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lunes, 2 de mayo de 2011

Nagash, el Gran Nigromante (1: La Tierra de los Muertos)

Nagash, el Gran Nigromante, el Negro, Señor Supremo de los No Muertos, el Archiliche. Han pasado 17 años desde la última vez que narraban su historia en un libro de ejército, y sigue siendo uno de los grandes personajes de Warhammer.

En la White Dwarf del 25 aniversario de Warhammer realizaron una encuesta sobre los 25 personajes más influyentes de Warhammer, y Nagash logró colarse en el ranking, pese a los años transcurridos y que nunca ha sido renovado. Y no sólo eso: quedó en tercer lugar, sólo superado por el propio Sigmar Heldenhammer (el número 2) y Grombrindal, el enano blanco (el número 1, pero discutiría eso, ya que el artículo apareció en la White Dwarf, y tienen preferencia por el ancestro viviente xD).

Este blog es, en cierto modo, un homenaje a ese gran personaje creado por Bill King, y desde hace tiempo deseaba dedicarle al Gran Nigromante una serie de entradas relatando su historia. Por fin, tras un duro trabajo de corrección y maquetación, vuelvo a disponer del texto íntegro y en español, así que iré capítulo a capítulo, ya que la historia es bastante larga. Sin más, vamos con el primero de los nueve capítulos.




1: LA TIERRA DE LOS MUERTOS

"En este terrible desierto, bajo la pálida luz de la luna, los muertos caminan. Vagan por las dunas en las frías noches sin viento. Sostienen en alto sus armas en un burlón desafío a toda la vida, y a veces, con sus fantasmagóricas voces resecas como el susurro de hojas marchitas, susurran la palabra que recuerdan de cuando estaban vivos, el nombre de su viejo y siniestro amo. Susurran el nombre de Nagash."
de "El Libro de los Muertos, de Abdul-ben-Raschid, traducido del árabe por Heinrich Kemmler

Al Sur del Imperio, al Sur de los Reinos Fronterizos, al Sur incluso de las Tierras Yermas y Karak Azul, se encuentra una tierra de la que pocos hombres hablan. Incluso aquellos que conocen su nombre verdadero no pronuncian este nombre en voz alta, prefiriendo referirse a ella, con voz queda, llamándola el Reino de los Muertos. Pocos hombres han estado en ella y han podido regresar para contarlo. El enloquecido príncipe árabe Abdul-ben-Raschid recorrió esta tierra con un único objetivo: buscar la inspiración para su blastema obra maestra, El Libro de los Muertos. Muchos estudiosos deben sus conocimientos sobre el Reino de los Muertos a las pocas copias de este poema que han sobrevivido.

Ben-Raschid no vivió para ver la repulsión generalizada que su obra provocó en el público. El Califa de Ka-Sabar ordenó quemar todas las copias del libro. El Príncipe loco murió en extrañas circunstancias, estrangulado por unas manos invisibles en el interior de una habitación con una única puerta cerrada por dentro. Cuando sus criados finalmente pudieron derribar la puerta sólo encontraron su frío cadáver con la cara de color púrpura. El cuerpo estaba tan frío al tacto que quemó las manos de los que intentaron levantarlo. Los cruzados, al volver de su periplo por Arabia, llevaron algunos ejemplares de su obra hacia el Viejo Mundo, pero muchos de ellos hubieron de lamentar su decisión.

El libro de los Muertos habla del gran desierto situados al este de Arabia donde pueden encontrarse las necrópolis, ciudades funerarias para los muertos que no se conforman con su destino. Cada necrópolis contiene incontables mausoleos y pirámides en las que habitan unos seres que es preferible no conocer. Durante el día la ardiente arena entre las tumbas está vacía, y solo algunas grandes serpientes reptan entre las ruinas. Pero en ciertas noches oscuras, los cadáveres de los muertos salen de sus moradas y se ocupan de sus asuntos, en una siniestra parodia de sus vidas anteriores. Reparan las tumbas erosionadas por el tiempo patrullan las fronteras de sus necrópolis. A veces marchan para combatir contra los habitantes muertos de otras ciudades funerarias. A veces, los gobernantes No Muertos de las necrópolis hacen pactos y alianzas, y sus hordas invaden Arabia, o las tierras del Norte. Durante las Cruzadas, las fuerzas del Rey Esteban de Estalia destruyeron un gran ejército de No Muertos de la ciudad maldita de Lahmia en la batalla de Shanidaar. Los cruzados vencieron, pero el miedo que sintieron fue tan grande que volvieron hacia el Este y embarcaron hacia su hogar cuando tenían la victoria a su alcance.

Ben-Raschid describe a una aristocracia maldita de gobernantes No Muertos en el interior de cada pirámide. Son poderosos Reyes sacerdotes que están sentados en sus tronos dorados, en medio de un esplendor perdido en el que sueñan continuamente con siniestra nostalgia de su pasada gloria, dando ocasionalmente terribles órdenes a sus amortajados cortesanos. Estos nobles momificados son a su vez servicios por hordas de lacayos esqueléticos, que corren para obedecer hasta los deseos más mórbidos de sus amos. Espíritus medio desvanecidos farfullan incomprensiblemente por los corredores cubiertos de telarañas. Todos están atrapados en el eterno baile de los muertos hasta el final de la eternidad, enfrascados en antiguos rituales de adoración al Gran Nigromante que los condenó a esta terrible no vida.

En el corazón de este vasto desierto se encuentra la ciudad maldita de Khemri, en el centro de la cual destacan las dos estructuras más grandes jamás edificadas por el hombre; una de ellas es la terrible Gran Pirámide de Khemri, que sobresale de las ruinas mas de cien veces la altura de un hombre. Pero incluso esta pirámide es insignificante, como un Enano lo es ante un elefante, ante la Pirámide Negra de Nagash, una horripilante maravilla para todos los que la contemplan.

Ben-Raschid dice en su obra que en las calles de Khemri hay espíritus inquietos al acecho, esperando devorar la fuerza vital de los vivos, y que el gran sarcófago de Nagash, en el interior del cual se dice que yace el Gran Nigromante mientras recupera sus energías, se encuentra ahora vacío. Mucha gente bien informada atribuye las palabras del Príncipe Loco a los delirios de un hombre que perdió el juicio por su adicción a la raíz de bruja. Los pocos que conocen su secreto saben que la explicación verdadera es mucho más terrible.

La mejor fuente de conocimientos que tienen los eruditos Imperiales sobre el tema es el infame Liber Mortis del Nigromante Frederick van Hal, también conocido por las nuevas generaciones como Vanhel. La única copia completa que existe de este libro está guardada bajo llave en las bóvedas del Templo de Sigmar en Altdorf. Este libro sólo pueden estudiarlo los eruditos de corazón más puro, y sólo bajo una dispensa especial del Gran Teogonista en persona. Este permiso normalmente sólo es concedido cuando los grandes ejércitos de No Muertos amenazan al Imperio.

Vanhal fue un Nigromante que vivió durante la Gran Plaga, y realizó su obra maestra a partir de las traducciones que Kadon hizo de los Nueve Libros de Nagash. No contento con su imperfecta traducción de los desvaríos del Nigromante, Vanhal efectuó varios peregrinajes al Reino de los Muertos. Protegido por los hechizos más poderosos conversó con los habitantes de las ciudades funerarias e investigó los secretos más oscuros de la antigüedad Durante ha Geheimnisnacht (la Noche de los Difuntos) consultó con los demonios aullantes, y entresacó algunos retazos de verdad entre todas sus mentiras. Incluso los demonios del Caos recuerdan las infames acciones de Nagash. Nuestros conocimientos parciales e incompletos de la historia del Gran Nigromante, y de las antiguas tierras que antaño gobernó y destruyó, se deben al Liber Mortis.

El Reino de los Muertos es una tierra salvaje cubierta de arena. El Gran Rió es venenoso y tiene el color de la sangre, y los viajeros no pueden aliviar su sed en él. Es cierto que las ciudades están vacías de vida; se trata de meras ruinas junto a las grandes necrópolis. Es cierto que las carreteras hace mucho que han sido enterradas por la arena, dejando entrever tan sólo la parte superior de algunas estatuas y algunos monumentos erosionados por el viento para indicar su existencia. Los pocos viajeros que han regresado han contado que todo está vacío y desolado, y que un terrible honor y melancolía llenaba sus corazones mientras duró su estancia. Es cierto que en esta tierra no vive nada, pero no siempre fue así.

6 comentarios:

  1. Que ambientazo pega esto macho, dan ganas de montar una partida en plan aventureros con una dungeon a lo necropolis xD

    Como puede haber gente que no le guste todo esto :'(

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  2. Pues en el ranking yo tambien tongeo al enano blanco (y eso que mi ejercito principal es enanos) es un personaje del que casi no se sabe nada actualmente tiene poco trasfono y influenciar no a influenciado tanto como nagash.. o asta donde yo se

    paso a leer el material xD

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  3. El Enano Blanco también recibirá su entrada en el blog, que tiene historias que contar (aunque no tantas como Nagash xD)

    Hoy en día, para que algo guste mucho a la gente, tiene que tener mínimo Fuerza y Resistencia 5, 3+ de armadura y hacer golpe letal. La historia es lo de menos. Triste, pero cierto.

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  4. Si tiene historia pero infuencia yo el veo mas a Nagash con la que lio que creo la no vida Khemri a tomar por culo y sigmar que se cargo a la mitad de orcos creo al alianza entre enanos y humanos i fundo el imperio etc etc el WD a echo pero menos xD

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  5. SOLO NESESITO SAVER APRENDER ALGUIEN ME AYUDA ACONSEGUIR LOS 9 TOMOS ORIGINALES

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  6. Están los 9 capítulos ya colgados en el blog... Las novelas las puedes conseguir vía Black Library.

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