Hola a todos. Hoy me
gustaría hablaros de los peligros que he visto que entraña el jugar
a Rol, pero para ello me veo obligado a contaros cómo me vi
involucrado en este ladino mundo lleno misterios, series mitológicos
y alguna que otra espada +3 vorpalina.
Mis primeras andanzas con
el rol corrieron a cuenta del Gran Nigromante, hace ya más de cinco
años, y la inmensa mayoría de ellas a partir de entonces. Al poco
tiempo de conocernos realmente (no entraré en más detalles al
respecto por vergüenza propia) y tras hablar sobre comics, series de
dibujos de los ochenta y otras cosas que no vienen al caso, me empezó
a hablar sobre el rol. Mis circunstancias personales habían hecho
que reprimiera ciertas gustos frikis por el mero hecho de no tener un
círculo de amigos con los que compartirlos sin que me vieran como
una especie de bicho raro. Admití no tener más idea al respecto que
la imagen perturbada que me habían dado los medios de comunicación,
lo cual hizo que Yibrael enardeciera por dentro y comenzase a
explicarme la realidad del asunto. Una vez terminamos de hablar,
tenía la sensación de que me había estado perdiendo algo muy bueno
durante mucho tiempo. Me invitó a formar parte de una partida a D&D,
y mi destino quedó sellado.
Durante aquella primera
campaña que se prolongó durante meses, no hubo una sola sesión que
no me sorprendiera o disfrutase. Uno de los aspectos que más me
llamó la atención fueron los alineamientos de los personajes. Las
discrepancias entre miembros del grupo daban lugar a situaciones
inverosímiles. Recuerdo incluso una semana en la cual, hablando con
otro jugador salieron de mi boca las palabras "pero, ¿cómo es
posible que os acabéis matando entre vosotros?". Aquella misma
semana acabé matando a uno de mis compañeros en la partida. Pero en
mi defensa diré que se lo merecía, palabra de minotauro bardo. Sí,
llevaba un minotauro bardo; y es que en Planescape se puede dar
cualquier cosa. En concreto, creo que las tres reglas de Planescape
tienen un simbolismo sobrecogedor.
El mero hecho de ponerte
en la piel de otra persona y tener que reaccionar como ésta lo haría
hace que tus miras se abran. Por muy malo o bueno que pueda parecer
alguien, detrás de todo hay un trasfondo; una serie de elecciones y
circunstancias que lo hacen ser de un modo concreto, al igual que
nosotros mismos en la vida real. Esto puede hacer que te pares
durante un instante a reflexionar o a realizar una oportuna pregunta,
y en consecuencia que el rumbo de la historia tal vez tome un giro
completamente nuevo y una coherencia mayor de lo que antes creías.
Tras imaginar que estás
en otros mundos e interactuar con otros personajes, o incluso PNJ's,
comienzas a darte cuenta de que hay una forma de ver las cosas por
cada ser vivo que habita en este mundo. No estoy diciendo que yo sea
alguien "zen con el universo" o como lo quieran llamar los
chakrosos. Yo tengo clarísimo que no soy perfecto. Como me dicen mis
amigos, yo, al nacer me hice la ficha con el sistema de World of
Darkness y así me quedé. Y es que cuando tienes la oportunidad de
conversar con el típico villano de turno y descubres sus verdaderas
motivaciones, aveces no puedes hacer otra cosa que dudar de ti mismo
y de si tus acciones son las correctas. Este tipo de sucesos hizo
darme cuenta de que yo mismo puedo ser completamente despreciable
desde la perspectiva adecuada, que no hay blanco ni negro. Me hizo
ver que no siempre hay que ser muy juicioso con los demás. Todos
cometemos errores y pretendemos aprender de ellos, o cuanto menos
solemos desear que se nos perdonen. Y si no, bueno... una bola de
ácido de explosión retardada tiene la culpa. ;P
Pero no todo es
auto-flagelación en mi persona. Durante las partidas también he
aprendido a utilizar el ego en mi beneficio. El ego no es algo
intrínsecamente malo como nos ha hecho creer la Disney. Hace que
confíes en ti mismo cuando lo necesitas, y puede ayudarte a ponerle
los puntos sobre las íes a alguien que se lo merezca en un momento
dado. Hace que tengas la "osadía" de llamar señora a una
reina y quedarte tan ancho porque así es como la ves: como una
señora a la que alguien le puso una corona encima y se cree la dueña
de todo porque tiene un ejército de soldados a sus órdenes, que a
su vez cumplen sus deseos porque lleva una corona. Es un ejemplo de
pescadilla que se muerde la cola completamente aplicable a la
filosofía de los Orcos en 40K. No importa cuán grande sea un
enemigo, lo mucho que te trastorne tu jefe o lo mucho que te traten
de imponer tus progenitores o parejas. Uno puede dar lo que sea por
sus allegados y ser la persona más desinteresada y generosa del
mundo, pero hay veces en los que todos necesitamos sentirnos el
centro del multiverso, aunque solo sea un momento.
Por otro lado, jugar a rol
y los insistentes varazos del Nigromante han conseguido despertar mi
interés por la lectura. Admito mi inconstancia, pero por lo menos
ahora leo, que ya es algo. Ahora hago alguna que otra cosa creativa,
me he animado a traducir relatos o incluso alguna novela... incluso
os avanzo que ya me he hecho con una "copia de seguridad"
del nuevo codex de los Hombres Lagarto y mañana tendréis listo un
análisis. Y es que el que no hace las cosas es porque no quiere
hacerlas o le da miedo fracasar en el intento. Entiendo que quienes
tienen trabajo suelen acabar exhaustos y sin otras ganas que las de
encender la caja que atonta. Comprendo también que, en esta época
que nos ha tocado vivir, el miedo que les produce el perder su medio
de subsistencia hace que se vuelvan unos individualistas cuando
deberían arriesgarse a ser todo lo contrario (lo dice alguien que no
tiene demasiado que perder).
Otro de los juegos que más
he disfrutado jugando es Mutant Chronicles. Fue mi primera toma de
contacto con un mundo futurista y la idea de un universo en el que el
nivel de tecnología esta estancado y en el que prima el
megacorporativismo como forma de gobierno me sedujo al instante.
Durante esa campaña vi a nuestro amigo Ragnor interpretar a...
(comodecirlosinquesuenemal) un inquisidor fascista con una maestría
que daba miedo. Yo mismo hacía lo que fuera por sufragar la
constante necesidad de... eehm vitaminas que necesitaba mi mazado
cuerpo de inglés, "titulado en medicina". Pero por otro
lado, vi numerosos ejemplos de lo que llega a hacer la gente por
"pagar la hipoteca" cuando es lo único en lo que piensa.
Sin ser un experto en economía, puedo afirmar que cuando el 10% de
la población de un país está en el paro y siendo desahuciada, el
sistema no funciona; por muy baratas que me venda sus camisetas
chinas. Ahora claro, los fascistas fanboys del
sistema tendrán argumentos para refutar lo contrario, o cuanto menos
para decir que mi opinión no vale nada porque no tengo un título,
dinero o porque huelo a turrón.
Y me he reído... ¡cómo
me he reído! Aunque más tarde otros se rieran de mis actos o mis
palabras, lo cierto es que muchas situaciones han sido de empezar a
reír y no poder parar. Gracias a que he tenido la fortuna de
compartir mesa con jugadores ilustres como Trosef Butterflanks,
Ragnor, el Abogado Samoano, Elric de Melibouné y muchos otros, he
visto hasta dónde puede llegar alguien por defender sus creencias y
cómo cada uno sufre las consecuencias de sus actos. Pero eso es algo
que dejaré relatar de manera ¿imparcial? a nuestro alocado Dungeon
Master cuando vuelva de la tumba...
En resumidas cuentas y
aunque suene muy tajante, creo que jugar a rol ha hecho que cambie mi
forma de ser. Ha hecho que sienta interés por otras cosas que no
fueran yo y mi mundo cercano; ha despertado en mí motivaciones que
desconocía; ha hecho que vuelva a sentir ganas de aprender, de no
quedarme solazando cretinamente en mi plácido remanso de parálisis
mental; me ha enseñado a ser más paciente conmigo mismo y con los
demás, del mismo modo que me ha mostrado cómo reunir fuerzas donde
crees que no las hay. Y ha logrado que al menos me pare a pensar y a
dudar de cosas de las que antes no dudaba; bueno, al menos una vez de
cada veinte ;P . Todo esto que me ha ocurrido y que me seguirá
ocurriendo es el verdadero "peligro" de los juegos de Rol.
Por hoy se despide de
vosotros el Niño Borracho, con todas sus virtudes, vilezas e
incongruencias.
Me ha gustado el artículo Niño Borracho.Es un honor compartir mesa de juego contigo también pues entre los dos hacemos que las partidas sean divertidas e inesperadas.Y en una gran verdad que jugar a Rol te cambia.Amplía tu visión del mundo y debo decir que es una evasión cojonuda cuando uno piensa que la vida real es una obra de teatro donde nosotros somos las marionetas.Al menos en las partidas de Rol nosotros manejamos nuestro sino,o eso nos hace creer el Gran Nigromante... :)
ResponderEliminarTe lo agradezco Butterflanks, pues el sentimiento es mutuo. Si las características se vendiesen por sacos, está claro que yo me habría zampado uno de inconsciencia, tú uno de osadía y habríamos compartido las sobras del fondo. Aunque admito que tú tienes más experiencia.
EliminarY ¿qué podemos hacer en este módulo sino intentar atravesarlo de la mejor forma posible? ;)
A lo largo de estos años nunca le he visto ningún ''peligro'' al Rol, quizá porque lo probé tan poco tiempo que solo puedo querer más, o simplemente porque lo hice cuando era demasiado pequeño como para verle un trasfondo tan grande como el que tu le has visto. Para mi solo era una forma guay de pasar el rato con los amigos y de tomar papeles que en el mundo real no podíamos tomar, supongo que entonces no valorábamos las decisiones que tomábamos en el juego o si nuestro comportamiento en él era extrapolable a nuestra vida.
ResponderEliminarTodo es relativo (menos el espacio-tiempo absoluto). Yo también lo veo como un juego, pero, mirándolo con retrospectiva puede ser una herramienta que sirva para darle a tu personalidad unas nuevas miras o para reforzar las que ya tenías.
EliminarAgradezco tu comentario. Que tengas suerte con tu propia historia. ;)
Tu es que no me has tenido de master. Habrias acabado con traumas psicologicos de lo mas absurdos (como miedo a los lobos porque por povo muere el personaje de un mordisco de lobo)
ResponderEliminarHe muerto: gaseado, mordisqueado por goblyns (que no goblins), congelado, envejecido, decapitado por la muerte halfling, aplastado por un esqueleto gigante, devorado por un gusano del Caos, por Bruma Mental más Rociada Prismática, cayendo de una azotea, convertido en piedra... y de unas cuantas formas más.
EliminarY entre las muertes más escabrosas orquestadas por el Gran Nigromante tendría que decidirme entre la vez que un grupo cargó contra un coche o la vez que un jugador murió ahogado en una fosa séptica.
Seguro que podrías sorprenderme, pero te pongo sobre aviso de que tendrías que esmerarte. ;)
Todo es peligroso. Ya lo decía Bilbo: "Cuidado con salir de casa, pues pones un pie en el camino...y a saber donde vas a acabar." (Cita libre XD)
ResponderEliminarEl rol es un instrumento, que bien utilizado puede aportarnos multitud de cosas. Mal usado, pues como todo...:P
Yo sin embargo parafrasearé a Gandalf: "Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado".
EliminarCompletamente de acuerdo. ;)