Ely Cromlich estaba de pie a bordo del barco. Estaba gritando de dolor, su naturaleza demoníaca y viviente traicionada por la herida. Aunque el barco zozobró, se mantuvo fuertemente agarrado pese a su único brazo. Pero la visión del vacío le tentó. Desde que la pura aniquilación lo había tocado, había soñado con su destrucción... con Pentar... y se dio cuenta de que esta era su única oportunidad de ser nada en absoluto. Dando un paso fuera de la nave mientras sus aliados gritaban, supo que el enorme campo de negrura que se alzaba frente a él era mucho más que un simple arma.
Era el principio del fin.
La Guardia del Destino rinde homenaje a la entropía, creyendo que es la única cosa constante en el Multiverso. Algunos se protegen de la entropía, mientras que otros protegen a la entropía de aquellos que intentan detenerla. Pero están unidos en su creencia en un constante declive, en que el Multiverso alcanzó su máximo esplendor en el momento de su creación, y desde entonces es un camino cuesta abajo. Muchos Poceros son mercenarios y guerreros, dedicándose a oficios centrados diariamente en la destrucción, pero otros se aproximan de forma más sutil mediante la magia, la piedad u otros medios.
Filosofía: La entropía es la única verdad. Todo se cae a pedazos.
Apodos: Poceros, Hundidores (Polvorientos, Cenicientos, Salados, Vacíos)
Cuartel general: Planos cuasielementales negativos
Principales razas: Humanos, tieflings, Zénitres.
Principales clases: Guerreros, pícaros, magos.
Fáctol: Ninguno
Miembros prominentes: Devland (LN macho semi-elfo Guerrero16 Ceniciento), Nagaul (NB hembra enana Clérigo12 Vacía), Pereid (LN hembra humana Pícara20 Polvorienta), Roth (CN macho tiefling Guerrero15 Salado), Spragg (LB macho humano Experto10/Guerrero 5)
Alineamiento: Cualquiera
Símbolo: Un cráneo de animal con cuernos y espinas sobre un campo azul, rodeado por un anillo amarillo.
FILOSOFÍA
Un sólo ideal guía a la Guardia del destino: todo se cae a pedazos. La única verdad del Multiverso es que algún día terminará. De hecho, se está terminando cada minuto de cada día, con cada copo de óxido, cada cuerpo envejeciendo y cada poder desvaneciéndose. Está pasando a gran escala. Nada puede pararlo, incluso aunque toda la peña lo intentase a la vez. Por cada dedo que aprietes para que no salga el agua, otra grieta se abrirá por la presión. Mucha peña se enfurece ante la entropía, o intentan detenerla. La Guardia del Destino toma el camino opuesto. ¿Por qué esperar? ¿Por qué no ayudarla?
Es esta aceptación de la entropía la que lleva a pensar a la mayoría de la peña que los Hundidores están locos o peor. La verdad es que las razones por las que un tío puede querer acelerar el final pueden ser muy variadas, y no todas ellas maléficas. Algunos piensan que el Multiverso es imperfecto, y ese estado debe ser revertido reiniciándolo. Otros creen que los mortales y los Poderes tienen una tendencia a alargar antinaturalmente el periodo de vida de los planos, y estos Poceros tratan de remediar el daño que esta “preservación” causa. Algunos simplemente quieren ver el final del Multiverso durante su vida, y tomar parte en ese evento final de la historia de los planos. Otros están inspirados por la desesperación y el caos que la entropía lleva a sus vidas, y dejan que se enraíce permanentemente en sus almas. Sean cuales sean sus razones, están unidos en la creencia de que el Multiverso se cae a pedazos, y negar ese final es negar su propósito.
La
Guardia del Destino, sin embargo, y de acuerdo con su tendencia a
romper y dispersar otras cosas, se ha roto y se ha dispersado.
Actualmente cuatro sectas mayores se llaman a sí mismas la Guardia
del Destino, cada una representando un punto de vista particular
acerca de la filosofía de los Poceros. Antes de la Guerra de las
Facciones sólo había tres sub-facciones, de acuerdo a la Regla del
Tres. Pero cualquier Hundidor te dirá que es fácil que tres trozos
lleguen a ser cuatro, y maldita sea la tradición.
La
fracción que más ha crecido es la Guardia del Destino de la Ceniza.
Un número de Guardias del Destino liderados por Spragg han abrazado
la creencia de que las cosas se están acabando demasiado rápido,
señalando a la Guerra de las Facciones como un ejemplo para todos
aquellos Hundidores que piensen diferente. Quizá estremecidos por la
destrucción desencadenada durante la guerra, estos Cenicientos no
ven la decadencia rápida con tanto amor como la veían antes. Aunque
creen de todo corazón que el Multiverso tiene su propio camino hacia
la aniquilación,, han empezado a pensar que no es correcto tratar de
acelerar ese final, y que puede causar innecesariamente daño a los
planos. Uno de sus miembros más antiguos, Devland, simplemente hizo
un gesto hacia la ceniza que rodeaba su ciudadela, y señaló que ya
hay suficiente entropía. Además, si la facción desaparecía,
¿quién iba a ayudar a la entropía cuando lo necesitase? Si bien la
mayoría de sus esfuerzos en este momento se están poniendo en sanar
sus propias heridas y unificar su facción, también buscan frenar a
los miembros más radicales de su facción, así como ralentizar la
hemorragia planar que creen que la Guerra de las Facciones ha
comenzado.
Aunque
antaño fueron la fracción más grande, la entropía ha tomado
fuerza en el grupo ahora conocido como la Guardia del Destino de la
Sal, y su número disminuye debido a sus propias acciones
destructivas. Estos tíos creen que la entropía debe acelerarse lo
más rápidamente posible. Siguen la visión que tenía su líder
perdida, Pentar, que antes los guiaba, y que ahora continúa Roth, el
heredero de ese legado. Aunque no se preocupan demasiado de los
ciclos naturales de descomposición, asumen un papel activo vendiendo
armas e información a ambos bandos de la Guerra de Sangre, con la
intención de intensificarla. También creen que cualquier Hundidor
que no suscriba su punto de vista es una pálida burla de lo que
debería ser un Guardia del Destino. Ahora mismo, sus mayores
oponentes son los Cenicientos, la Guardia del Destino de la Ceniza, y
han estado muy cerca de eliminar completamente a la fracción de
Spragg. Aunque son vistos como peligrosos maníacos por muchos
miembros de la organización, pocos pueden poner en duda su
dedicación... y su enorme arsenal bélico, buena parte del cual fue
“liberado” de la Armería de Sigil.
El
punto de vista más moderado es el de la Guardia del Destino del
Vacío, que piensa que la entropía está siguiendo su pauta
correcta, y que la Guardia del Destino sólo debe considerar
intervenir en algunos casos concretos, o no intervenir en absoluto.
Liderados por Neraul, son la segunda fracción más grande de la
Guardia del Destino, y se han aliado con los Cenicientos con el
objetivo común de restaurar la fuerza de la facción. De hecho, sino
fuese por sus esfuerzos,la facción hubiese desaparecido hace tiempo.
Por supuesto, puede que en una década estén trabajando para detener
el crecimiento de la facción... si es que aguantan tanto tiempo.
La
Guardia del Destino del Polvo es mucho más ecléctica, sin tomar
partido por una u otra visión de la entropía. En lugar de eso,
están unificados por el hecho de que la entropía ha enraizado en
sus almas. Liderados por Pereid, son la fracción más grande de la
Guardia del Destino, y muchos son tan caóticos como los Xaositectos,
e incluso algunos están innegablemente locos. Muchos fueron heridos
durante la Guerra de las Facciones u otros conflictos, y sus cuerpos
aún están marcados y desfigurados por las cicatrices. Una creencia
reciente entre los miembros de esta facción es que la entropía debe
internalizarse, que sólo aquellos que llevan su marca, de una forma
u otra, pueden comprenderla realmente. Están divididos entre quienes
creen que la entropía actúa muy rápido, quienes creen que lo hace
al ritmo correcto y quienes creen que actúa muy lentamente, pero es
su creencia en la entropía interna la que los unifica.
BREVE
HISTORIA
Pocos
conocen la historia anterior a la Gran Convulsión de la Guardia del
Destino. Pereid, la Señora del Destino del Polvo, ha escuchado
rumores acerca de que la Guardia del Destino es en realidad anterior
al propio Multiverso, y tiene la labor de terminar con él... por su
propio bien, añadiría Pereid. Por supuesto, la cruda realidad es
que es la más lunática de entre un montón de lunáticos, pero la
idea se ha extendido a través de las filas de la facción hasta
cierto grado. Creen que la creencia de sus predecesores se ha
preservado de algún modo, y continúan creyéndolo, considerándose
proveedores de una fuerza natural del Multiverso.
Los
registros más minuciosos apuntan a la formación de la facción
durante la propia Gran Convulsión. Los documentos de los Jefes
cuentan que la Guardia del Destino se formó a partir de media docena
de cultos apocalípticos que veían la Gran Convulsión como un signo
de que el Multiverso se enfrentaría a su destrucción en poco
tiempo. Unidos por su creencia de detener ese final, sobrevivieron
para convertirse en una de las quince facciones que controlarían
Sigil durante seiscientos años. Volviéndose más organizados tras
la Gran Convulsión, tomaron el papel de guardias de la Jaula,
patrullando la ciudad contra la “perdición”.
Siglos
después, un tío muy carismático conocido como Molluus inició un
cambio en la facción. Clamó que era la “perdición”la que
necesitaba protección, que la entropía había sido dejada de lado a
la luz del nuevo orden de la Dama. Atrajo a un número de pequeñas
sectas y a aquellos individuos de larga vida que se sentían
alienados por la Gran Convulsión, algunos de ellos profundamente
amargados por la desaparición de su facción. Era común que muchos
tuviesen como objetivo vengarse de las otras facciones y destruir
completamente Sigil. La Guardia del Destino se dividió, y pronto
quedó claro para facciones como el Harmónium y la Fraternidad del
Orden que los Hundidores no estaban capacitados para llevar a cabo
sus tareas como guardianes de Sigil. Ciertamente, las acciones de la
secta de Molluus apoyaban este punto de vista, y sus seguidores
comenzaron a organizar revueltas y motines contra los que llamaban
“los perros falderos de la Dama”. Sorprendentemente, la Dama del
Dolor no tomó ninguna represalia contra la peña que se quejaba de
ella.
La
guerra estalló entre la Guardia del Destino y el Harmónium, con
otros grupos apoyando a una u otra facción. Sin embargo, el
Harmónium tenía la superioridad numérica de su parte, y forzó a
los Hundidores a retirarse a la Armería, donde se refugiaron durante
meses. Incluso aquellos que previamente habían protegido la ciudad
contra la “perdición” fueron señalados y acusados por el
Harmónium, y se vieron forzados a elegir entre unirse al grupo de
Molluus o perecer a manos de los Cabezones. Durante meses la Guardia
del Destino atacó las instituciones de Sigil, hasta que los otros
fáctols votaron en el Parlamento a favor de revocar el estatus de la
Guardia del Destino como facción. Aunque Molluus tenía intención
de continuar la guerra aún sin tener estatus de facción, él y sus
seguidores se desvanecieron repentinamente. Con esta amenaza
pendiendo sobre sus cabezas, y mentes más calmadas dirigiendo la
facción, la Guardia del Destino fue forzada a firmar un pacto de
sangre en el que se comprometían a no instigar nunca más una guerra
en Sigil.
Después
de aquello, la Guardia del Destino asumió el deber de crear y
distribuir armas en Sigil, una tarea acorde con su filosofía. La
facción aún se encontraba dividida, y de hecho nunca más han
vuelto a estar unificados. Los miembros más antiguos creían que la
entropía era algo que debía ser ralentizado, prevenido, puesto que
se estaba moviendo muy rápido; mientras que los miembros más
jóvenes creían que Molluus estaba acertado, aunque hubiese tomado
un camino incorrecto. Decidieron aceptar su papel para acelerar la
entropía y la decadencia, aunque de una forma más sutil que
Molluus. Finalmente, algunos creían que ambos bandos estaban
equivocados, que el Multiverso se estaba desmoronando al ritmo
correcto y que era mejor estudiar caso a caso, podando cuando no
hubiese suficiente entropía y preservando cuando hubiese demasiada.
Se convirtieron en una especie de balanza del equilibrio dentro de la
facción, acorde a la Regla del Tres, continuando así hasta hace
bien poco tiempo.
La
última fáctol de la Guardia del Destino, Pentar, se encontraba en
línea con las antiguas ideas de Molluus. Votada por los Señores del
Destino para el liderazgo por su fanatismo y su talento para la
destrucción, Pentar apoyaba acelerar la entropía mediante cualquier
medio posible. Con este objetivo en mente, solamente apoyó a
aquellos Hundidores que compartían su punto de vista, reclutó al
medio-tanar'ri Ely Cromlich, financió la construcción de los Barcos
del Caos (una invención de destrucción masiva creada por los
tanar'ri y la Guardia del Destino) y se lanzó a la guerra contra la
Gran Marcha de los Modrones. El apoyo a su punto de vista dentro de
la facción creció rápidamente hasta hacerse mayoritario. Muchos se
veían inspirados por la devoción de Pentar, y aquellos que se
opusieron encontraron un final rápido y terrible. Sin embargo,
muchos de sus planes quedaron inconclusos cuando fue enlaberintada
por la Dama del Dolor al inicio de la Guerra de las Facciones.
La
Guardia del Destino culpó al Harmónium y a los Sensibles por la
desaparición de Pentar, y la amenaza de que se avivase el conflicto
hizo que el Harmónium demandase a la Guardia del destino que
abandonase la Armería y entregase todas las armas en su poder. La
Guardia del Destino se negó, y acabó estallando una batalla entre
los Hundidores y Anarquistas por un lado, y el Harmónium y los
Mártires por el otro. La Armería fue destruida, Ely Cromlich -en
ese momento al mando de la Guardia del Destino- quedó mutilado
cuando las Esferas de Aniquilación que se guardaban en la Armería
se liberaron... y la Guerra de las Facciones dejó a los Hundidores
con un recuento de bajas mayor que el de ninguna otra facción.
Buena
parte de la Guardia del Destino, tras la Guerra de las Facciones,
planeó escapar hacia las ciudadelas de la facción en los planos
cuasielementales negativos. Los habitantes de Sigil no les guardaban
mucho afecto, y carecían de un liderazgo que los cohesionase más
allá de los Señores del Destino. Por supuesto, sin los portales de
la Armería, tuvieron que regresar a sus ciudadelas por el camino
largo... y no todos estaban de acuerdo en cuál de los Señores del
Destino debía ser informado primero. Pese a todo, donde hay
voluntad, hay un camino, y muchos se encontraron desprendiéndose con
gran dolor de sus amadas armas a cambio de un pasaje en un buque de
los genios... o muriendo al tratar de hacer el viaje por el camino
duro.
Toda
la facción esperaba que los Señores del Destino tomasen decisiones
sobre el futuro de la Guardia del Destino, y decisiones tomaron -sólo
que no las mismas. Roth, Señor del Destino de la Sal, que había
estado haciendo tratos con los demonios durante algún tiempo, no
estaba interesado en una “nueva dirección” para la facción.
Mucha de la vieja guardia de la facción se posicionó con él,
incluyendo al ahora mutilado Ely Cromlich. Neraul, Señora del
Destino del Vacío, terminó siendo la anfitriona de Spragg y de
todos aquellos que le siguieron. Spragg ofreció su dirección -una
de contra-entropía- a la Señora del Destino, y fue rechazado
después de una larga deliberación. Tras el largo viaje hasta la
ciudadela de Pereid, Spragg y sus seguidores discutieron en buena
medida el asunto con ella. Pero justo cuando pensaban que habían
ganado a la Señora del Destino del Polvo para su causa, otro grupo
de Hundidores llegó y discutió en privado con Pereid, después de
lo cual Spragg y su grupo fueron expulsados del lugar a punta de
espada. No fue hasta que hablaron con Devland, Señor del destino de
la Ceniza, que hallaron un aliado.
Esto
dividió a la Guardia del Destino en dos grupos: aquellos que estaban
con Spragg y aquellos que estaban con Ely Cromlich. El conflicto era
inevitable (y estalló rápidamente), con Roth y Ely -y una horda de
tanar'ri tripulando su Barco del Caos -demostrando en la puerta de la
ciudadela Exhalus su intención de aniquilar a sus hermanos
“traidores”. El asalto a la ciudadela desmoronada fue feroz, y
los Cenicientos no tuvieron más remedio que huir. Mientras el Barco
del Caos desgarraba la ciudadela, el secreto de las cualidades
entrópicas de ésta quedó revelado: era el hogar de una esfera de
aniquilación más grande que ninguna otra de la que hubiera
registros. Por razones desconocidas para todos excepto para él
mismo, Ely Cromlich saltó de la nave hacia la esfera. Además, la
esfera se agitó y se abalanzó sobre el Barco del Caos,
destrozándolo y matando a la mayor parte de los invasores Salados.
Con los Cenicientos y los Salados quebrados, parece que la Guardia
del Destino ha alcanzado una nueva situación estable... aunque algo
intranquila. La Guardia del Destino de la Ceniza se ha retirado a la
ciudadela Cavitius desde entonces, donde parece que han encontrado un
nuevo hogar pese a los espíritus inquietos de los muertos que allí
moran.
Aunque
actualmente la Guardia del Destino no tiene un líder claro, Spragg
ha destacado durante el conflicto y la responsabilidad que ha
descansado sobre sus hombros durante los últimos años. Lejos de lo
que una vez fue -el tembloroso asistente personal de Ely Cromlich-,
ahora es lo más cercano que la facción tiene a un nuevo fáctol.
Aunque no tiene el control de toda la facción -y está lejos de
tenerlo-, tiene dos poderosos aliados en Devland y Neraul, y parece
que frecuentemente Pereid se posiciona a su lado, aunque ella es
voluble, en el mejor de los casos. Sin embargo, Roth continúa
firmemente oponiéndose a él, a veces de forma violenta.
OBJETIVOS
La
Guardia del Destino ha vuelto, finalmente, a tener influencia en los
Planos Exteriores una vez más, y las cuatro fracciones buscan nuevos
miembros, alianzas y cosas que necesiten romperse. Han comenzado a
debatir sobre lo que queda de sus antiguas alianzas, y varios asaltos
de los Salados al Harmónium han cristalizado en odio entre los
Cabezones y los Hundidores una vez más, para disgusto de los
miembros más moderados de la facción. Está claro que la Guardia
del Destino está metiendo ruido en los Planos Exteriores, e incluso
en Sigil.
Los
Cenicientos han estado muy ocupados asegurando su propia
supervivencia, aunque parece que por fin tienen una oportunidad de
mirar a los Planos Exteriores y ponderar sus planes a largo plazo.
Muchos se preguntan cómo han sido capaces de establecerse en la
ciudadela Cavitius -un lugar corrompido con espíritus oscuros y
magia necromántica- con relativa facilidad. Sin embargo, lo oscuro
del asunto permanece oscuro para todos, salvo para Spragg, Devland y
un puñado de Poceros de alto rango.
Los
Salados han dedicado sus esfuerzos a asegurarse de que las heridas de
la Guerra de las Facciones no lleguen a sanar jamás. Ya estén
trabajando en apoyar la Guerra de Sangre o atacando a grupos del
Harmónium, parecen obstinados en asegurarse de que las facciones
permanezcan desestabilizadas y dispersas.
Los
Vacíos se encuentran centrados en preservar la facción, pese a los
diferentes puntos de vista y demás problemas. Cumpliendo el papel de
conservadores de la causa de la Guardia del Destino, han ofrecido
apoyo a los otros grupos, viéndose a sí mismos como iluminados en
el arte de percibir la entropía.
Finalmente,
los Polvorientos parece que no tienen un objetivo unificado salvo
extender su visión de su “nueva senda”. Han empezado a llegar a
lugares como Sigil, predicando su filosofía de iluminación a través
de la autodestrucción. Se dice que algunos de sus miembros más
fanáticos van por ahí hiriendo a la peña -tanto física como
mentalmente- para extender su palabra de una forma más directa,
aunque los informes que hablan de ello no tienen demasiada veracidad.
Ciertamente, iría totalmente en contra de la idea de la
autodestrucción.
ALIADOS
Separados
como están de los centros de la política planar, la Guardia del
Destino está teniendo muchas dificultades en mantener el contacto
con sus antiguos aliados. Ya que todas las fracciones -salvo la de
Pereid- tienen poco tamaño como para alcanzar sus objetivos por sí
mismos, todos han mirado hacia el exterior en busca de otros grupos a
los que puedan influenciar o que puedan brindarles apoyo.
Una
alianza con los Hombres de la Ceniza no parecería algo inusual, pero
se vuelve algo más extraña cuando te das cuenta de que se alían
únicamente con la Guardia del Destino de la Ceniza. Algunos dicen
que lo oscuro del asunto está en la ayuda de los Muertos a los
Cenicientos a la hora de volver a morar en la ciudadela Cavitius, y
que ahora Spragg y Devland le deben agradecimiento a un no muerto de
una u otra clase. Otros dicen que lo oscuro del asunto está en algo
que estaba guardado en la ciudadela, y que los Muertos están de
algún modo interesados en eso.
Sobre
los Salados, los rumores dicen que han establecido un nuevo cuartel
general en algún lugar de los Planos Inferiores, un lugar que pueden
usar para extender la entropía por todo el Multiverso. Algunos
incluso aventuran que están apoyando a algunas de las fracciones de
la Liga Revolucionaria, con la esperanza de que los Anarquistas
asesten un golpe mortal al Harmónium de una vez por todas.
Parece
que los Vacíos tienen pocos aliados fuera de su facción, y que en
lugar de eso tratan de encontrar aliados dentro de la propia Guardia
del Destino. Se dice, sin embargo, que están aliados con el
recientemente formado Culto de Esferus, o incluso que fueron ellos
quienes lo fundaron. Este culto adora a una gigantesca esfera de
aniquilación que surgió de la ciudadela desmoronándose durante el
enfrentamiento interno de la facción, creyendo que la esfera es un
Poder en sí misma. Aunque no hay modo alguno de comunicarse con la
esfera, y no parece que tenga ningún Legado, los adoradores reciben
conjuros por su adoración de todos modos.
Los
Xaositectos han llegado a una alianza cercana con los
Polvorientos,aunque parece un acuerdo muy informal. La línea que
separa el caos de la entropía es muy delgada, y algunos Xaositectos
se han pasado a los Polvorientos, y viceversa. Incluso han colaborado
en acciones que no parecen tener interés para las creencias de una u
otra facción. La naturaleza exacta de esta relación simbiótica no
está clara, y algunos esperan que termine cuando muchos Xaositectos
se pasen a las filas de Pereid.
ENEMIGOS
El
Harmónium no está al tanto de la reciente fractura ideológica de
la Guardia del Destino, y los últimos sucesos han llevado a los
Cabezones a considerar a todos los miembros de la Guardia del Destino
como enemigos, o incluso peor. Por otro lado, los Hundidores culpan
colectivamente al Harmónium del estado de su facción. El odio mutuo
entre ambas facciones es uno de los más amargos de todos los planos,
pese a los intentos de los Hundidores más moderados de no reavivar
viejos odios en estos tiempos difíciles.
Sin
embargo, la enemistad entre la Guardia del Destino y la Fraternidad
del Orden aún ha de ser revivida. Los Polvorientos aún no han
centrado su atención en ellos, por considerarlos más inofensivos, y
piensan encararse con los Jefes cuando se encarguen de Mechanus. La
Fraternidad del Orden no considera a la Guardia del Destino como una
amenaza, pues la ve demasiado fragmentada como para suponer un
problema para sus estudios.
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