In nomine Satanis/Magna Veritas

Hoy quería dedicar unas breves líneas a este antiguo juego de rol, In nomine Satanis/Magna Veritas. Siento un cariño especial por este juego, al que he dirigido algunas partidas. La ambientación del juego transcurre en este mundo, el mundo real... con algunos pequeños cambios: aquí, los ángeles y los demonios existen, y se inmiscuyen constantemente en el mundo, buscando su premio final: el alma humana. Todo rebosa humor negro.

Si nos decantamos por In nomine Satanis, los jugadores harán el papel de demonios, y si el juego elegido es Magna Veritas, tomarán el rol de ángeles. Tanto los ángeles como los demonios sirven a un superior, que es el que condiciona los poderes sobrenaturales que estos tendrán. Cada personaje puede elegir un patrón diferente, un Arcángel (en Magna Veritas) o un Príncipe Demonio (en INS). Aquí encontramos, por ejemplo, a Kronos, Príncipe Demonio del Tiempo (un cabronazo de los gordos); a Novalis, Arcángel de las Flores (todo un hippy) o a Belial, Príncipe demonio de las Pesadillas (alguien muy, muy retorcido y macabro).

Los ángeles se encarnan en cuerpos humanos, concretamente en los cuerpos de aquellos que se dejan "poseer" voluntariamente: gente muy devota. Los demonios también poseen cuerpos humanos, pero sólo de aquellos que acaban de morir. Esto puede dar lugar a situaciones muy, muy divertidas al inicio de la aventura (recuerdo una partida de INS que dirigí, ambientada en la postguerra española, en la que los personajes se reencarnaron en los cuerpos de los cuatro muertos en un accidente de coche: el alcalde de un pueblo, el cura y dos guardias civiles... xD).

La gran pega del juego es el sistema: utiliza dados de seis caras de forma muy curiosa: D666. Tiene una única tabla para resolver todas las acciones, y el 666 es crítico para los demonios y pifia para los ángeles. Divertido, pero muy farragoso a la hora de echar una partida.

El manual merece la pena aunque sea para leer las docenas de relatos cortos que aparecen en él, con un humor negrísimo y una sutil crítica social oculta en la mayoría de ellos.

Os dejo el manual básico en español para descarga directa, y un relato corto extraído de las páginas de este, para que catéis los maravillosos relatos cortos que aparecen.

DESCARGAR IN NOMINE SATANIS/MAGNA VERITAS

SEIS MESES ES MUCHO TIEMPO

Mi camarada y yo soñamos juntos...

Es mi primer camarada. Siempre ha estado aquí, pero no le había visto antes. No veía nada antes. Pero ahora mis ojos ya están terminados, y ya puedo ver lo que hay a mi alrededor. Y está mi camarada. Es divertido, porque es rojo, un poco transparente, y flota como yo. Estamos atados juntos por un grueso cordón que me sale del vientre. Es muy raro.

De vez en cuando oigo voces en mi cabeza, grandes voces, gritos que me dan miedo, pero mi camarada me tranquiliza, late regularmente, emite ruiditos que solamente yo comprendo, porque es mi camarada.

A veces me dejo llevar por las mareas de este mar. El agua es caliente y salada, me gusta. Y cuando nado siento que él está sobre mí. Nadar me agota, por eso duermo mucho.

Y sueño. Sueño formas, colores, veo rostros que asocio a sonidos, a ruidos. Y también sueño con música. Es mi camarada que duerme conmigo y me acuna con su ritmo, siempre regular.

Tengo también una familia. Conozco muy bien a mi mamá aunque nunca la haya visto. Es muy bonita y me quiere mucho, y reconozco su voz cuando me habla. Conozco menos a mi papá, quizá porque es mudo, porque nunca habla. Y las voces que oigo gritar no pueden ser mi papá. No, no. Pero cuando sueño lo veo bien. Es alto y fuerte, y me quiere mucho.

La última vez soñé que hacíamos un gran viaje lejos, muy lejos, donde no había agua salada, donde había que respirar y al principio hacía daño. Me desperté sobresaltado, pero mi camarada me tranquilizó. Me explicó, con sus pequeños ruiditos, que era algo normal, que le pasaba a todo el mundo.

Un día soñé que una gruesa aguja pinchaba mi universo. Me hirió en la pierna y grité muy fuerte, pero nadie me oyó porque grité bajo el agua. Entonces noté que mi mamá no estaba bien. Apenas se movía, cuando antes estaba siempre corriendo y haciendo cosas, lo sé porque mi camarada me lo dijo. Pero después de la aguja nada. Y luego vino otra aguja, y aún otra más. Y cada vez que me pinchaban, yo lloraba. Por suerte, mi camarada estaba allí para consolarme. En mi sueño lo veo brillante, lleno de lucecitas que parpadean aquí y allá. Ayer, en un sueño, conocí su nombre. Se llama Placenta. Es un bonito nombre. Lo sé porque oí cómo mi mamá gritaba su nombre. Ella debió telefonear a alguien porque yo oía una voz, muy fuerte y muy aguda. Hablaba de Placenta y también de Deficientepsíquico. Quizá sea mi nombre. También es un bonito nombre, Deficientepsíquico. Quizá un poco largo. Ella dijo que mi padre era un mierda. Eso me gustó, quería decir que papá estaba allí. Luego, tuve algo de miedo. Dijo algo así como que no había tenido dinero para hacerse análisis.

Cuando yo sea mayor, mi mamá tendrá siempre dinero.

Y ahora, sueño que mamá me lleva en sus brazos. Yo la abrazo muy fuerte y no quiero que se vaya. Nunca. Quiero estar siempre con mi mamá.

Mi mamá está muy triste, lo noto en mi sueño. Pone las manos en su vientre. Es mi universo, su vientre. Y yo quiero cogerla. Mi mamá me dice que será mejor así, que ella no podría mantenerme. No sé qué dice. Ahora nos dormimos. Todo va bien.

Cuando me despierto, ya no estoy en el agua caliente y salada. Todo está duro y frío. Pero no me asusto, sé lo que es. Estoy en el Cubo de la Basura. Mi camarada Placenta, rojo y viscoso a mi lado, me lo ha dicho.