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miércoles, 29 de octubre de 2014

Internet destruye infancias: Las desventuras de Tintín


Hoy me apetece plasmar mis impresiones personales acerca de quien es el más famoso periodista secreto internacional. Hayamos seguido o no las peripecias de este curioso reportero belga en algún momento de nuestra vida, lo cierto es que la mayoría de la gente es capaz de reconocer ese singular flequillo anaranjado en cualquier parte. Empecemos con el despiece.


En sus inicios, Tintín trabajaba como reportero para un periódico llamado Le Petit Vingtieme. Sin embargo, no tardó en comprender que en realidad les estaba haciendo el trabajo sucio a los servicios de policía internacional, como Jessica Fletcher. Es por esto que acabó abandonando la máquina de escribir y se dedicó a rapiñar lo que podía de todos aquellos individuos de dudosa catadura moral con los que se topaba en sus viajes. Conservaba por supuesto su acreditación como periodista y la usaba sin tapujos para meterse hasta la cocina de todos los fregados de los que tenía conocimiento. Era necesario, pues la sutileza y profesionalidad de Hernández y Fernández -los dos únicos policías que debía de tener Bélgica por aquel entonces- era similar a la de un cirujano con Parkinson.

Junto a Tintín siempre se encontraba su perro Milú, el cual solía demostrar más destreza y perspicacia que su dueño. El susodicho can era capaz de colarse en cualquier lugar, desde un asentamiento en la jungla hasta en el palacio presidencial de un país imaginario, y todo con el único afán de rescatar al inepto de su dueño porque éste se empeñaba en utilizar todas las armas que caían en sus manos a culatazos.

Tiempo después conocería al Capitán Haddock. La historia de Haddock es un tanto curiosa, pues era el capitán de un buque que transportaba mercancías de contrabando. Bajo la premisa del "no lo sabía, no era consciente, no me consta", convenció a Tintín de su incompetente inocencia. Cuando estaba sobrio, Haddock era capaz de soltar improperios dignos de un mojigato tales como bachi-buzuk, mameluco, residuo de ectoplasma y otros títulos dignos de salir por la boca de Leticia Sabater. Tras conocer que era el heredero del tesoro de Rackham "el Rojo", Tintín no dudó ni un momento en sacar tajada de su herencia; lo que fuera con tal de abandonar el conocido piso que habitaba y que tantas veces habían bombardeado sus enemigos. Ah, si, y como a pesar de todo les seguía sobrando espacio invitaron al sorderas del profesor Silvestre Tornasol, quien, en un acto de crueldad sin parangón inventó las pastillas que hacen que te sienten mal el alcohol. Lo que fuera con tal de pagar a escote el salario de Nestor, el mayordomo y único encargado del mantenimiento del castillo de Moulinsart, que los viajes por el mundo salen caros.

En el elenco de personajes secundarios que tenemos varios nombres a destacar, así que voy a repasarlos un poco por encima.

Bianca Castafiore: Estúpida y canta de manera horrible la única canción que se sabe, pero hace lo que sea por sus fans, y eso le da un mini-punto.

Oliveira Da Figueira: Mercader de niveles épicos y mejor relacionado que la Pitonisa Lola, saca tajada de cualquier asunto.

General Alcazar: Un revolucionario que mezclaba la estética del Che Guevara junto con la de Fidel Castro. Parece un buen tipo, hasta que Tintín le da la espalda y se pone a traficar con armamento. Su mujer es junto con Bianca Castafiore la raíz de la misoginia que colma el universo de Tintín.

Serafín Latón: Repugnante vendedor de seguros (ojo, no quita que uno pueda ser una de las dos cosas en exclusiva) que aparece de cuando en cuando. No pierde una oportunidad para intentar colocar sus servicios, pero además siempre sale perdiendo; tanto económicamente hablando como en amistades.

Roberto Rastapopoulos: Malo recurrente. Cineasta y visionario, intenta financiar las artes escénicas con el contrabando ilegal de estupefacientes. En mi opinión, es un incomprendido.

Pero ahora vamos con quien me parece el personaje más importante de todos, y es... este tío.












Mi teoría es la siguiente: se trata del verdadero jefe de Tintín, o cuanto menos, un investigador privado contratado por su jefe para seguirle a todas partes e intentar averiguar por qué el sueldo de su ¿reportero? está tan inflado. Que no... que es el propio Hergé, que sois unos mal pensados.

O tal vez sea una reencarnación del Doctor...

Y hasta aquí puedo leer. Os dejo a vosotros la tarea de desgranar teorías sobre cuán homosexual y nazi pudo llegar a ser este entrañable personaje.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí que lo es, pero la mirada asesina de Tintín y Haddock de la foto de arriba me hizo pensar que por fin se estaban dando cuenta de que lo habían visto anteriormente. :P

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  2. Has leido Tintin en el congo? La matanza de animales que hay en ese comic es borbonica!

    PD: Despues del comentario jocoso, Herge se disculpo por ese album en concreto (ignoro si lo hizo con otros albumes) ademas ten en cuenta que algunos de estos comics se hicieron (hablo de memoria, puede que me equivoque) sobre 1920 o 1930, asi que las formas de pensar o de actuar no son como lo vemos hoy en dia, un saludo y continuad con estos posts, son geniales!

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  3. Hergé lo siente mucho y no volverá a ocurrir. Podemos estar seguros de esto último. xD

    Además, como todo dibujante o caricaturista, Hergé exageró los rasgos de los negros, lo que me hace pensar que a Hergé lo plagiaron para el logotipo de Conguitos. ¡Anda! Si hasta tenemos chocolatinas racistas y todo.

    Y como decían en Clercks 2, mi abuela no era racista pese a utilizar expresiones como "esclavo de mierda" y referirse a las botellas de cerveza rotas como "navajas de negrata".

    ¡Mil gracias! Me encanta haceros reír con mi absurda visión de la cultura popular. :P

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  4. Jodo lo d Herge d personaje no me habia dado cuenta, el General Alcazar q da un curioso golpe d estado al final, Haddock es dios aunq la putada q le hacen a el y a los revolucionarios... para dejar al profesor peor d lo q ya sta

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    1. Yo de pequeño imaginaba que hacían como en los Picapiedra, que ponían los mismos fondos para abaratar costes.

      Lo cierto es que les ayudó a centrarse en algo, pero efectivamente el producto ese es algo que solo pudo idear una mente muy retorcida.

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