domingo, 18 de marzo de 2012

Bestiario del Viejo Mundo: Cambiaformas (2)

(Ir a la primera parte)


EL OJO DEL SABIO

Las historias sobre cambiaformas son comunes en el Viejo Mundo, aunque no muchas de esas historias los hacen aparecer como otra cosa que no sean bestias malvadas. Los cambiaformas son hombres y mujeres con la habilidad de adoptar algunos de los atributos o incluso la forma completa de un animal. Algunos han sido malditos, mientras otros parecen tener la habilidad desde el nacimiento. Los estudiosos del Imperio suelen discutir sobre dónde está la línea divisoria entre un cambiante y un mutante. No parece haber una respuesta clara o sencilla, razón por la que el debate ha continuado durante siglos. Los nórdicos llaman a estos cambiaformas "licántropos" y, de hecho, cambiaformas; es obvio que surge de su lenguaje.

"Los nórdicos no tienen una palabra para `mutante` en su lengua nativa. La más cercana y adecuada se traduce quizás como `dotado` , o quizás `elegido`sería más aproximado. Escogidos por los Poderes Oscuros, dotados por sus dioses. Existen líneas familiares completas que han sido tocadas hasta donde abarca la tradición oral con el poder de adoptar la forma de ciertos animales, sobre todo osos o lobos, aunque he oído hablar de otras bestias... y de cosas que es mejor no describir. La mayoría de esos `dotados`sólo adoptan parcialmente la forma de su bestia `tótem` en combate; pero los que parecen ser los mayores de ellos, sus líderes y nobles, se transforman completamente cuando la furia de la batalla les domina."
WILHELM BIEL, MERCADER DE TIERRAS LEJANAS



El argumento se complica por el hecho de que muchos nórdicos están claramente corrompidos por el Caos, aunque ellos dirán "bendecidos", y muchos de los que una vez fueron considerados cambiaformas bien podrían estar en camino de convertirse en engendros del Caos. Lejos del norte, la historia cambia. Los cambiaformas pocas veces dan alguna señal de que sean algo distinto a un humano. De hecho, los que están malditos con el "cambio" podrían no conocer siquiera su naturaleza, cambiando de forma sólo cuando se ven obligados, bien por las lunas, al ser heridos o por la orden de un hechicero, indicando que la corrupción del Caos podría no tocar a todos los cambiaformas de la misma manera.

"No es una enfermedad, es una marca de nacimiento o quizás una maldición para algunos. Los campesinos te dirán que el mordisco del cambiaformas es infeccioso, portando la posibilidad de convertir a otro también en un cambiante. Los estudiosos menos informados se refieren a esta aflicción como licantropía, e intentan tratarla con varias hierbas, incluyendo el venenoso acónito. Yo digo que es mentira. Los que consiguen sobrevivir al ataque de un hombre lobo y luego se convierten ellos a su vez ya tenían la sangre del cambiante en su línea familiar. El ataque no hace más que despertar lo que ya estaba dentro de ellos, llevándolo a la superficie. No creo que haya nada necesariamente malvado en tener una forma fuerte; creo que se remonta a tiempos más antiguos, y quizás a anteriores creencias. En las leyendas que rodean el tiempo de Sigmar, hay referencias a los Cherusen, una de las doce tribus fundadoras originales, de la que no sólo eran expertos cazadores, sino que también tenían la habilidad de correr como los lobos. Un pensamiento conservador diría que esto era tan sólo una alusión velada a su habilidad como domadores de bestias, pero yo no lo creo así."
ECKHARD, ESTUDIOSO DE NULN, QUEMADO COMO HERÉTICO

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