Tengo el pequeño honor de publicar la primera entrada de este cuarto año de biblioteca; y lo hago hablando además en nombre de Yibrael y de mi mismo; y con un tipo de entrada novedoso para mi (redifusión y opinión); pero por desgracia debo hacerlo con una nota amarga. Como muchos sabéis, los miembros de la Biblioteca sentimos una gran admiración por Endakil, autor del blog Diario de un Friki. El objeto de esta entrada no es otro que el de difundir el robo y el desprecio que ha sufrido nuestro compañero de armas. Podéis saber lo sucedido en esta entrada de su blog.
Lo apreciamos en lo personal y lo respetamos en lo intelectual, pues no sólo ha sido propulsor de innumerables iniciativas que promueven la expansión y el disfrute de esta (me atrevería a llamarla) subcultura, sino que tras muchas charlas y debates con él no deja de sorprendernos con sus argumentos y experiencia. Es por estas razones que este caso en particular nos afecta y nos inquieta especialmente, pues nos parece una injusticia tremenda el abuso del que ha sido objeto por parte de una empresa que a toda luz está, no tiene escrúpulo alguno.
Ahora voy a hablar por mi mismo, pues tampoco es que quiera que Yibrael parezca responsable de mis palabras. A mi juicio, esto que le ha ocurrido a Endakil es un robo en toda regla. Peor aún. No es que le hayan entrado en su casa y le hayan robado los muebles o incluso las miniaturas; objetos al fin y al cabo reemplazables. Lo que ha ocurrido es que le han robado el fruto de su esfuerzo, le han robado una idea. Aún más, ahora no podría vender legalmente aquello que él ha creado pues se encontraría legalmente vulnerable. Si hay una cosa que no comparto, aunque respeto, es su decisión de no batallar por recuperar lo que es suyo (eso haría yo, claro está, en el supuesto de que pudiera pagarme el abogado y las tasas para iniciar los procesos legales que durarían meses). Aunque bien mirado, unas reglas que te han llevado un par de días escribirlas me parece un preció más que razonable por el privilegio de poder desguazar y denunciar, tanto pública como verbalmente, a una panda de desgraciados y sanguijuelas cuya mezquindad y avaricia les impulsa a aprovecharse de un individuo que tiene más genio y creatividad que todos ellos juntos. Lo se, en ocasiones soy un poco visceral pero es que me han tocado la fibra sensible.
Siempre he defendido y defenderé que quien realiza un trabajo merece que le paguen por ello. También defiendo el libre intercambio de ideas y archivos entre los usuarios de Internet, ese gran Tocomocho virtual de la información en el que (supuestamente) nadie sale estafado. Parecen dos conceptos incompatibles dado que se supone que poca gente sube material a la red; pero no lo son tanto si tenemos en cuenta toda la información personal que nosotros mismos vertemos, de manera consciente o no, en forma de artículos, visitas a páginas o simples "me gusta esto" y que se usan en montones de estudios de mercado con los que crear patrones de conducta de consumo y otra serie de atrocidades que van en contra de la libertad de pensamiento. La información que para una persona no vale nada, es oro para otra. ¿Acaso no mereceríamos los internautas que se nos remunerara, ya puestos, por utilizar Facebook? En un mundo idílico, tal vez.
Si he desarrollado tanto esta paranoia es para intentar justificarme al decir que, desde una simple tuerca hasta los planos de un avión supersónico, todo aquello que concibe el ser humano es riqueza, algo creado en beneficio de la misma. Es por eso que usurpar la riqueza que alguien ha generado con el fruto de su esfuerzo me parece uno de los peores crímenes que puedan cometerse, tanto ética como legalmente hablando. Es por todos estos motivos que denunciamos esta injusticia. Si bien es más que posible que las cosas se queden tal cual están dado que esta clase de gentuza se aprovecha de la ausencia de ganas de la gente por revolver mierda estancada, lo más que podemos hacer es denunciar públicamente a estos individuos, solidarizarnos con nuestro compañero y desearle mejor suerte en el futuro. Te lo mereces.
Te entiendo, porque también pienso que se pueden compartir cosas descatalogadas o fuera de circulación y al mismo tiempo reclamar la propiedad intelectual.
ResponderEliminarNo defiendo el trapicheo de codex recién salidos que promueven algunos, pero siempre voy a defender el trapicheo de white dwarf descatalogadas, reglamentos de juego antiguos y cosas oldhameras.
Y por supuesto, que se respete a las personas y su trabajo.
En una ocasión dije que me daría vergüenza estar cobrando por un trabajo de albañilería que hubiese hecho hace diez años, pero eso tampoco significa que no quisiera en aquel momento mi justa remuneración por un trabajo bien realizado... hay que comer.
EliminarVERGONZOSO lo que le ha sucedido, sin duda
ResponderEliminarSi hay algo que me enerva son las injusticias, y esta en concreto me parece deleznable.
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