El niño borracho (música de batalla, 31)

¡Qué disgusto más grande me he llevado hoy! Pues, ¿no me dice il mio ragazzo Demio que quiere que le regale un instrumento musical por su cumpleaños? ¡Un instrumento! Ya le he dicho que se vaya olvidando de ser músico. Tuve que explicarle que ese mundo no es tan bonito como el cree, que todos ellos son unos muertos de hambre; vividores de las migajas que les sueltan unos pocos individuos. Menos mal que como padre me implico en su educación. Además, ¿quién dirigiría sino él el Niño Borracho cuando yo no pueda hacerlo? Bueno, voy a ver si encuentro algún artista que me anime a la clientela esta noche, preferiblemente a base de recibir tomatazos para así recordarle a Demio cual sería su futuro si no deja las fantasías a un lado y se centra en lo importante.

Mientras tanto, en otra línea temporal de un universo alternativo...

Pues está usted equivocado amigo, y un servidor, el humilde regente del Muchachuelo Achispado le dará una lección de historia. No siempre hemos tenido el maravilloso Corporativismo como sistema de gobierno, en el cual uno puede poseer lo que quiera por el precio adecuado. Resulta que antes de que surgiesen las cuatro grandes corporaciones, Cápitol, Mishima, Bauhaus y la madre Imperial – por no hablar de la malnacida Cybertonic – el mundo estaba organizado por algo llamado países. Al parecer cada país gobernaba a su nación, es decir, a la gente que vivía en el país como mejor le parecía. Y había varias docenas de ellos. ¡Imagine qué batiburrillo! Claro está, era imposible que todas ellas llegaran a entenderse y por eso acabaron desapareciendo. Los que serían los creadores y propietarios de las corporaciones empezaron con la supresión de derechos pues estos eran la base de sus quejas pues estaban muy mal repartidos, aparte de que muchos eran una estupidez o completamente inmorales como que se pudieran casar personas del mismo sexo o que una mujer pudiera decidir por su mano mayor interrumpir su estado de gestación. También había un estrafalario derecho a la medicina que propiciaba la proliferación de la natividad y la postergación del final de gente que ya no producía nada útil. Por eso se acabaron eliminando la mayoría de ellos, porque había demasiados inconformistas que no hacían más que quejarse y pedir más. Fue así cómo unos grandes pensadores pusieron a trabajar a aquellas personas que perdían el tiempo en banalidades para levantar los cimientos de las corporaciones, en las cuales todos somos iguales y así todo el planeta quedó contento. Además, nunca comprendí ni comprenderé por qué había gente que pedía derechos que ni iba a poder usar. Imagine que usted, siendo hombre, pide tener derecho a parir. Es como una lucha contra la realidad, ¿no le parece?

Llevaba tiempo oyendo al Gran Nigromante y al resto de compañeros de juegos hablar acerca de Raevnloft, y dado que últimamente ha hablado sobre el tema me tocaba buscar algo que cuadrase para ambientar un mundo poblado por criaturas espantosas con corazones forjados en la misma esencia del mal y la bajeza humanas. Tras descartar la idea de empezar a poner himnos de ciertos partidos políticos y series de televisión, vinieron a mi mente un par de juegos, de videoconsola esta vez, cuya ambientación es estupenda para este caso. Me estoy refiriendo a las bandas sonoras del Dark Souls y el Demon Souls.

Para quienes no los conozcan, pues casi que mejor para ellos. Hay individuos de nuestro círculo que han invertido (por no decir perdido) cientos de horas de sus vidas en esos juegos, en los que por lo visto te pueden matar incluso mientras revisas el inventario de objetos. La banda sonora de estos juegos desprende misticismo, fantasía y oscuridad, aparte de tener sus momentos épicos.

Para terminar quiero recordaros que siempre que podáis visitar exitosamente “la bodega del Niño borracho”, podréis encontrar nuevo material auditivo. Ésta semana toca la banda sonora del Shandalar, que no es propiamente una banda sonora al uso, pero que está plagada de efectos de sonido referentes a hechizos y contrahechizos, encantamientos y lightnings a la cabeza. Espero que os podáis hacer con ella antes de que lo cierren otra vez, pero insistiré semana tras semana. Así de terco soy.

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