lunes, 9 de julio de 2012

El niño borracho (música de batalla, 17)


Akí el Goblin Negro, informando de ke el Nigromante ze enkuentra kanzado y no va a poder atenderoz hoy (donde dize "kanzado" debería dezir "rezakozo", pero ya ze zabe kómo retuerzen laz palabraz loz muertoz vivientez). He dejado entrar a ezaz rataz muzikalez del klan Skryre, ke oz van a hablar de ruidoz raroz (aunke ze ekztraña el dulze arrullo de loz gritoz y gruñidoz de apareamiento de loz garrapatoz)



Questa notte está especialmente hermosa. Pocas son las noches en las que Mannslieb brilla con tanta intensidad y tan bonita en el cielo. El viento comienza a resonar desde las regiones de Arabia y cuando esto ocurre, los grillos, luciérnagas y otros bichitos comienzan a llenar las veladas nocturnas con su peculiar canto al compás del rumor del arroyo. Y a pesar de ser en cierto modo aterrador, los aullidos de los lobos tienen un toque de melancolía y hermosura. De no ser por los innumerables peligros que conlleva salir del poblado, sería una noche perfecta para hacer una acampada en el monte. Y no me refiero solo a los pieles verdes u otros seres repugnantes, sino también a los malditos y repugnantes insectos que no hacen más que morder, picar, aguijonear y revolotear junto a las orejas de uno cuando se está en pleno sueño. Una vez me picó un insecto embrujado. ¡Se lo aseguro! Se me hinchó el pié hasta parecer el de un gigante y creía que iba a morirme del dolor. Por fortuna un sacerdote de Shallya me bendijo y el mal acabó por salir de mi cuerpo a los pocos días. Es por ello que mi familia envía desde entonces diezmos a su cofradía. De no ser por él, quién sabe qué sería de mí…

Mientras tanto, en otra línea temporal de un universo alternativo…

Así fue agente, un suceso completamente descorazonador. Casi me salta el alma del pecho. Iba caminando tranquilamente hacia mi domicilio tras cerrar el Muchachuelo Achispado. Lo único que percibía a mi alrededor era el ruido de los automóviles que pasaban de un lado a otro sobre el asfalto mojado, el tintinear del agua que formaba charcos bajo los balcones con goteras y el zumbante cortocircuito de algún fluorescente de los escaparates de la avenida, cuando de repente escuché unos pasos justo detrás de mí. Aquel individuo me encañonó por la espalda y con una voz áspera me ordenó levantar los brazos y quedarme quieto mientras sacaba todo mi dinero de los bolsillos. No pude verle en absoluto, pero por el sonido del martillear de su arma diría que era una Lion&Atkinson MK.IIIS “Eliminator” de clase “F” semiautomática, con silenciador cerámico de 9mm y proyectiles de poliuretano comprimido. Ya sabe, cuando se es ciudadano de Imperial uno ha de saber esas cosas.

A veces durante una partida no hay música que valga y hay que dejar que sea la naturaleza de nuestro entorno la que nos hable. Es muy bonito que, mientras nuestro grupo de aventureros camina al atardecer en busca de un lugar seguro en el que acampar, tengamos a un bardo detrás que nos vaya canturreando “he is Sir Robin, he comes from Camelot. He was not afraid to die, oh brave Sir Robin, he was not at all afraid to be killed in nasty ways, brave, brave, brave, brave Sir Robin...” pero hay ocasiones en las que esto no ocurre.

Para darle ambiente a estos momentos son muy socorridos esos discos sonidos de relajación de esos que suele usar la gente para dormirse. Buscando un poco podemos encontrar ambiente para cualquier situación que transcurra en un entorno natural: sonidos de bosque húmedo, jungla africana, ríos y cascadas, cantos de pájaros, croar de ranas y pitido de grillos, lluvia y tormenta, el mero sonido del viento… en fin, lo que se os ocurra para ambientar lo que imaginéis.

Yo por ejemplo en ocasiones hago uso de una colección que encontré llamada Echoes of Nature, diez discos con sonidos de este estilo y bastante variados, además de otros muchos. Este tipo de archivos de audio son ideales para poner durante un rato. Normalmente los archivos que he encontrado son lo suficiente largos, de entre diez minutos y una hora de duración; tiempo más que de sobra para que se pueda desarrollar la acción con un ambiente adecuado y luego pasar a otra cosa.

Hay un segundo nivel en todo este asunto y se trata de los efectos de sonido. Me refiero a todos esos soniquetes que aparecen en cine y televisión que representan fielmente los pasos de quien aparece en escena, el oportuno sonido de un relámpago, el tintinear de unas llaves abriendo una puerta… ese tipo de cosas. Por ejemplo, si rebuscáis en las carpetas de los videojuegos de ordenador que podáis tener, normalmente encontraremos los efectos de sonido de dichos juegos, además de la banda sonora del propio juego. Seguro que encontráis sonidos de puñaladas, disparos, gritos, coches derrapando, efectos que emulan la resolución de un hechizo (el Shandalar está lleno de esas cosas)… incluso por qué no, frases enteras.

Rebuscando por la red me topé con un torrent enorme de audio ambiental (40 gigas en .wav, una salvajada) que utilizaba la BBC y que tiene una cantidad inmensa de sonidos variopintos: animales, ruido de charla de gente de distintos países y lugares (cafetería, estación de tren…), maquinaria, atmósfera rural, alarmas varias... aunque personalmente yo no los uso durante una partida pues requiere tener el ordenador cerca para buscarlos y es algo demasiado específico como para encontrar el que quieres y ponerlo en el instante en el que vaya a hacer la gracia. Simplemente os informo de que esas cosas existen, pues creo la idea de tener un disco con maullidos de gatos clasificados por edades y estados de ánimo (por poner un ejemplo) solo le puede hacer gracia a un enfermo como un servidor.

Y para terminar me gustaría lanzar una reflexión al aire. Muchos de discos que están grabados en entornos al aire libre tiene la peculiaridad de recoger múltiples sonidos de bichitos, pajaritos, ardillitas, monitos, serpientitas, leoncitos, jaguarcitos... yo he escuchado un supuesto disco de relajación en el que sonaban leones apareándose y cosas similares. Era ridículo; me imaginaba a un tipo con gabardina a lo Inspector Clouseau, con un micrófono y una grabadora enorme de las de cinta magnética colgada del hombro dándose una vuelta por la jungla y entrevistando la vida salvaje autóctona ¿A alguien puede relajarle tal cosa, que estés a punto de dormirte o centrado en tus pensamientos y que de repente escuches a un león pasar a tu lado, a una serpiente de cascabel silbando o a un tigre alimentándose? A mí personalmente, no mucho.



La realidad llega a ser ficción:

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