viernes, 13 de noviembre de 2015

Trilogía Qatsi: existencia en bruto

Hoy vengo a hablaros de una trilogía de películas poco comerciales pero que en mi modesta opinión definen lo que es el arte, pues están tan sujetas a la interpretación de cada persona que me resultan muy difíciles de definir de otra manera. Se trata trilogía conocida como Trilogía Qatsi (vida), dirigidas por Godfrey Reggio y producidas por otros directores de renombre como Francis Ford Coppola o Steven Sodderberg. Llevan como títulos Koyaanisqatsi, Powaqqatsi y Naqoyqatsi y están inspiradas en una serie de profecías de los indios Hopi, aunque este último detalle mencionado en todas partes lo considero como una de esas cosas que solamente le interesa a gente como Lisa Simpson.



Se componen de diversas imágenes tomadas de todas partes (documentales, anuncios publicitarios y material propio) que tratan de representar sin ningún tipo de diálogo la creación, transformación y destrucción de la vida y el impacto del modo de vida moderno en el medio ambiente utilizando exclusivamente imágenes sobre gente o escenarios de gran esplendor. El único dato de referencia son las profecías de esta tribu en las cuales están inspiradas.



Sin duda alguna, otro de los alicientes para verlas es la banda sonora de éstas, compuesta por Philip Glass. Curiosamente he de decir a este respecto que la primera vez que escuché un fragmento de esta banda sonora fue en el película "El Show de Truman". Se trataba de una de sus versiones del Anthem, y la reconocí al instante pues no solamente es una melodía muy característica, sino que transcurre en un momento muy impactante de la película; la escena en la que todos los actores de la isla se encuentran en sus puestos, esperando a la aparición de la estrella del programa. Además resulta ser el único fragmento de la banda sonora de esa película que no fue compuesta para la misma y eso se nota. Pero volviendo al tema, decir que me parece una obra maestra, especialmente cuidada para cada momento de la película al que acompaña.



Otro de los detalles que me ha llamado la atención son los métodos empleados en cuanto a la edición y manipulación de imágenes. Otra de las cosas que suceden es que desde que se rodó la primera película hasta que se rodara la tercera transcurrieron casi veinte años. Esto se nota sobremanera en la última película, la cual está rodada en la práctica totalidad con diversos efectos de cámara y otros efectos especiales que dan una sensación de transformación constante. Y sin embargo, no se observa un desfase muy desproporcionado en cuanto al uso de técnicas disponibles entre ambas épocas; quiero decir con esto que la primera película está bien rodada para su época, y que en comparación creo que la última podía haber dado mucho más de sí a este respecto.



Decir también que hay un buen número de análisis y documentales realizados sobre estos trabajos, unos más exhaustivos que otros y con decenas de datos. Pero la verdad es que no he tenido demasiado interés en profundizar demasiado en ese tipo de detalles para averiguar más sobre las verdaderas pretensiones de lo que pretendía transmitir el director al rodarlas. Diré que, mientras las veía me parecieron impactantes, y dada la subjetividad del asunto es con mis propias impresiones con lo que prefiero quedarme.





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