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lunes, 11 de abril de 2011

El Consejo de los Trece (6: Azarskittar, el Tirano Gris, Señor de la Guerra del Clan Kheskherisk)

Sexta entrega de mi serie de artículos sobre el Consejo de los Trece. Hoy viene uno de mis favoritos: Azarskittar, el Tirano Gris. Figuras sacadas de The Black Dragons.


AZARSKITTAR, EL TIRANO GRIS, SEÑOR DE LA GUERRA DEL CLAN KHESHERISK

El ocupante del Décimo asiento del Consejo es el Señor Azarskittar, el otro único Señor gris superviviente. Azarskittar es el señor de un dominio que va menguando poco a poco. Durante siglos tras el éxodo Skaven, Azarskittar gobernaba un imperio disperso en los poblados en las Tierras del Sur y Arabia. El ambiente allí era poco favorable para los Skavens, y su dominio fue un área de influencia débil, al margen del resto de la sociedad skaven. Además, el mayor peligro para su dominio sobre esas tierras era el propio Azarskittar, ya que, aunque Azarskittar es un guerrero con unas capacidades marciales sin rival, rara vez salía de su bodega, descansaba durante años, y tomaba sus decisiones al azar. Su control sobre las fortalezas era débil, a pesar de que se rodeó de un pequeño grupo de élite de los más feroces y poderosos de los guerreros skaven.

Azarskittar se despertó de su complacencia ante el reinado indiscutible de Clan Pestilens, que barrió sus explotaciones mineras en las tierras del sur y arrasó sus fortalezas en pocas horas con enfermedades invisibles y vapores malsanos. Los sacerdotes Plaga del Clan Pestilens derrotaron con facilidad a los clanes más débiles que debían lealtad al Tirano Gris. El Clan Pestilens conquistó o sometió la mayoría de los bastiones de Azarskittar, y sitió a las fuerzas del Tirano Gris en sus restantes fortalezas. El Imperio Subterráneo skaven se tambaleó por la fuerza de este ataque por sorpresa. Antes de que los otros clanes pudieran enviar ayuda, Azarskittar se levantó de su letargo para hacer frente a los advenedizos que habían desafiado su autoridad. Al frente de sus alimañas de élite, el Khesherisk (su clan privado formado por casi todos sus hijos), logró romper el cerco a su fortaleza y aliviar y defender todos los bastiones que permanecían bajo su control en la serie de batallas más sangrientas en la historia de los skavens. Las bajas en ambos bandos fueron terribles, y las atrocidades que se cometieron indescriptibles. El clan Pestilens recibió nuevos refuerzos, y el Tirano Gris recibió ayuda de Plagaskaven, y la guerra llegó a un punto muerto. Aunque Azarskittar fue capaz de mantener a raya Clan Pestilens, el coste fue muy grande, y el Tirano Gris había perdido la mayor parte de su dominio original. Tras haber luchado sin mucho éxito en la zona, el Clan Pestilens aplazó su conquista de las tierras del sur y se dirigió hacia Plagaskaven. Nurglitch, Archiseñor de la Plaga, consiguió matar a uno de los Señores de la Descomposición, Kerikek, el aliado más cercano y más valioso de Azarskittar, para luego ascender al Consejo de los Trece. De nada sirvió la amarga resistencia de Azarskittar, ya que eso dio legitimidad a Nurglitch y al clan Pestilens, y evitó que tuviesen que devilver su dominio al Tirano Gris.

Después de haber perdido más de la mitad de su dominio, así como su único aliado en el Consejo, Azarskittar ha sido un rival encarnizado para el Clan Pestilens, y más tarde utilizó la táctica de la viruela roja como pretexto para eliminar al Clan Pestilens del Consejo, provocando con ello la segunda guerra civil skaven, en la que Azarskittar logró recuperar sólo algunas de sus posesiones perdidas, a un coste terrible para ambas partes. La posición de Azarskittar en el Consejo se ha debilitado durante años mientras otros utilizan y manipulan su odio hacia el Clan Pestilens para su propio beneficio. Muchos en el consejo ven en Nurglitch un aliado mucho más apetecible que en Azarskittar, con lo que pierde poder cada día que pasa.

Un éxito notable fue su colaboración con los Videntes Grises en las Cruzadas de los árabes contra los países del Viejo Mundo. Sin el conocimiento de ambas partes humanas, todo el plan fue concebido originalmente por el Señor de los Videntes Grises Skrisnik, que trató de reforzar la influencia de Azarskittar (para su propio beneficio, por supuesto), y alcanzar un conocimiento oculto de algunos tomos perdidos de Khemri. Nadie es consciente del papel de Skrisnik en estas cruzadas.

La larga vida de Azarskittar se ha atribuido a su dieta de carne de esclavos y cautivos, especialmente humanos, y su Guardia Khesherisk sólo come lo mismo. Otro factor, o posiblemente un efecto secundario de su longevidad, es su necesidad de hibernar durante meses. Mientras se encuentra hibernando simplemente no está al tanto de todas las intrigas y conspiraciones en el seno del Consejo; sin embargo, suponer que Azarskittar ignora todo lo que pasa es un error, ya que nada es seguro en el Imperio Subterráneo, y Azarskittar ha utilizado su aparente indolencia a su favor en varias ocasiones. Azarskittar ha sido recompensado muchas veces por la Rata Cornuda, y todavía puede contar con la aprobación de su siniestra deidad.

Aunque el Tirano Gris ya no es la amenaza política que una vez fue, es probablemente el luchador más temible y peligroso entre los skaven del Imperio Subterráneo. Azarskittar es increíblemente fuerte y osado. Grande y musculoso, Azarskittar tiene sobre su cabeza cuernos retorcidos y largos similares a los de un Señor de las Alimañas. Siempre se presenta totalmente revestido con una extraña armadura negra grabada con el signo de la Rata Cornuda. El derramamiento de sangre que causó durante las guerras con el clan Pestilens se ha convertido en un mito entre los skaven, y es considerado como el más grande guerrero del Imperio Subterráneo.
 

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