Anoche se dio lugar en el Niño
Borracho un acontecimiento que no se ve todos los días. Había
contratado a un par de trovadores para que actuasen por la noche,
pero resultó que el cantante había comido un tomate o alguna otra
cosa que se encontrara por el suelo y no paró de vomitar en toda la
tarde. Es por esto que dejó al suo amici solo ante el peligro que
entraña mi clientela. Al pobre chico le tiritaban las piernas, pues
mis clientes están acostumbrados a que las canciones contengan
alguna mención a Sigmar, a lo que cuesta labrar el campo o hacia las
grandes gestas de los héroes del Imperio. Sin embargo nos otorgó un
recital de lo más innovador y agradable, razón por la cual solo se
llevó unos huevazos por parte de un par de descontentos al comenzar
la actuación. ¡Imagínese que al terminar se disculparon ante el
bardo y le invitaron a hidromiel! Fuese un cúmulo de casualidades o
no, se ganó el respeto del público.
Mientras tanto en otra línea temporal
de un universo alternativo...
¡Oh! ¿Acaso no está haciendo un
tiempo fantástico? Vendavales, frío persistente, granizos del
tamaño de ciruelas garrapiñadas, chubascos intermitentes, cinco
minutos de sol y luego vuelta a empezar. Me pone nostálgico
contemplar un día tan delicioso como este, que me recuerdan tanto a
un día de verano en mi tierra natal. Y lo mejor es que tengo el
Muchachuelo Achispado a rebosar de gente pidiendo cervezas
templaditas y tazas de té con pastas. Y es que en Imperial tenemos
un dicho: si no te gusta el clima del Cinturon de Asteroides, vete
por donde has venido.
Muchos juegos de Rol suelen están
marcados por estar ambientados en un periodo temporal que mezcla la
Edad Media con el Renacimiento. En cuanto a la música, uno de los
avances más notorios fue la promoción de la música instrumental,
además del desarrollo de numerosos instrumentos entre los cuales
podemos destacar el laúd; instrumento que estoy seguro ha sido
utilizado por infinidad de bardos en la historia de D&D. Para
todos ellos va dedicada esta entrada, con la esperanza de
proporcionarles un acompañamiento adecuado con el que narrar las
gestas de sus compañeros. Ah si, y las suyas también, ¿por qué
no? :P
Konrad Ragossnig es un músico que ha
interpretado una gran cantidad de canciones únicamente con el sonido
de este instrumento y el de la guitarra acústica. El ambiente de todas las canciones (que he escuchado, llevo cuatro discos y se que hay más) suele ser muy
calmado pero lleno de melodía, dignas de ser usadas para acompañar
a un trovador durante una arenga o un poema épico. También pueden
usarse para darle un ambiente relajado a las reflexivas
conversaciones que puede mantener el grupo pernoctando al calor de
una fogata.
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