Internet destruye infancias: Street Fighter

He vuelto a encontrar la motivación y piedra-bruja necesarias como para arremeter de nuevo contra los recuerdos que manteníamos ocultos en nuestra memoria como si de un trauma infantil se tratara; la película de Esfrig Taiter digooo Estriit Faigter.

En este 2016 hemos entrado pisando fuerte en lo que se refiere a celebridades que han pisado el hoyo para quedarse en él. Desde luego el paso del tiempo es inevitable y nuestro final, ineludible. Supongo que por esa razón me resultó especialmente interesante eso de mofarse de los defenestrados (total, no pueden defenderse y tampoco les va a importar mucho). Pero esto me dio pensar en los pocos actores cuyo fallecimiento me impactó en mayor o menor medida. Y es que Raúl Juliá (M. Bison, Gómez Addams) falleció a los pocos meses de terminar la película de Street Fighter a consecuencia de un accidente cerebrovascular, sin duda alguna producido por el inmenso disgusto que se llevó al comprobar que fue su actuación lo que hizo que algunos consideraran esa película como "pasable". Lo cierto es que el guión de la película no está tan mal hilado como podía haberlo estado, pero imagino que a muchos les pasará que ver a Jean-Claude Van Dame en el papel del coronel Guile es como ver a Resines intentando no hacer de Resines; es decir, la película se convierte automáticamente en "una peli del Van Damme".

Años atrás, si se hacía un buen videojuego acababa por tener su propia película. Ahora pasa absolutamente todo lo contrario; que a cualquier bazofia de película le sacan un videojuego. Por eso, que en aquel entonces le sacaran una película a una saga de videojuegos daba la esperanza de que iba a darle mayor personalidad. O eso te esperas con nueve años.

Vayamos con el argumento de la susodicha. En el país imaginario de Shadaloo (que se parece mucho a Tailandia), la guerra contra las fuerzas del general M. Bison dentro de sus propias fronteras sigue estancada, pues el desquiciado general financiado con el dinero del narcotráfico ha conseguido secuestrar a sesenta y tres trabajadores de no se sabe dónde y todos los países del mundo se quedan acojonados. Es tal la encrucijada en la que pone Bison a todos los países del planeta que estos deciden pagar un rescate de 20.000 millones de dólares por los rehenes, pero no conforme con eso Bison ya comenzaba a planear secuestrar a la reina de Inglaterra para que sus Bison-Dólares se compren al cambio de cinco libras. ¡Hasta tiene esbirros uniformados que no parece que vayan a ir a la comunión o algo así! Lo lamento Doctor Maligno, pero ahora mismo me parece usted un burdo aficionado.

Pero es en esos momentos cuando comienzan a confluir todos aquellos individuos a los que Bison cabreó en un momento u otro de su vida y que resultaron ser rencorosos a más no poder. El mismo coronel Guile se negó a seguir las órdenes de sus superiores porque Bison había secuestrado a su amigo Carlos Blanka para someterle a una serie de experimentos con piedra-bruja o algo así; a Chun-Li le arrasó la aldea en la que vivía de pequeña; al sumo Honda y al boxeador Balrog les destruyó su reputación de deportistas profesionales. Vamos, haciendo amigos allá donde fuera.

"Tú saqueaste mi aldea y mataste a mi padre hace veinte años, ocho meses y trece días." - "Para mí sólo fue un martes."

Por otro lado está la historia de Ken Masters y Ryu Hoshi. Quienes en el videojuego fueran respetados maestros de las artes marciales, ahora se encuentran tratando de estafar a Viktor Sagat, jefe del hampa de Shadaloo y mano derecha de Bison. Sagat los captura y manda a Ryu a luchar contra Vega, el lugarteniente de Sagat. Pero en ese momento aparece Guile y les manda a todos al trullo porque alguien estaba fumando en el bar con la típica proporcionalidad y buen hacer del ejército norteamericano.

Guile se encuentra entonces con un dilema; se ha hecho con la ciudad pero no tiene a Bison. De modo que planean una elaborada fuga para que Sagat los conduzca hasta Bison y así poder liberar al monstruito de su amigo.

Honda y Balrog limando asperezas con Ryu y Ken

Por lo demás hay bien poco que añadir, porque hay hostias y poco más. Tal vez mencionar lo "monguer" que resulta Zangief, el curioso papel de Dee Jay ex-informático de Microsoft, lo llorica del papel de Dalshim como científico, el escritorio de Bison "tuneado" como una máquina recreativa, el pequeño papel de la sexy Kylie Minogue como la coletas de la Teniente Cammy (junto a su papel en Bio-Dome es lo más grande que la he visto hacer... lo cual es bastante triste), la estética absurda de toda la película y por supuesto los golpes que trataban de emular a los clásicos movimientos del videojuego.

Por cierto, ¿sabías que...?

La última edición de Street Fighter II: World Champion del año 1993 todavía conservaba la bandera de la U.R.R.S. y la española preconstitucional. Un poquito de "por favor", señores de Capcom...