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lunes, 13 de junio de 2011

Walach Harkon, Gran Maestre de la Orden del Dragón Sangriento

Junto con Neferata y Melkhior, Walach completa la tríada de vampiros que aparecieron en 5ª edición que nunca fueron re-editados. A diferencia de los otros dos, Walach nunca tuvo miniatura.

Walach aparece en un micro-relato al inicio del libro de Condes vampiro de 5ª, que reproduzco aquí:
Desde la parte superior de la torre en ruinas Walach, Gran Maestre de la Orden del Dragón Sangriento, observó la noche. Estaba solo, sumido en sus pensamientos, con su férrea fuerza de voluntad concentrada en su interior; su mente divagaba por los oscuros senderos de un pasado distante.

Los recuerdos pasaron junto a él como cirios. Todavía recordaba la ridiculez de sus sentidos humanos. Se preguntaba cómo sería poder volver a respirar, sentir cómo la sangre fluía por su venas. Cómo sería ahora el mundo si lo observara con los limitados sentidos de los vivos. Cuánto más podía ahora ver y oír. La noche estaba llena de sonidos y formas. Podía ver cómo la oscilante niebla de magia negra envolvía la Torre Sangrienta como si fuera un sudario, formando imágenes de pesadilla. Podía oír los aullidos de los lobos en las montañas, a más de cien kilómetros de donde se encontraba. Sí, podía verlo y oírlo todo.

Cuando sus dedos tocaron el filo de su antigua espada, los recuerdos fluyeron a su mente. Muchos había muerto por esa espada. Recordaba la gloria de las grandes guerras de antaño. En esa época la sangre había fluido como el vino. Había matado innumerables enemigos: señores enanos, princesas élficas, condes del Imperio, todos habían muerto bajo el poder de su espada.-"Eran buenos tiempos"-pensó.

Pero otros recuerdos no eran tan agradables. También recordaba el día en que los templarios del Lobo Blanco habían derribado las puertas de la Torre Sangrienta. Mikael, su hijo favorito, fue empalado por un fanático sacerdote guerrero de Sigmar. Aurora, su esposa, había sido decapitada durante la batalla por el Reiksmarshall, sin que él pudiera evitarlo. Sus dedos atenazaron con fuerza la empuñadura de su espada carmesí. "Un día-pensó-la venganza será mía. Tengo toda la eternidad para conseguirlo." Y tenía razón. Era inmortal. Disponía de tiempo más que suficiente.

Walach se volvió hacia la puerta del balcón y penetró en la tenue luz rojiza de las antorchas. El gran salón de la orden estaba abarrotado. Guerreros tumularios montaban guardia,mientras los dieciséis inmortales, los últimos de sus caballeros vampíricos y sus extraterrenalmente bellas mujeres se sentaban alrededor de la gran mesa. A la tenue luz de las salas en ruinas sus ojos brillaban con un hambre indescriptible, pues esa noche era la fiesta de la sangre. Como un solo hombre, se giraron hacia él y le hicieron una reverencia. Walach les indicó que siguieran con lo que estaban haciendo y ocupó su lugar en la cabecera de la mesa.

La sala se llenó de sonidos fantasmagóricos cuando los lamentos de las doncellas espectrales surgían de las catacumbas. Mientras que su lamento representaba la muerte inmediata para cualquier humano vivo, para los inmortales vampiros eran una música muy agradable, llena de la solitaria belleza de l frío de la tumba. Con una sola palabra de Walach la sala quedó en silencio. El Cáliz de la Sangre, la gran reliquia de la orden vampírica, fue depositado te él por sus leales sirvientes. Walach cogió la antigua copa con ambas manos y bebió con avidez. Una profunda sensación le sacudió, era un dolor más fuerte que el de la herida de una espada, un éxtasis más intenso del que ningún sentido humano podía resistir, y todo su cuerpo se estremeció de placer. Notó cómo el poder y la euforia le reconfortaban. Era un dios, invencible, letal. Cuando pasó el Cáliz de la Sangre, estudió a sus caballeros no muertos mientras bebían. Los antiguos votos de la hermandad se renovaban a medida que el Cáliz pasaba de mano en mano. El esplendor de las armaduras y las sobrevestas de sus caballeros recordaban las glorias pasadas, reforzando sus creencias en que ningún poder en el mundo podía oponerse a ellos.

Los guerreros se habían reunido. El estandarte de la Orden del Dragón Sangriento ondearía una vez más sobre sus ejércitos. Doblegarían la voluntad de los gobernantes mortales de este mundo. ¿Pues quién se atrevería a enfrentarse a ellos? Ya no quedaban verdaderos guerreros en este mundo. Había luchado y derrotado a los más poderosos de ellos durante eras pasadas, cuando ser un guerrero significaba alguna cosa. Ahora el mundo estaba caduco y no quedaban héroes. Las antiguas razas de los enanos y los elfos se habían vuelto débiles, mientras que los humanos eran decadentes, gandules y blandos. En cambio, la fuerza de Walach no había dejado de crecer con los años. Había llegado el momento de saldar viejas cuentas. Había llegado el momento de ir a la guerra.

En el libro de Condes vampiro de 6ª explican que Walach era el favorito de Abhorash, el fundador del clan Dragón Sangriento, lo cual aclaró bastantes dudas, pues muchos pensaban que se trataba del mismo personaje (algo parecido a lo de Vlad von Carstein y Vashanesh). Traigo de vuelta el trasfondo de este vampiro clásico, así como una adaptación de reglas para la 8ª edición

 
Walach la Estrella Negra. Walach el Odiado. Pocas leyendas son tan infames como la del Gran Maestre de los Caballeros Sangrientos. Fue este poderoso vampiro quien llevó la maldición de la no muerte a una de las mayores órdenes de caballería, y construyó un reino del terror, en el que su voluntad era impuesta por sus guerreros inmortales.

Pero su vida en la muerte no es tan sencilla. Perdió a Mikael, su favorito, durante el asalto al templo de Sigmar de Gottenburgo. La fortaleza-monasterio de la Orden fue asediada y arrasada por las tropas imperiales; y la esposa de Walach, Aurora, fue asesinada. La mayor parte de los vampiros de su Orden fueron destruidos por los sacerdotes de Sigmar o los fanáticos cazadores de brujas de Reikland y Wissenland. Pero algunos sobrevivieron y se dispersaron por el Viejo Mundo. El propio Walach desapareció, y se pensó que había muerto, pero el mundo no ha tenido esta suerte. El señor de los vampiros sobrevivió.

Walach es un guerrero orgulloso. Su palabra es una atadura más fuerte que el acero, y aunque considera a los humanos como si fuesen ganado, un hombre de poder y valor excepcionales puede llamarle la atención, y es probable que le desafíe a combate singular. Aquellos que le impresionan suficiente (y sobreviven) son invitados a unirse a las filas de los Caballeros Vampiro. Aquellos que no son rivales dignos reciben una muerte rápida. Los caballeros de la Orden del Dragón Sangriento son muy parecidos a su maestre: orgullosos, poderosos y extremadamente confiados en sus habilidades marciales.

Se dice que Walach ha regresado a la Torre Sangrienta, y que sus ejércitos de no muertos vuelven a reunirse bajo sus estandartes. Cada cien años los Caballeros Sangrientos se reúnen en la Torre para contar sus hazañas y renovar su juramento de lealtad a Walach. Un día Walach volverá a dirigirlos a la guerra y se vengará de su derrota, una deuda que tan solo puede ser pagada con sangre.

Puedes incluir a Walach Harkon en un ejército de Condes Vampiro, cuyo coste deberá deducirse del porcentaje destinado a Comandantes. Walach debe ser obligatoriamente General y Portaestandarte de batalla del ejército.



M
HA
HP
F
R
H
I
A
L
Walach
6
9
5
5
5
3
8
5
10
Pesadilla
8
3
0
4
4
1
2
1
3
Puntos: 425

Tipo de unidad: Caballería (único)

Armas: Espada Carmesí

Armadura: Armadura de placas (tirada de salvación por armadura de 4+) y escudo.

Montura: Pesadilla con barda

Poderes vampíricos: Furia de sangre (un ataque extra por cada herida que causa), Odio sin límites (repite para impactar en combate)

Magia: Walach es un hechicero de nivel 3 que siempre utiliza el Saber de los Condes Vampiro. Conoce la Invocación de Nehek y otros tres hechizos del Saber de los Condes Vampiro.

Reglas especiales: No muerto, Vampiro.

Orgullo ancestral: Walach deberá lanzar un Desafío siempre que pueda, y deberá ser él obligatoriamente el que acepte los desafíos lanzados por un oponente en un combate en el que esté implicado.

Objetos Mágicos
Espada Carmesí: Esta es la espada que Walach utilizó para matar al verdadero maestre de la Orden del Dragón Sangriento. Su afilada hoja es capaz de realizar cortes muy profundos en sus enemigos. Arma mágica. Tiene la propiedad Golpe letal, que causará efecto con un resultado de 5+ en lugar del habitul de 6.

Cáliz de la Sangre: El Cáliz contiene la fuerza vital de los enemigos que Walach ha matado en combate. Su sangre noble y pura es una potente fuente de poder para cualquier vampiro que beba de ella. Objeto hechizado. Al inicio de cada uno de sus turnos, Walach puede beber del cáliz para obtener uno de los siguientes beneficios:
-Recuperar una herida que hubiese sufrido previamente.
-Obtiene +1 ataque hasta el inicio de su siguiente turno de jugador.
-Obtiene Heridas múltiples (2) hasta el inicio de su siguiente turno de jugador.

Estandarte del Dragón Sangriento: Este estandarte era portado por Mikael, el lugarteniente de Walach. Después de su muerte, el gran Maestre ha fijado el estandarte a su silla de montar, para recordar a sus caballeros la justicia de su venganza. Estandarte mágico. Todos los No muertos a 12UM o menos del estandarte obtienen la regla especial Odio.

3 comentarios:

  1. Buenas! a mi Walach me gusta mucho su historia clasica, hasta la llegada de los Von Carstein, cuando Konrad (un vampiro sin grandes dotes) le convence de afiliarse a su causa y pasa a ser su lugarteniente ya no me gusta tanto :S pierde bastante de ese honor de caballero que aun se supone que conserva su orden.

    La cota ensangrentada de Walach que viene en el libro de ejercito de 7a se la podrías poner? aunque dope mas al amigo, no tengo aqui la descripcion de esta armadura, igual estoy equivocado.

    Saludos!

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  2. El personaje original, en el libro de 5ª, llevaba simplemente una armadura pesada. La cambié por una de Placas, la típica de las órdenes de caballería del Imperio, que me pareció más adecuado. Pensé en ponerle la Cota Ensangrentada, pero entre su TSA de 1+ y su capacidad para recuperar heridas (el Cáliz) podía hacerse muy, muy duro. De todos modos, hoy en día hay personajes mucho más duros, así que tampoco es desequilibrante.

    Aumentar el coste en +35 puntos; sustituir la Armadura de placas por la Cota ensangrentada de Walach.

    Cota ensangrentada de Walach:
    "En esta cota, que perteneció a uno de los mayores carniceros de todos los tiempos, la magia de la oscuridad ha fundido la sangre de las víctimas de Walach con los encantamientos de la armadura, dando a su portador un aura protectora hecha con las almas de los condenados."
    Armadura mágica. Cuenta como una armadura de Placas (Tirada de salvación por armadura de 4+), que puede combinarse con escudo y montura, para un total de 1+). Proporciona una tirada de salvación especial de 5+.

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  3. Si, lo decía por ser su cota, pero muy cierto que el amigo se hace infumable, a ver quien lo tira abajo como no sea a golpe letal, etc.

    Saludos!

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