miércoles, 5 de marzo de 2014
Nacida de la Ira (Relato Magic)
Íxidor estaba solo ahora. Desterrado a los yermos por la Cábala por su fracaso en los pozos de lucha, no le quedaban ni siquiera fuerzas para llorar. Lo había perdido todo: su dinero, sus sueños, y lo más doloroso de todo: su único amor, Nivea, muerta a manos de la cruel Phage. Todo lo que le quedaba eran sus pensamientos y el infinito mar de arena.
No sabía cuanto tiempo había permanecido allí tirado, sin moverse. No era consciente del movimiento del sol, del paso del tiempo. Sus pensamientos y su conciencia trataban de huir de la realidad, y luego regresaban, una y otra vez. Todo lo que podía sentir era dolor. Como artista, sólo conocía una forma de hacer que el dolor saliese de él: la creación.
Mientras reunía fuerzas y comenzaba su trabajo sabía que algo era diferente esta vez. Estaba, en primer lugar, su renovada fuerza. También estaba el brillo de las imágenes en su mente, rojas, calientes, llameantes, vivas desde el mismo momento en que las concibió. Pero, sobre todo, estaba la furia, ardiendo en cada pulgada de su ser. Rabia contra la Cábala, contra el destino, y especialmente contra Phage... Sus brazos se movieron con una velocidad sobrenatural, retorciéndose y temblando de ira contenida que animaba su forma, una vez frágil. Pudo sentir un grito muy profundamente dentro de él mismo, un grito que abarcaba todo el ardor en su interior, pero ningún sonido era suficiente. Trabajaba más y más rápido, con el sudor cayendo de su frente, casi cegándolo. Puso ese grito en sus brazos, en sus manos, en las yemas de sus dedos, mientras presionaba y pinchaba el mismo tejido de la realidad. presionó y presionó hasta que el grito comenzó a sonar en sus oídos, primero suavemente, pero incrementando rápidamente su tono y su volumen hasta que trató de silenciar a todo el resto del mundo y dejarle sordo para siempre, dejando eternamente el eco de ese grito en su cerebro.
Una pequeña ráfaga de calor le hizo cosquillas en la cara, y él miró hacia arriba. El grito era real, y provenía de la garganta de la figura que flotaba ante él. una figura que no estaba allí momentos antes, enmarcada por el sol poniente. Era bellísima, gloriosa, su rostro contraído por la furia, cada uno de sus músculos hirviendo por esa gloriosa ira contenida, ardiendo en deseos de liberar esa ira sobre un mundo cruel y malvado.
Entonces oyó sus primeras palabras, con un tono claro y ardiente.
"¿Qué deseas que destruya primero, mi creador?"
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La historia de Ixidor y Akroma es la mejor de todas las que componen el universo Magic.
ResponderEliminarEsta es la versión de Caos Planar, en la que Íxidor era negro (y Akroma roja :P).
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