Akí el Goblin Negro, informando de ke el Nigromante ze enkuentra kanzado y no va a poder atenderoz hoy (donde dize "kanzado" debería dezir "rezakozo", pero ya ze zabe kómo retuerzen laz palabraz loz muertoz vivientez). He dejado entrar a ezaz rataz muzikalez del klan Skryre, ke oz van a hablar de ruidoz raroz (aunke ze ekztraña el dulze arrullo de loz gritoz y gruñidoz de apareamiento de loz garrapatoz)
Questa
notte está especialmente hermosa. Pocas son las noches en las que
Mannslieb brilla con tanta intensidad y tan bonita en el cielo. El
viento comienza a resonar desde las regiones de Arabia y cuando esto
ocurre, los grillos, luciérnagas y otros bichitos comienzan a llenar
las veladas nocturnas con su peculiar canto al compás del rumor del
arroyo. Y a pesar de ser en cierto modo aterrador, los aullidos de
los lobos tienen un toque de melancolía y hermosura. De no ser por
los innumerables peligros que conlleva salir del poblado, sería una
noche perfecta para hacer una acampada en el monte. Y no me refiero
solo a los pieles verdes u otros seres repugnantes, sino también a
los malditos y repugnantes insectos que no hacen más que morder,
picar, aguijonear y revolotear junto a las orejas de uno cuando se
está en pleno sueño. Una vez me picó un insecto embrujado. ¡Se lo
aseguro! Se me hinchó el pié hasta parecer el de un gigante y creía
que iba a morirme del dolor. Por fortuna un sacerdote de Shallya me
bendijo y el mal acabó por salir de mi cuerpo a los pocos días. Es
por ello que mi familia envía desde entonces diezmos a su cofradía.
De no ser por él, quién sabe qué sería de mí…
Mientras
tanto, en otra línea temporal de un universo alternativo…
Así
fue agente, un suceso completamente descorazonador. Casi me salta el
alma del pecho. Iba caminando tranquilamente hacia mi domicilio tras
cerrar el Muchachuelo Achispado. Lo único que percibía a mi
alrededor era el ruido de los automóviles que pasaban de un lado a
otro sobre el asfalto mojado, el tintinear del agua que formaba
charcos bajo los balcones con goteras y el zumbante cortocircuito de
algún fluorescente de los escaparates de la avenida, cuando de
repente escuché unos pasos justo detrás de mí. Aquel individuo me
encañonó por la espalda y con una voz áspera me ordenó levantar
los brazos y quedarme quieto mientras sacaba todo mi dinero de los
bolsillos. No pude verle en absoluto, pero por el sonido del
martillear de su arma diría que era una Lion&Atkinson MK.IIIS
“Eliminator” de clase “F” semiautomática, con silenciador
cerámico de 9mm y proyectiles de poliuretano comprimido. Ya sabe,
cuando se es ciudadano de Imperial uno ha de saber esas cosas.
A
veces durante una partida no hay música que valga y hay que dejar
que sea la naturaleza de nuestro entorno la que nos hable. Es muy
bonito que, mientras nuestro grupo de aventureros camina al atardecer
en busca de un lugar seguro en el que acampar, tengamos a un bardo
detrás que nos vaya canturreando “he is Sir Robin, he comes from
Camelot. He was not afraid to die, oh brave Sir Robin, he was not at
all afraid to be killed in nasty ways, brave, brave, brave, brave Sir
Robin...” pero hay ocasiones en las que esto no ocurre.
Para
darle ambiente a estos momentos son muy socorridos esos discos
sonidos de relajación de esos que suele usar la gente para dormirse.
Buscando un poco podemos encontrar ambiente para cualquier situación
que transcurra en un entorno natural: sonidos de bosque húmedo,
jungla africana, ríos y cascadas, cantos de pájaros, croar de ranas
y pitido de grillos, lluvia y tormenta, el mero sonido del viento…
en fin, lo que se os ocurra para ambientar lo que imaginéis.
Yo
por ejemplo en ocasiones hago uso de una colección que encontré
llamada Echoes of Nature, diez discos con sonidos de este estilo y
bastante variados, además de otros muchos. Este tipo de archivos de
audio son ideales para poner durante un rato. Normalmente los
archivos que he encontrado son lo suficiente largos, de entre diez
minutos y una hora de duración; tiempo más que de sobra para que se
pueda desarrollar la acción con un ambiente adecuado y luego pasar a
otra cosa.
Hay
un segundo nivel en todo este asunto y se trata de los efectos de
sonido. Me refiero a todos esos soniquetes que aparecen en cine y
televisión que representan fielmente los pasos de quien aparece en
escena, el oportuno sonido de un relámpago, el tintinear de unas
llaves abriendo una puerta… ese tipo de cosas. Por ejemplo, si
rebuscáis en las carpetas de los videojuegos de ordenador que podáis
tener, normalmente encontraremos los efectos de sonido de dichos
juegos, además de la banda sonora del propio juego. Seguro que
encontráis sonidos de puñaladas, disparos, gritos, coches
derrapando, efectos que emulan la resolución de un hechizo (el
Shandalar está lleno de esas cosas)… incluso por qué no, frases
enteras.
Rebuscando
por la red me topé con un torrent enorme de audio ambiental (40
gigas en .wav, una salvajada) que utilizaba la BBC y que tiene una
cantidad inmensa de sonidos variopintos: animales, ruido de charla de
gente de distintos países y lugares (cafetería, estación de
tren…), maquinaria, atmósfera rural, alarmas varias... aunque
personalmente yo no los uso durante una partida pues requiere tener
el ordenador cerca para buscarlos y es algo demasiado específico
como para encontrar el que quieres y ponerlo en el instante en el que
vaya a hacer la gracia. Simplemente os informo de que esas cosas
existen, pues creo la idea de tener un disco con maullidos de gatos
clasificados por edades y estados de ánimo (por poner un ejemplo)
solo le puede hacer gracia a un enfermo como un servidor.
Y
para terminar me gustaría lanzar una reflexión al aire. Muchos de
discos que están grabados en entornos al aire libre tiene la
peculiaridad de recoger múltiples sonidos de bichitos, pajaritos,
ardillitas, monitos, serpientitas, leoncitos, jaguarcitos... yo he
escuchado un supuesto disco de relajación en el que sonaban leones
apareándose y cosas similares. Era ridículo; me imaginaba a un tipo
con gabardina a lo Inspector Clouseau, con un micrófono y una
grabadora enorme de las de cinta magnética colgada del hombro
dándose una vuelta por la jungla y entrevistando la vida salvaje
autóctona ¿A alguien puede relajarle tal cosa, que estés a punto
de dormirte o centrado en tus pensamientos y que de repente escuches
a un león pasar a tu lado, a una serpiente de cascabel silbando o a
un tigre alimentándose? A mí personalmente, no mucho.
La
realidad llega a ser ficción:
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