Durante la primera edición de Warhammer 40.000, de la mano de Bill King, (podéis ver dos de estos relatos en este mismo blog: Batalla en Kadavah y Comunión de Odio) aparecieron algunos relatos que tenían como protagonista a este personaje. Desde siempre me fascinó su siniestro destino, condenado a no morir nunca ni alcanzar nunca la demonicidad. ¿Cómo se mantiene una mente intacta durante diez milenios? ¿Y si esa mente está maldita por los Poderes Ruinosos?
Llevo casi un año buscando las piezas exactas, montando la conversión. Me tomé este proyecto con calma (tanto que a día de hoy aún tengo que acabar de pintar algunos detalles), pero por fin me encuentro lo suficientemente contento con el proceso como para mostrarlo aquí.+
He procurado reproducir todos los detalles de su apariencia que se mencionan en los relatos de Bill King, desde su mano izquierda con los dedos convertidos en largos tentáculos de metal, su bólter (lo he puesto combi, decisión personal) fusionado con su brazo derecho y una amalgama retorcida de pinchos, los cráneos de su cinturón, el demonio mirando de soslayo desde su hombrera...
Os dejo las fotos a ver qué os parece cómo marcha el proyecto.
Nota: por algún extraño motivo, sólo han salido 3 de las fotos (y tres casi desde el mismo ángulo). ¡Tzeentch, compadécete de mí y de mis dispositivos digitales!
Editado: Incluyo las fotos que faltaban
Ala que chulo! No tiene ese aspecto típico de los Mil hijos, pero tiene una pinta estupenda. Me gusta sobre todo como te ha quedado el casco.
ResponderEliminarEl casco es el del Señor del Caos en armadura de exterminador de plástico con algunas partes eliminadas: me encanta ese aspecto de yelmo de guerrero del Caos que tiene, en contraposición con los cascos de los marines.
EliminarVaya clasico, el amigo Karslen.
ResponderEliminarBuen trabajo.
¡Gracias! ^^
EliminarSiempre me pareció un personaje muy carismático, muy representativo del horror del cuadragésimo primer milenio, pero guiado por la esperanza de Tzeentch.