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domingo, 27 de octubre de 2013

MTG: La vida de Krenko, jefe de turba (y 2)

Al día siguiente, Krenko se dispuso a buscar problemas. Y los encontró por todas partes. En Casa Solar los ánimos estaban altos y los soldados rasos estaban más interesados en sus riñas personales que en sus tareas diarias. Krenko se unió a un equipo de mantenimiento goblin en uno de los gigantescos balcones que sobresalían del bloque de edificios



- Si quisiera echarle un vistazo a Plumas, ¿hacia dónde debería ir? - le susurró al goblin de nariz ganchuda que tenía a su lado. Había estado limpiando las paredes durante más de una hora y no había logrado nada de utilidad. El goblin tenía un par de manchas en su uniforme, pero aún con todo, aparentemente no era lo suficiente para disuadirlo de su labor.

- ¡Shhh! Ella dice que ahora tenemos que llamarla Señora del Gremio Vinrenn, - le dijo a Krenko con una voz pausada como si se tratara de un niñato idiota.

- Lo que sea, ¿dónde la puedo encontrar? - preguntó Krenko.

- ¿De dónde has salido, de alguna letrina Gruul? Último piso, pero mejor que te mantengas alejado de allí. -

- ¿Qué es lo que ocurre? - preguntó Krenko. - Acabo de llegar de Barrioescombros. -

El goblin lo miró con aires de chulería. - Ya, sabía que eras Gruul. Bueno, por aquí es una locura. Aurelia se va a convertir en nuestra nueva patrona, ya que dice que un angel caído en desgracia no tiene derecho a gobernar. Vinrenn va a ser desterrado. Mientras esa no nos cause problemas, conservará su vida. Ahora, basta de cháchara si no quieres que te abra un expediente. ¿Entendido? -



Los aires de superioridad del goblin llenaba a Krenko de odio. Ese lugar estaba tambaleándose en el borde. Lo único que necesitaba era un ligero empujón.

El caos es la mejor de las coberturas, y Krenko anduvo provocando incendios y echando puertas abajo. Piso uno; un rumor incendiario en los oídos apropiados. Piso dos; golpetazo en la cara al pomposo goblin de ayer. Piso tres; esparcir bombas. Piso cuatro; activar las bombas. En el mismo instante en que llegó al nivel más alto, los pasillos se llenaron con el ruido sordo del pisar de botas y el sonido de los gritos de alarma. Afuera, las espadas se cruzaban en las balconadas. Y nadie se percató del goblin de dientes torcidos que entraba en las dependencias de Vinrenn, también conocida como Plumas, la maestra de cuyo gremio carecía aparentemente de control.

Krenko se encontró en una habitación vacía bajo la luz del cielo abierto. La intensa luz solar brillaba reflejada sobre una esfera de detención de cristal, el cual se cernía sobre el símbolo del puño sangriento estampado en las baldosas del suelo. En el interior de la estancia se encontraba sumido en un éxtasis mágico un ángel de alas blancas. Aparentemente dormía y sus alas la envolvían como si se tratara de una cría de pájaro.

Tras echar un rápido vistazo en el interior de la cámara, Krenko sacó de su bota su brillante navaja y  la hendió en la esfera. Nada ocurrió, de modo que la volvió a apuñalar. Y otra vez más. Nada. ¿Por qué le entregaría Taz una daga reluciente a no ser que fuese mejor para descuartizar que una navaja normal?

Al principio, la esfera parecía estar compuesta por una mezcla de luz y niebla, pero cuando Krenko posó las palmas de sus manos sobre su superficie, sintió algo sólido en lo alto. tomó la daga y estampó su mango contra la pieza invisible. Hubo un sonido de succión y un rayo azul zigzagueó de un lado a otro de la habitación. Con otro golpe certero, la esfera se disipó, haciendo que el angel cayera al suelo de manera poco ceremoniosa.

El sonido de los pasos se escuchaba cada vez más firme en el corredor, y Krenko tomó rápidamente dos plumas de las alas del ángel justo cuando ella comenzaba a moverse.

- ¡Ayuda! - gritó Krenko mientras corría hacia la puerta. - ¡Ha intentado escapar! ¡Está libre, y me ha atacado! -



De pronto, varios guardias de espaldas anchas cruzaron la estancia, y Krenko sacudió sus piernas en dirección a la puerta. Mientras les daba esquinazo, un minotauro acorazado arrastraba al ángel por los pies mientras sus protestas caían en oídos sordos.

Justo cuando Krenko alcanzaba el portón frontal, una enorme explosión sacudió Casa Solar. Ninguna de las suyas, pensó Krenko alegremente. De hecho, el cáos era la mejor herramienta de todas.

A la puesta del sol, Krenko se encontró con Taz en la Milenaria, una plataforma aérea con las vistas más codiciadas de todo Ravnica. Se debía ser alguien para conseguir una entrada a allí arriba. Algunos Ravnicanos esperaban a poder entrar durante toda una vida. Muchos jamás tendrían la oportunidad. Taz le estaba esperando en el punto designado, mientras contemplaba con mirada de sobresalto el laberinto de calles y edificios.




- A veces me olvido de mirar al cielo, - dijo Taz mientras Krenko le entregaba una caja de madera. En su interior se encontraba una pluma blanca del ángel. Parecía relucir con tono rojizo bajo la luz del sol poniente. - Los días pasan, y yo no miro al sol en absoluto. -

Krenko gruñó mostrando su acuerdo. Él sabía cómo se siente uno siendo una rata en la oscuridad.

- Estoy excepcionalmente complacido, - dijo Taz. - La paga está siendo entregada en su organización, tal como acordamos. -

Krenko sonreía de alegría. Con una suma como aquella, podría comprarles a Azzik y Pondl sus desayunos todos los días si quisiera. No es que fuese a hacerlo. Krenko extendió su mano para cerrar el trato, pero en lugar de estrechársela, Taz le posó en la mano una llave de plata con el sello Orzov grabado en el cabezal.

- Una caja fuerte Orzov, - dijo. - Esta llave es todo cuanto necesita para retirar el dinero. -

Las orejas de Krenko se agudizaron. - ¿El dinero de quién? -

- El de Plumas, en realidad. Ella se ganó un sueldo de Wojek durante un tiempo. Pero ya no lo necesitará. -

- ¿Por qué no te lo quedas tú? - le preguntó Krenko.

- Considérelo un pago extra. Por un trabajo bien hecho. - El Señor Taz sonrió, y la piel de su cara se hundió bajo su mandíbula. - Tiene usted dotes de mando, Señor Krenko. Puedo verlo como jefe de algo grande. -

Krenko guardó la llave y ladeó la cabeza. - ¿Qué más, Señor Taz? -

- Oh, tan solo una bagatela. Mientras se encuentre usted en el Orzhova, ¿tal vez pudiera hacerse de un pequeño objeto para mi? -


2 comentarios:

  1. Ese Krenko liante!
    Una história interesante!

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  2. En cuanto aparece se le empiezan a juntar goblins alrededor y la lía.
    Y más que vendrán. :P

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