Warhammer y los monstruos enormes

Esta edición de Warhammer ha marcado un antes y un después: con unos pocos cambios en las reglas se ha hecho un juego completamente diferente de la anterior edición. Antes las unidades de caballería pesada dominaban los campos de batalla, pero ahora las estrellas son las unidades de infantería y los monstruos. Y hoy voy a hablar de los monstruos.

Tras leer esta entrada de Bairrin en su blog An-havva, me puse a reflexionar acerca de este cambio. ¿Qué ha pasado con los monstruos? Al eliminar la regla de Potencia de unidad, estos ya no pueden anular nunca el bonificador por filas. Esto, sumado a la regla de Impasibilidad ("tozudez" si tienes más filas que el oponente en un combate) hace que una unidad de infantería rara vez vaya a huir de un monstruo. Pero ahora los monstruos hacen Thunderstomp (golpetazo atronador... cosas de usar los reglamentos en inglés xD), con lo que, aunque les cueste hacer huir a la infantería, causan un montón de bajas. Creo que esta regla representa muy bien el tamaño de estas criaturas, y compensa el hecho de que muchos de ellos tengan un atributo de ataques bajo (la serpiente alada, por ejemplo, ahora es una opción más que interesante).

Pero básicamente quería referirme al hecho de que ahora se ven muchos más monstruos en los campos de batalla. Casi todos los ejércitos pueden disponer de algún bicharraco enorme a un precio asequible, y los monstruos se alzan orgullosos entre los regimientos. Incluso han salido varios monstruos nuevos en lo que llevamos de edición: el Aracnarock, la Esfinge, los mamuts de los ogros...

¡Y lo veo bien! El mundo de Warhammer es un mundo de fantasía, y tiene que haber monstruos. Para jugar sólo con infantería y caballería, me juego a uno histórico. Los monstruos son la "salsa" del Warhammer: destacan en cualquier ejército y aportan mucha originalidad a las colecciones de miniaturas, además de ser piezas muy divertidas de pintar. Un ejército de orcos y goblins no está completo sin su gigante; los guerreros del Caos van a la guerra junto a titánicos Shaggots, y cualquier noble del Imperio que se precie tendrá su grifo para llevarlo a la batalla. Y qué decir de los elfos y los dragones...

Lo que no me gusta nada es lo de incluir monstruos que no pegan ni con cola con la personalidad del ejército: de eso trataba la entrada de Bairrin: en la propia página de GW se podía ver una imagen de un ejército bretoniano acompañado de todas las nuevas monstruosidades de los hombres bestia: un Cigor, un Escuerzo y un Gorgon.

Me parece ridículo pensar que los nobles caballeros bretonianos van a combatir junto a esas abominaciones del Caos. Y eso que la profetisa está ahí, mirando desde un fulcro. No tiene sentido. O incluir un gran demonio exaltado (o dos, o los que sean) en un ejército alto elfo. O un unicornio en un ejército skaven. O un estegadón con los guerreros del Caos. No viene a cuento. Y todo eso es perfectamente legal según las reglas del Tormenta de magia.

¿Por qué no han puesto limitaciones a eso? ¿Por qué cualquier ejército puede incluir cualquier monstruo? La respuesta es bien sencilla: porque si un ejército X no puede incluir determinados monstruos, los jugadores de ese ejército X no van a comprarse la miniatura de ese monstruo. Y eso la GW no puede permitirlo. ¿Poner límites a lo que los jugadores les pueden comprar? ¡Nunca! Da igual que se carguen el trasfondo, lo que importa es vender más miniaturas. Es como cuando vas a una tienda de GW a comprar garrapatos y el dependiente te atosiga para que te lleves la última novedad (aunque no sea de tu ejército). Es vergonzoso. Pero tras ver a Arkhan el Negro en el ejército de Khemri, nada me sorprende (¡la próxima, Khârn con los Ángeles Oscuros xD).

Ahora, a esperar la próxima barbaridad de los de GW. Mientras tanto, os dejo con una imagen clásica: