Questo que está ocurriendo por el pueblo me es molto familiar. ¿Sabe?, últimamente escucho cada vez a más campesinos quejándose de los impuestos que se inventan los hombres poderosos. Io ya había visto algo parecido en mi Tilea natal. Créame, esa gente comienza a darse cuenta de lo importantes que son esos impuestos; no para sufragar las guerras ni para defendernos de los enemigos de nuestra región, y mucho menos para mejorar la calidad de vida de la gente. De lo que nos dimos cuenta fue que los impuestos servían para mantener ricos a los ricos y hacer más pobres a los pobres. Fue muy triste. La gente salió a defender sus tierras cuando estaba tan ahogada que casi no podía permitirse el lujo de comer. Apenas recuerdo nada de aquella época y desgraciadamente la mía mamma ya no está con nosotros para preguntarla; pero lo haré cuando vuelva de arar el viñedo. El único recuerdo que conservo de aquella época y de mi padre es la manera en que me escondió bajo las escaleras de la casa y verlo salir a unirse a los hombres que marchaban a la batalla al son de los redobles de tambores.
Mientras tanto, en otra línea temporal de un universo alternativo…
Oh, bienvenido al Muchachuelo Achispado estimado cliente. Me ha pillado usted terminando de colgar la fotografía de mi graduación en los Intrépidos Asteroides, un grupo de juventudes de la Corporación Imperial en el que estudié, ya lo ve usted, cuando era un mozalbete. Cuán hondo calaron en mi corazón las canciones que nos enseñaron, llenas de vítores a la Serenidad. Allí nos enseñaron la importancia que tiene ya no solo Imperial en toda la galaxia, sino el resto de Corporaciones que también ayudan en pequeña medida a evitar que el caos se desate entre los hombres. Nos mostraron vídeos acerca de cómo la gente tiende a desvirtuarse y a hacer lo que le da la real gana si no tiene unas normas y unas leyes que lo ayuden a guiarse correctamente. Porque, ¿quién me asegura que, si no tuviéramos leyes, no querría cualquiera venir a agredirme y llevarse lo que es mío? Créame, son las Corporaciones y su sistema de economía galáctica las que aseguran que eso no pase. Protegen a hombres como usted y yo para que podamos disfrutar de productos y servicios sin miedo a que esos sucios pobretones y vagos nos los arrebaten por mera envidia lo que tanto nos cuesta conseguir. En pocas palabras; hace valer a quien vale, y al que no vale, portazo en las narices.
La guerra, ese hobby de la humanidad, ha sido adornada desde sus albores con una gran cantidad de sonidos, ritmos y melodías que infunden a todo corazón el miedo a la carnicería y muerte. Si jugáis a algún wargame histórico siempre podréis tirar de la música de nuestra propia historia (la humana, digo). Con tan solo poner “marcha militar” en Youtube veremos una amplia variedad de himnos militares, listas de reproducción y material de audio para aburrir. A alguno seguro que no le agrada porque sea un sonido viejo, porque algunas tengan voz/letra, porque el himno en cuestión vaya en contra de su ideología política e incluso porque otras puedan parecer marchas circenses en lugar de infundir grandiosidad o respeto.
Por otro lado y aunque no sea algo destinado para el caso, cada año se celebra en varios países unos eventos llamados Military Tattoo. Se trata de una exhibición de bandas militares en la que cada nación hace una serie de coreografías acompañadas por los ritmos que ellos mismos interpretan con su particular estilo. Podemos encontrar desde las habituales bandas que intimidan al adversario con sus redobles de tambores y sus sincronizados despliegues hasta compañías de ciclistas que interpretan sus himnos subidos sobre sus vehículos, pasando por una competición en la cual dos equipos transportan un cañón desmontado, lo arman, disparan varias salvas y vuelven a transportarlo. Todo ello acompañado por redobles de tambor y/o melodías más populares.
En cuanto a los lados presente y futurista de todo esto, pues podemos utilizar más o menos lo que queramos. Personalmente me gustan las bandas sonoras de los videojuegos “Command & Conquer 3: Red alert” y “Command & Conquer Tiberian Dawn”. Es difícil analizarlas porque son de lo más variopintas: elementos orquestales, corales, sinfónicos, electrónicos… todos ellos juntos haciendo que solo que solo tengas en mente la batalla.
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