas batallas encarnizadas, contar los peores
enemigos, y en sitios que otros caballeros más nobles y más sobrios
nunca han visto.
El Regimiento:
Capitán: Voland.
Lema: La Respuesta. Sin Preguntas.
En Venta: El oro que se pague, se destinará al bar local
Grito de guerra: ¡El ultimo en morir es un cobarde!
Apariencia:Armadura bruñida y heráldica de V.
Coste:
Voland y cuatro Cazadores, incluidos
un portaestandarte y músico, tienen un coste total de 205 puntos.
Esta es la unidad mínima que puedes reclutar. El tamaño del
regimiento puede incrementarse por un coste de 28 puntos por cada
cazador adicional.
Patrones: los
cazadores de Voland pueden alquilarse en un ejercito de Mercenarios
cuyos puntos se añadirán al porcentaje de unidades básicas.
También pueden alquilarse en cualquier ejército de Warhammer de las
Fuerzas del Orden (excepto Bretonia) y las Fuerzas No Alineadas en
los contaran que como Aliados de Confianza , y en los de las Fuerzas
de la Destrucción (excepto Demonios del Caos, Incluso ni Voland es
tan temerario como para luchar para un Demonio) en los contaran que
como Aliados Desesperados. Su puntos se añadirán al porcentaje de
unidades Singulares.
Nota: Voland
se considera personaje a efectos del juego, puede lanzar y aceptar
desafíos, pero no puede ser el general del ejercito, ni abandonar su
unidad, ni a esta se puede unir ningún personaje aliado.
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M
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Ha
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Hp
|
F
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R
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H
|
I
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A
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L
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Voland
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4
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5
|
5
|
4
|
4
|
2
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5
|
3
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8
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Cazador
|
4
|
4
|
3
|
4
|
3
|
1
|
3
|
1
|
8
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Caballo
|
8
|
3
|
0
|
3
|
3
|
1
|
3
|
1
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5
|
Tipo
de Tropa:
Caballería.
Tamaño
de Unidad:
5+
Equipo:
- Arma de mano
- Armadura de placas tileana (proporciona una tirada de salvación por armadura de 4+).
- Lanza de caballería.
- Escudo.
- Caballo de guerra con barda.
Reglas
Especiales:
- Borrachera:
Normalmente
Voland y sus cazadores va a la batalla todavía con restos de la
resaca aun patentes. Incluso llevan alguna jarra de vino u otras
bebidas alcohólicas con ellos para entrar en batalla. El efecto de
la bebida combinada con su experiencia en incontables batallas contra
el peor de los enemigos les da una especie de coraje que solo se
encuentra entre los caballeros más nobles, esta euforia puede
llevarles en un afán de gloria ha hacer cargas consideradas suicidas
aunque alguna vez gracias a ellas se han ganado batallas.
Para
representar esto, Voland y sus cazadores obtienen la regla inmunes a
la psicología, y debido a su entusiasmo pueden entrar en “Estado
Berserker” (ver furia asesina), si carga bajo sus efectos obtiene
la regla carga devastadora hasta el final del turno.
- Aguantad la Línea! (solo Voland):
Voland
llegó a Tilea de algún lugar del Imperio y desde entonces se ha
curtido combatido en muchas batallas encarnizadas contra los peores
enemigos (o con ellos) de todo el Viejo Mundo haciendo crecer su
fama y su precio.
Mientras
que Voland siga con vida la unidad tirará 3D6 en cualquier chequeo
de desmoralización que tenga que hacer, utilizando los dos
resultados más bajos.
- Botín de Guerra (solo Voland):
Los
Cazadores de Voland se gastan el oro de sus patrones, en sus dos
ambiciones principalmente en enormes borracheras y para el combate
sustituyendo sus magníficas armaduras (muchas veces destrozadas
después de borracheras justando entre ellos) y sus excelentes
caballos de guerra. Muchas veces se les paga con parte del botín de
guerra (más lo que ellos decidan saquear) que puede ir desde cosas
tan simples como armaduras del enemigo o oro hasta poderosas armas
mágicas.
Voland
puede tener objetos mágicos por un valor total máximo de 50
puntos, Voland debe escoger los objetos mágicos de la lista común
del reglamento (nadie pondría en manos de un mercenario una
reliquia sagrada), adicionalmente si lucha en un ejercito mercenario
también podrá escoger de entre esa lista de objetos mágicos. Estos
puntos se contabilizan adicionalmente al precio total de la unidad.
Wonderful minis!
ResponderEliminarYa tienen sus años, pero no están mal.
Eliminarwala ya lo tengo en PDF, si la verdad es q pese al paso del tiempo aun están bn aunq claro si no renuevas la caballería del Imperio poco tienen q envidiarles, aun los venden los de GW y más regimientos de renombre q son de las mejores figuras q han hecho y mejor se conservan, nose xq no les ponen reglas y pasan a plástico si así salen a un precio menos abusivo. Bueno iré recopilando y adaptando alguno más
ResponderEliminarLos caballeros del Imperio no están mal, pese a los años.
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