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martes, 8 de marzo de 2011

De las anécdotas a las leyendas

Hace poco, hablando con un amigo, comencé a recordar algunas anécdotas de nuestras partidas.  Una de ellas sucedió hace tiempo, durante una campaña de Mordheim con unos amigos, y dio mucho de lo que hablar (realmente no fue una sola anécdota, sino una sucesión de ellas).

Jugué aquella campaña con mi banda de Goblins Nocturnos (hice unas reglas, pero las perdí en la Gran Hecatombe de mi ordenador de 2010 xD),  un numeroso grupo de malolientes y traicioneros goblins acompañados de feroces garrapatos. Entre ellos estaban Bogrut y su compañero (no recuerdo el nombre, pues la verdad es que lo reemplacé varias veces por defunción xD), un par de Kazadorez de Garrapatoz, armados con una red y un garrote para proveer a la banda de estas bestias. Los Kazadorez de Garrapatoz salían en los libros de ejército de 4ª y 5ª, armados con redes y garrotes (contaban como alabarda). Los primeros te inmovilizaban y los segundos te atizaban garrotazos... todo muy sutil xD

El caso es que, como no tenía ningún goblin nocturno con garrote, hice una sencilla conversión con un miembro de la dotación del Lanzapiedroz (seleccionado por su capucha) y una maza de un guerrero del caos de 5ª modelo "Juan Pablo Segundo" xDDDD El resultado fue este:
(Tengo que retocar el pintado...)
Bogrut comenzó su carrera del mismo modo que los demás goblins, e incluso empezó a despuntar como guerrero (+1A). Pero todo cambió el día en que, frente a sus odiados enemigos, los enanos de Trosef Trossefson, sufrió una grave herida en la cabeza. Sus compañeros se lo llevaron (para comérselo, seguramente), pero el chamán Pzilozybe se lo llevó a su choza y le dio un brebaje de hongos. En su delirio, Bogrut tuvo un extraño viaje por el "Gran Verde". A la mañana siguiente, Bogrut se despertó, curado. Pero ya no era el mismo: se había vuelto "loko" (vamos, que la herida en la cabeza le proporcionó... ¡Furia Asesina!)

A partir de ahí Bogrut comenzó a cambiar, y se hizo más grande y más fuerte (+1F y +1R), e incluso fue promovido a Zikario (¡Y se hizo héroe!). Parecía que Gorko (o Morko) bendecía a Bogrut, que se convirtió en el guerrero más poderoso de la tribu (¡+1A y +1L!). Incluso los matadores enanos se lo pensaban dos veces antes de cargar contra Bogrut después de que este acabase a garrotazos con un ogro mercenario.

La leyenda se fue escribiendo sola a medida que las tiradas de experiencia (y la oportuna tirada en la tabla de heridas) configuraron un personaje carismático que todos los jugadores de la campaña llegaron a conocer (¡y que jamás olvidaremos!)

Del mismo modo, tampoco olvidaremos a Oskar II, el líder de una banda de Orlock de un amigo: en una campaña, trató de bajar de un salto una distancia ridícula (tenía I5, R4, armadura, y si fallaba sólo sería un impacto de F3). Falló. Recibió un impacto de F3 por la caída, que le causó una herida, dejándolo fuera de combate. Al final de la batalla, tiró en la tabla de heridas, y obtuvo un resultado de "Muerto". Repitió (tenía un médico) y volvió a obtener un resultado de "Muerto". Finalmente, el resto de jugadores de la campaña (que nos estamos muriendo de la risa) le dejamos repetir la tirada una vez más. Y, por tercera vez, obtuvo un resultado de "Muerto".

Y me viene a la mente una tercera anécdota, que tengo que contar por lo gloriosa, pero esta no de una campaña, sino de una batalla de 40K. Mis Mil Hijos se enfrentaban a sus  odiados enemigos, los Perros Siderales, perdón, Lobos Espaciales. Una de mis escuadras de Marines Rúbrica había quedado reducida a un solo hombre, un solitario marine de los Mil Hijos, confundido sin la presencia del Hechicero (que había volado en pedazos junto al resto de la escuadra). El solitario "Marine Momia" vagó confundido por el campo de batalla mientras los proyectiles de bolter rebotaban en su armadura, e incluso los cañones láser y lanzamisiles fallaban misteriosamente sus disparos contra él. Finalmente, fue asaltado por tres Garras sangrientas, que trataron de acabar con él. Ni corto ni perezoso, una fase tras otra, el Marine Rúbrica mató A CULATAZOS DE BOLTER a los tres Garras sangrientas, alzándose sobre sus cadáveres cuando terminó la batalla. No recuerdo si gané o perdí (suelo perder contra los Perros Siderales), pero la anécdota del Marine Rúbrica invencible no se me olvidrá en la vida. Tras la batalla, cogí un cráneo de un esqueleto y lo pegué en la peana del marine (estaba sin pintar), para no olvidar nunca quién había realizado la hazaña...

¡Ese es el material del que se forjan las leyendas! ¡Tiradas de dados terriblemente improbables! Como decían en la Guía del Autoestopista, es la Energía de la Improbabilidad Infinita.

3 comentarios:

  1. Tu anecdota del marine del caos, me ha recordado la mia, que te contare aqui:

    El caso es que un amigo queria probar los nuevos Eldars de 5ª, previniendome un ejercito centrado en combate eldar, me prepare uno de Khorne
    Con berserkers, demonios grandes y feos y Dreagnouhts de combate

    La anecdota es que al final de la partida solo quedaban (en condiciones de pelear) una de berserkers con 7 minis contra 5 exploradores, un serpiente y 3 bipodes eldar.
    Cargue furioso a los exploradores y estos aunque fueron masacrados acabaron con 5 de los mios.

    Solo tenia 2 marines contra tanto coche, pero cargue igualmente, uno de ellos murio a disparos pero el otro se subio al Serpiente y le puso un platano en el tubo de escape y lo peto.
    Ese marine cargo contra los otros 3 bipodes y se los fue cargando a granadas.

    Gane yo, solo me quedo ese marine, y 2 dreaguns inmovilizados que solo podian disparar sus bolteres.

    Sangre y aceite de motor para el dios de la sangre!

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  2. ¡Así nacen los auténticos héroes! Seguro que Khorne se siente complacido... ¡¡Sangre para el Dios de la sangre!!

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  3. Buenas:

    Ante tal tema, me gustaría aportar mi experiencia (toda de segunda de W40k).
    Las dos mejores anécdotas me han ocurrido con Lobos (mi ejercito) y, mas concretamente, un guardia del lobo.
    En la primera, al final de una dura partida quedaban mi guardia del lobo con armadura de Exterminador frente a una escuadra táctica de Ángeles Sangrientos. Mi guardia estaba en mi zona de despliegue (acaba de chafar al último colgado de negro) y, como no, los Ángeles sangrientos ocupaban una colina en la suya. Pues bien, allá se lanza mi guardia a andar hacia los angelotes y los va liquidando con fuego de su bolter de asalto, mientras que los bolters y misiles perforantes o no impactan o no hieren. El caso es que tardó cuatro turnos en llegar (jugábamos a aniquilación sin límite de turnos), cuando en el turno antes de cargar le impacta por fin un misil que le hiere. Sin embargo, aquella maravillosas armadura de Exterminador con salvación de 2D6 resistió. Mi contrincante se rindió por desesperación.
    La segunda, la mejor, fue un combate cuerpo a cuerpo entre ese guardia del lobo y un grechin, un one on one.
    El caso es que el guardia no solo perdió el combate (al que cargó), sino que el grechin le hirió con un cuchillo y le perforó la armadura. Imaginad mi cara. Todo ello en los primeros turnos. Por desgracia, el resto de la partida fue igual.

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