La película del que fuese uno de los extraterrestres más carismáticos de la década de los 80' le pone la guinda a la que fue una de las series más absurdas que aparecieron por nuestros televisores. El argumento transcurre varios años después del fin de la serie, cuando Alf decidiera quedarse con los Tanner para intentar comerse a su gato y a seguir haciéndole la vida imposible a Willy. Alf fue descubierto por los militares que están bajo el mando de un traumatizado Martin Sheen porque a su mamá la volvieron loca los aliens. ¿A quién no le ha pasado? Alucina ver cómo uno de los seres más inaguantables de la galaxia se las arregla para vivir en una prisión militar como si se tratara de un hotel de cinco estrellas. No solo eso, sino que acaba siendo embajador de Melmac en la tierra. Durante ochenta largos minutos hace que nos preguntemos el motivo de que le sigan dejando hablar.
A diferencia de la ocasión en la cual hablé de G.I. Joe, en esta ocasión no voy a hacer un resumen de la película. Sería perder mi tiempo y haceros perder el vuestro. Cada vez estoy más convencido de que solo hay un único extraterrestre ochentero que no defrauda se mire como se mire, y ese es Vomitón.
¡Madre mía! una serie que es todo un recuerdo de infancia... ¡que tiempos!
ResponderEliminar:D
¡Un saludo!
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Es de esas cosas que no deben salir del recuerdo :P
Eliminar¡Saludos!
xDDDDD ya te digo jajaja
ResponderEliminarEs que echar una mirada al pasado puede resultar decepcionante. :P
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