La quinta edición trajo algunos cambios en la fase de magia; al principio, se seguían usando los suplementos magia de Batalla y Arcane Magic, pues eran compatibles con el nuevo reglamento, pero unos meses después salió el suplemento Warhammer: Magia.
Algunos de los objetos mágicos más destroyer de la cuarta edición cambiaron, como el Amuleto negro o el Yelmo Dorado de Atrazar (que pasó a llamarse Corona Dorada de Atrazar), que se podían agotar tras su uso; o el mil veces maldito Libro de Ashur, que ya no permitía elevar el nivel del mago por encima de 4 (lo que acabó con buena parte de la barbarie mágica de la 4ª edición). También aparecieron unos pocos objetos mágicos nuevos que, en muy poco tiempo, desequilibraron completamente los campos de batalla: el Báculo Prohibido, que permitía lanzar hechizos con Energía Total (Fuerza irresistible, vamos) o el Libro de los Secretos, que daba cartas de magia a cambio de ir perdiendo puntos de atributos.
Los ocho colegios de la magia desaparecieron para dar lugar a un mazo de 20 hechizos denominado "Magia de Batalla". No eran realmente 20 hechizos, ya que había algunos repetidos (eran sólo 13 hechizos diferentes), y era la magia más floja y cutre de todas. Los demás mazos de magia repitieron, incluso los de los libros de ejército, con pocos o ningún cambio, excepto la Magia del Caos (Slaanesh, Nurgle y Tzeentch), que no aparecía aquí, y que vería la luz en el suplemento Reino del Caos, unos años más tarde.
Las cartas de los vientos de la magia eran iguales que en la edición anterior, con algunas aclaraciones y un diseño nuevo, pero las mismas 36 cartas.
La mecánica de la fase de magia era como la de cuarta edición,con la salvedad de que cada jugador sólo podía lanzar hechizos en su turno. Este pequeño cambio disminuyó mucho la potencia de la magia, pero seguía siendo devastadora en comparación con la actual. También se introdujo la regla de "Potenciación", que permitía a los magos usar energía adicional para potenciar sus hechizos (haciendo más difícil la dispersión) y para dispersar los del oponente (haciendo más fácil la dispersión).
En general, la magia dominó la quinta edición del mismo modo que había dominado la cuarta, pero mientras que en cuarta fueron los magos y sus terribles hechizos los que eran los reyes indiscutibles del campo de batalla, en quinta fueron los que portaban los mejores objetos mágicos, ya fueran magos o guerreros.
Quizá uno o dos años antes de la salida de la sexta edición ya había polémica en la propia White Dwarf por el abuso de los objetos mágicos, y sugerían algunas restricciones. La verdad es que se podía jugar a dos juegos diferentes: con objetos mágicos sin límite (lo que la gente llamaba Herohammer) o casi sin objetos mágicos, que producía un juego mucho más interesante y divertido.
Como siempre, muchos no supieron parar. Gente que siempre incluía el Báculo Prohibido o el Libro de los Secretos, que utilizaban extrañas combinaciones de objetos mágicos (todavía recuerdo el Cáliz del Caos + Familiar del Caos + Talismán de piedra de disformidad) o que siempre tenían dos paladines, uno con la Gema Negra de Gnar y otro con el Corazón de Infortunio.
En la White Dwarf llegaron a cambiar las reglas de algunos de estos objetos mágicos, haciendo que se agotasen, que causasen heridas al usarlos o cosas similares. Dio igual. Finalmente, todo quedó barrido por la marea con la llegada de la Sexta edición.
Esta si que la tengo yo, y efectivamente, 5000 pesetas valía. Es cierto que algunos objetos se colaban, pero yo siempre me fijé más en las armas y las armaduras (la espada de cocacila en un héroe saurio en combo con un hechizo de transportación era una putada MUY gorda contra algunos ejércitos).
ResponderEliminarSe te ha olvidado decir que también describían los objetos mágicos de todos los personajes especiales de los ejércitos, y servía como guía para conocer los bichos que campaban por ahí, en una época en la que hacerse con otros libros de ejército no era tan fácil.
Por cierto, los saberes del Caos si que venían. Al menos los de cada dios. Incluso los regalos de Caos y las Runas Enanas.
Cierto, venían en el manual los hechizos del Caos, las recompensas y las runas enanas, en un gran esfuerzo de recopilación que evitaba llevar las cartas a todas partes.
ResponderEliminarDe hecho, al cabo del tiempo, prohibieron ciertas combinaciones, por horrendas.
ResponderEliminarMuchos nos acordamos de combinar la espada de la destrucción, con la piel de hierro y el hacha de khorne, montarnos en nuestro bonito dragón de dos cabezas, volar alto, y acabar con los cañones enemigos para ganar la partida.
La espada impedía que funcionaran los objetos mágicos, pero las recompensas, no se veían afectadas, el hacha la llevabas porque era un si hiere mata ( sí, podías llevar dos espadas mágicas, y mientras portaras la de la destrucción, funcionaba ), aunque con los ataques del dragón, ya te llevabas unidades enteras, XD.
Era la era del culodurismo, al menos, si querías ganar algún torneo, luego con los colegas pues te hacías tus ejércitos de coña, con paladines de slanesh que veían a su unidad huir, pero ellos se negaban, XD.
Era divertido, XD.
El hacha de Khorne no era Arma mágica, era recompensa: por eso podías llevarlo junto a la Espada de Destrucción. Realmente no se podía llevar más de un objeto mágico del mismo tipo (venía en el Magia de Batalla, el Arcane Magic y el Magia), pero curiosamente la gente obviaba esa regla xD
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