VISIÓN COMÚN
"Nunca se ha probado que los cultistas del Caos sean nada más que el producto de la febril imaginación de algunos de los cazadores de brujas más fanáticos. La razón de que hablen una y otra vez de la 'corrupción interior' y las 'corruptas sectas orgiásticas del señor del placer' cuando el peligro real está en los bárbaros del norte nunca la sabré. Te pregunto, ¿qué motivación podrían tener eso mercaderes, nobles y estudiosos para aliarse con el Caos cuando ya tienen posiciones de tal eminencia dentro del Imperio? Sería como una abeja reina envenenando su propio nido."
ALBRETCH KINEAR, PROFESOR EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD DE NULN, HABLANDO A UNA COMISIÓN PARA ACONSEJAR A LA ELECTORA DE NULN SOBRE LA AMENAZA DEL CAOS
"Son mucho peores que los bárbaros, o incluso que los demonios. Al menos los ejércitos del Caos que vienen del norte luchan limpiamente, o algo parecido. Los cultistas del Caos socavan todo por lo que luchamos, se burlan de nuestros bravos muchachos que mueren por el Imperio. Esos cazadores de brujas suelen reaccionar de manera exagerada cuando se enfrentan con alguno de los campesinos ignorantes de los pueblos, la mayoría de los cuales no reconocerían a un demonio ni aunque les mordiera, pero están del todo en lo cierto al tratar tan duramente a la escoria decadente que dicen ser los mejores de entre nosotros y que nos entregan al Caos. Quemarlos es algo demasiado bueno para esa carroña."
CAPITÁN SCHULTZ, CAPITÁN MERCENARIO
"No pué' ser algo natural"
VIEJO HOB, GRANJERO
"Dadme un enemigo al que pueda enfrentarme con un acero fuerte y un escudo robusto en mis manos, no una daga en mitad de la noche y un libro de contabilidad"
CONDE BORIS TODBRINGER, ELECTOR DE MIDDENLAND
EL OJO DEL SABIO
Escondido justo bajo la superficie, el Caos está en todas partes del Imperio. Desde los cultos decadentes de Slaanesh en Altdorf hasta el templo secreto de Khorne bajo los barracones imperiales en Nuln, los supervivientes de las plagas que recurren a Nurglepara darle gracias y súplicas, hasta los mercaderes hambrientos de poder que hacen sacrificios a Tzeentch, casi no existe sección alguna de la sociedad que quede incólume frente a la corrupción de los Poderes Ruinosos. Tienen algo que ofrecer a cualquiera que no esté satisfecho con lo que tiene, y eso es algo que le sucede a casi todos los humanos, ya sea en el Imperio o fuera de él.
"Albretch Kinear, antiguo profesor de la universidad de Nuln, esta corte te encuentra culpable de traficar con demonios y vender tu alma al Caos. Profanaste el alto cargo y renombre que se te confiaron cuando te uniste a la sociedad de la Rueda de Plata aquí en Nuln, y aseguraste tu condenación cuando te sumergiste tan profundamente en esas enseñanzas oscuras y místicas como para convertirte en su líder. Tus crímenes ya imperdonables se convierten en aún peores por tu mala interpretación deliberada de la autoridad legítima con tus falsos pronunciamientos sobre el Caos y muchos otros asuntos. Gunther, Hans, llevadlo fuera y quemadlo. Ahora."
VORSTER PIKE, CAZADOR DE BRUJAS, HABLANDO A UNA COMISIÓN PARA ACONSEJAR A LA ELECTORA DE NULN SOBRE LA AMENAZA DEL CAOS
Los cultos varían enormemente en tamaño, fuerza, propósito y número de miembros, desde pequeñas células conspiratorias en el corazón del Imperio a pueblos completos que han jurado en secreto obediencia al Caos. Estudiosos, políticos, sacerdotes, artesanos, granjeros, soldados y miembros de casi cualquier profesión han caído bajo el azote del Caos en algún momento, y a menudo reclutan entre los suyos. De hecho, cierto número de grupos clandestinos tienen un lado público caritativo tras el que se esconden, y muchos se han unido a un culto del Caos sin comprender en lo que se estaban metiendo. Algunas sectas están dedicadas a destruir la sociedad, atrayendo revolucionarios y agitadores en gran número, mientras otros se preocupan únicamente de la búsqueda del poder personal, o simplemente de los placeres sin fin que se pueden encontrar en la adoración de Slaanesh.
"Son débiles y estúpidos, pero nos ayudarán a conseguir la victoria que perseguimos. Con nosotros atacando las fronteras del Imperio, los hombres bestia y los mutantes saliendo de los bosques y los cultistas minando y corrompiendo desde el interior, pronto tendremos el dominio sobre este Imperio que una vez fue grande, por fin borrando para siempre el nombre de Sigmar de los anales de la historia."
DRAKAR NETH SHYSH, EL PUÑO DE TZEEENTCH, TAMBIÉN CONOCIDO COMO DRAKAR EL INTERPELANTE
Lo que todos los cultistas tienen en común es que su existencia está oculta a los ojos de la gente normal, para que así los cazadores de brujas y los templarios no sean alertados inmediatamente de su existencia. Ya que el Imperio tiene cierto número de sociedades secretas diferentes que no tienen nada que ver con el Caos, el descubrir los verdaderos cultos del Caos se convierte en una tarea mucho más dura para los que buscan destruirlos. Debido a esa necesaria y extendida tendencia al secretismo y la relativa independencia de cada culto, suele darse el caso de que los cultos tengan objetivos radicalmente opuestos, hasta que algunos se encuentren en oposición directa con otro culto, sabiéndolo o no. A los dioses del Caos no parece que les importe, y hasta apoyan tal comportamiento, igual que animan a los bárbaros del Caos a atacar otros poblados que también son de los suyos.
"Cicuta"
RIKKIT ' TIK, "SABIO" DEL CLAN ESHIN
NUESTRAS PROPIAS PALABRAS
"¿Es algo tan malo querer estar en el lado ganador? Año tras año los hombres bestia se vuelven más atrevidos y los bárbaros más fuertes. Año tras año hay más mutantes, y peor aún, dentro de las fronteras del Imperio. El Emperador está luchando una batalla que perderá. Ante todo y sobre todo soy un pragmático; el Imperio me ha hecho rico, pero el Caos me ayudará a sobrevivir cuando Middenheim esté en llamas y su gente sea comida para los hombres bestia o se conviertan en sacrificios para el Dios de la Sangre. Sobrevive e incluso prospera. El Señor de la Fortuna es bondadoso con los que le alaban."
KLAUS GOETHE DEL ALTO CONSEJO DEL GREMIO DE MERCADERES, CULTISTA DE TZEENTCH
"De verdad pensaba haber experimentado todo placer conocido desde los pozos de la carne de Arabia a los tocadores de Marienburgo. Aún así nunca me saciaron. Siempre buscaba más, más intensidad, más locura divina, más éxtasis. Mientras me revolcaba en mancebía tras mancebía, antro de juego tras antro de juego, escuché más y más insinuaciones de vicios tan salces que hasta el más decadente de los libertinos se volvía retraído y reservado cuando intentaba presionar para conseguir más información. Por supuesto que esto sólo consiguió que tuviera una emoción mayor por la anticipación, una mayor determinación por descubrir tal depravación definitiva que me sería ofrecida si podía rastrear a los Discípulos de Lanshor. Sí, sabía que si quería encontrarlos podía estar arriesgando el cuerpo y el alma al mayor de los riesgos, pero parecía como si valiera la pena correr tales riesgos. De hecho, el pensamiento de que por fin podría encontrar un placer considerado como realmente detestable por los idiotas que hacían nuestras leyes aumentó mi fervor. Eso fue hace veinte años, y mi única pena es que no me entregara a los Estetas una década antes, en lugar de malgastar mi tiempo con meros deseos terrenales."
RUPERT VON EPSTEIN, HEREDERO DE LA DINASTÍA VON EPSTEIN, SACERDOTE DE SLAANESH
"Los chicos del poblado nunca me quisieron, decían que era simple como un búcaro. Todos veían a Elena como su amada, con sus rizos dorados y sus maliciosos ojos. Yo le enseñé a esa zorra y a su pequeño puñado de admiradores babeantes. A los seguidores del Señor de la Corrupción no les importaba mi apariencia, todos estaban cubiertos de pústulas, llagas y sacos de pus, de todos modos. Todo lo que tenía que hacer para conseguir los gusanos de plaga era dedicarme a la Gran Putrefacción. No es que estuviera renunciando a nada, aparte de la posibilidad de hacerme más vieja y más fea en el pueblo hasta el día en que un cazador de brujas quisiera quemarme de todos modos, fuera o no del Caos. Merecía la pena, sabiendo lo que sucedería cuando pasara los gusanos bajo su puerta. Hizo falta casi una semana para que la carne empezara a caer, podrida, de su bello rostro, y a todos los chicos guapos del poblado les pasó lo mismo más o menos un día después de ella. La parte más dura fue borrar la sonrisa de mi rostro mientras caminaba a ocuparme de mis cosas entre todo este sufrimiento, viendo en todos ellos sus expresiones mudas de horror mientras se volvían mucho menos bellos que yo."
OLGA LANGENSPIESSE, HIJA DE UN MOLINERO DEL POBLADO DE FRUNDSBERG, CULTISTA DE NURGLE
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