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jueves, 23 de junio de 2016

Internet destruye infancias: Carlo Pedersoli y Mario Girotti

¡Tortazo, mamporro, collejón, bofetada, puñeta*... ¡Uf! Perdonad que haya entrado partiendo caras, pero es que la energía que desprenden estos dos machacones se ha apoderado de mi por un instante. En efecto, hoy vengo a hablaros de el dúo dinámico de los guantazos, el “dream team” de las hostias de padre. Ni más ni menos que Vud Pancer y Gil Terénce, digoooo de Bad Espenser y Térens Gil. Y voy a aprovechar para hacerlo ahora que todavía están vivos, porque llevamos un añito que... tela marinera. Además, quisiera demostrar que no solamente sé reírme de los muertos.

EDITADO: y a cuatro días de morir Carlo, no pudo quedarme mejor.


Regresemos por un momento al mágico año 1992. El artista del ladrillo Jesús Gil rebosaba su panza en su jacuzzi acompañado de su caballo “Imperioso” y de otras jamelgas en bikini, los dibujos animados de Cobi y Petra (la mascota paralímpica de Barcelona '92) alegraban a los niños de las televisiones autonómicas mientras que el resto buscábamos cualquier excusa para remolonear la hora de irse a dormir hasta que salieran las “Chicas Tutti Frutti”, y un jovial José María Ruíz Mateos nos deslumbraba con sus disfraces y estrambóticos escraches a Miguel Boyer. ¡Ah, la edad de oro de Silvio Berlusconi...!


En aquellos tiempos en los que todavía estábamos asimilando el haber pasado de dos a cinco canales de televisión, la programación del último recién llegado estuvo plagado de las películas de Spaguetti-western y sus variantes modernas protagonizadas por esta simpática pareja, así como el resto de sus películas por separado. Los arquetipos de sus personajes estaban tan bien definidos que podían realizar una decena de películas diferentes con tan sólo cambiarse de ropa y llamarse por otro nombre... en ocasiones, ni eso. Terence era el chulito guaperas, algo así como “Fénix” en el Equipo A; daban ganas de cruzarle el careto de vez en cuando, pero luego te miraba con esos ojos azules y se te pasaba. Por contra, Bud era el típico “Shrek” de la vida que sólo quiere ir a lo suyo y al cual no dejan de tocarle las narices. Si algo nos enseñaron estos mamporreros es que cuando alguien te pone contra la espada y la pared, la solución está en tus manos. Podría afirmar que casi todas las películas que rodaron (tanto en conjunto como por separado) son dignas de tener su correspondiente análisis. Sin embargo no quiero ni perder mi tiempo ni haceros perder el vuestro, de modo que he escogido la película mejor refleja el carisma que desprenden: “...Y si no, nos enfadamos”.

La película comenzaba con una carrera de coches... perdón otra vez, con la carrera de coches más acojonante que he visto en mi puñetera vida. ¿Fast&Furius nosecuantos? Para los fans del Scalextric. El premio de la carrera era un minibólido (o buggy de playa). Era como si estuviese dirigida por Michael Bay mientras jugaba con sus Hot Wheels cuando era niño; le faltaban las explosiones por todas partes. 

 ¿Lo conseguirá? ¡Claro que sí, es Terence Hill!

Tras echar del circuito al resto de participantes, Kid (Terence) y Ben (Bud) llegan a la meta al mismo tiempo por lo que se ven obligados a compartirlo hasta decidir democráticamente quién se lo queda. Tras llegar al taller de Matías (Luis Barbero, quien fuera conocido por "Matías", el amigo viejo del abuelo de “Medico de familia, que en 1974 era mecánico y ya era viejo) y que Ben le obligara a apagar el puro empiezan a jugar a pegarle a unos tacos con palos bajo el espíritu de “a ver quién la tiene más gorda”, pero finalmente deciden jugárselo a “cervezas y salchichas” en el bar del parque de atracciones que está a cincuenta pasos del taller.

 Pues acabo de mirarlo en Wikipedia y este ya murió... pero hace más de 10 años, no me voy a sentir culpable.

Mientras acaban con todas las cervezas y todas las salchichas del bar, unos mafiosos con trajes de tonos pastel comienzan a asustar a la gente y a reducir la barra del bar a astillas a su alrededor. Intentan pasar absolutamente de todo hasta el momento en que los mafiosos les destrozan el minibólido y éste queda envuelto en llamas. La intención del padrino y su consejero es el construir el mayor casino el mundo, acabando con la diversión de los niños (¿es que ya nadie piensa en los niños?). Kid y Ben deciden seguir con sus vidas sin darle mayor importancia, pero cuando se les presenta la ocasión deciden pedirle al padrino de la mafia un minibólido igual que el que tenían, cosa que la mafia no se tomó muy bien y el padrino les pregunta qué ocurriría si se niega

 -... y si no, ¡nos enfadamos!


Es en esos instantes (y después de que un matón les incendiara su otro coche) que comienzan a estar ya un poco molestos, y deciden ir al gimnasio de la mafia a batirse el cobre un poco. Curiosamente, dicho gimnasio se encuentra pegado también al parque de atracciones y al taller de Matías. Allí las andanadas de hostias llueven por doquier, cada uno en su estilo. Kid vuela como una mariposa y pica como una avispa, mientras que los golpetazos de Ben violan de constante las leyes de la termodinámica.


Después de que les dejasen el gimnasio y a los gimnastas hechos unos zorros, el brazo motorizado de los mafiosos se pone en marcha para recordarles quién manda, pero el intentarlo con motocicletas tampoco les da resultado y alguno incluso acaba con su cabeza incrustada en el tronco de un árbol.


- ¡Qué bien, se ha roto la cabeza! - ¡Pero que era de los nuestros! - ¿Y eso qué más da?

Más tarde, el Padrino contrata los servicios del primo del Enterrador de la WWF (es el que yo veía, ¿vale?), que es violinista de restaurante y también asesino, pero el plan le vuelve a salir rana porque Kid y Ben logran despistarlo entre la gente del coro en el que Ben recibe clases de balbuceo. Es entonces cuando el consejero le recuerda al Padrino quién es Matías, le recuerda lo pesado que se ponía con el abuelo de Chencho cuando éste a su vez se ponía pesado con Anita porque se pensaba que era Chencho (¿o eso era de “El Informal”?). Pero como todos sabemos los mafiosos son muy sentimentales, y dado que en su juventud le preparaba los spaguetti como nadie, en lugar de cargárselo decidió enviar a sus matones solo para que le pegaran una paliza salvaje. Ya por fin, es cuando Ben se cabrea y decide ir con Kid a su restaurante a meterle su coche hasta la cocina y partirles los huesos a los mafiosos.


Finalmente y después de meterles a los matones del Padrino un poco de sentido común a guantazos, éste se siente tan conmovido que les entrega no uno, sino dos buggys minibólidos, y les promete respetar la feria tal como está. Kid y Ben están tan contentos que no dudan en estrenarlos a todo correr mientras de nuevo esquivan a los niños que entran a la feria.

La moraleja de esta historia es que da igual qué tan bien lo hagas en esta vida ni lo mucho que te esfuerces porque siempre puede venir un capullo, pegarte una leche por detrás y volver a dejar tu cochecito en llamas...

... aunque, al menos, esta vez les queda otro cochecito que compartir o jugarse a "cervezas y salchichas". ;-)

viernes, 17 de junio de 2016

Guerra en color: Bárbaro del pre-order (MOM)

Poco a poco, sigo sacando algo de tiempo para dar unas pinceladas. Me apetecía hincarle el pincel a algo distinto de lo habitual, y para ello escogí una de las miniaturas de MOM; el personaje bárbaro del Caos pre-order.


Esta es solo una de la cada vez más amplia gama de miniaturas de resina de MOM Miniaturas para representar nuestras batallas; ahora que se va descatalogando más y más el repertorio de GW, es cuando hay que empezar a pensar con qué miniaturas queremos representar nuestros ejércitos Como sabéis los bárbaros o guerreros del caos no están entre mis trabajos habituales, pero me pareció que esta miniatura tan molona merecía ser pintada. El hecho de que la pose sea degollar a un bretoniano está muy bien (para mi gusto, claro está), así que le añadí unos pequeños chorretones de sangre para representarlo mejor.






Al tratarse de una sola miniatura que he pintado por simple diversión he empleado un poco más de esmero de lo habitual en lo referente a las iluminaciones. También aproveché para darle un colorido poco habitual al bretoniano con el fin de que realizara un gran contraste con respecto al guerrero.

miércoles, 8 de junio de 2016

La música de mi vida: Punk-Rock estatal

Bienvenidos al primero de esta serie de artículos cuya intención es la de darle un repaso a aquellos estilos musicales que han conformado la banda sonora a mi vida, con mis habituales subidas de tono. Lo que se conoce como "desbarrar", básicamente. Todo tiene un proceso, así que me veo obligado a empezar por sus inicios. Desde bien pequeño estuve interesado en el mundo musical,  pero dadas las limitaciones de la época para escuchar un mínimo de variedad y puesto que no conseguí una minicadena (para los jóvenes es un reproductor de CD's, no de las que aprietan el cuello) hasta los 16 años, lo cierto es que no fue hasta la edad del pavo que no pude comenzar a apreciarla. Sí, escuchar música clásica en el colegio estaba bien, si no tenemos en cuenta que eso ocurría una vez al mes y que acabé de tocar con la flauta dulce el estribillo de "Baixant de la Font del Gat" hasta los mismísimos. Puede decirse que, hasta entonces, mis referencias musicales eran (aparte de Mozart, Beethoven y Vivaldi) un par de cassettes de los Beatles y Miguel Bosé de mi tía, la banda sonora de la primera película de los "Power Rangers" y otro de "¡Los Pitufos van a tope!", así como las canciones del verano tipo "Saturday night, tiririrarírarará". Sí, como para convertirse en mí de mayor de manera que pasaré rápidamente esa página de mi vida.


Pero el verdadero despertar de mi interés en ese mundo de arrastrados muertos de hambre que es la música (así los definía mi padre) llegó de la mano de la que a día de hoy es el mayor quebradero de cabeza de la industria discográfica; la piratería. Así es, resultó ser que se podían hacer copias de discos del mismo modo que los mayores se copiaban los videojuegos de la Spectrum, hecho que aproveché junto con el radiocassette de mi abuela para comenzar a conocer grupos y más grupos en calidad maqueta de la mano de aquellos colegas que tenían hermanos mayores. Las limitaciones de la época provocaban que, por ejemplo Y en aquella época estaba en auge el rock estatal. ¿Que por qué lo llamo así y no "rock español"? Pues porque dada la idiosincrasia de mi país sólamente podríamos catalogar así a grupos como "División 250". De aquella época, y aunque me duela reconocer algunos casos, cabe destacar los nombres de Extremoduro, Platero y Tú, La Fuga y Dover pues fueron los primeros TDK's que cayeron en mis manos. En efecto, muchos nos acordamos de que la misma piratería que critican a día de hoy muchos artistas es la misma que les catapultó a la fama.


¿Qué decir sobre los grupos que escuchaba en esta etapa de mi vida? Pues que no me avergüenzo de ellos, aunque me duela a día de hoy por aquello en lo que se han convertido. En aquellos años, estos grupos eran un referente para muchos jóvenes con ansias de rebeldía. ¿Rebeldía ante qué? Quién sabe; la generación X siempre estuvo bastante perdida al no saber reivindicar nada concreto. Extremoduro y Dover intentaban llenar el espacio que había creado (y dejado) Kurt Cobain con Nirvana. En aquella época no era capaz de entender el fondo de la mitad de las canciones de la formación de Roberto Iniesta (Robe), supongo que porque los caminos del "jaco" son inescrutables. Por contra, el estilo más grunge de Dover y al estar en inglés hacía que te preocupases más de cómo sonaba en lugar de lo que te contaba. Decir sobre Dover que ha tenido dos momentos memorables a lo largo de su historia; la salida del "Devil came to me" con el que todos y todas hemos hecho el "headbanger" alguna vez, y el "Let me out", con el que todos y todas dijimos "joder Dover, con lo que tú has sido". Maldita sea, hasta en el videoclip salían mirándose las unas a los otros con cara de "WTF?".


Mientras tanto, Platero y Tú junto con La Fuga era emblema del Rock'n Roll para los jóvenes al norte del estado. A ese respecto... decir que son (eran) grupos para beber y agarrarse un ciego, pues los himnos de borracho están a la orden del día. En ocasiones divertidos, en otras profundos. Además, si no me avergüenzo en decir que escuchaba La Fuga era por canciones como "Primavera del '87" que relataba la historia de una sangrienta lucha obrera vivida en nuestra comarca. Por otra parte, todavía recuerdo el rebote que me agarré cuando vi que el "A puerta cerrada" de Fito y Fitipaldis no se quedó sólamente en un proyecto alternativo.


Pero volviendo al tema, reconozco que del mismo modo que la música hacía que te olvidaras de tus problemas, te incitaba a recordar y conocer los de otros. Poco después llegarían Yosi de "Los Suaves" con su sentimental visión de la vida, así como otros grupos más reivindicativos. Conocí a Evaristo con "La Polla Records" o a los archiconocidos "Eskorbuto" de los que ya sólo queda Pako. Más tarde llegaría gente como Maxi de "Fe de Ratas", "El Ultimo Ke Zierre" o los polémicos Soziedad Alkohólika. Y digo polémicos porque la polémica surgió en el momento en que les clausuraron un concierto en mi localidad sin motivo aparente... ya sabéis a lo que me refiero. En resumen, grupos de punk-rock que relataban su modo de ver el mundo e incitaban a reflexionar sobre los problemas y las vicisitudes de otras personas con vidas mucho más interesantes que la mía.


Y por lado contrario, otro grupo por el que me interesé fueron los Mojinos Escozíos, quienes descubriera en el primer disco recopilatorio de la revista "El Jueves". Si hubo algo que me enseñaron con su disco "Demasiao perro pa trabajá, demasiao carvo pal rocanró" fue que había otro modo de proyectar la efusividad y la adrenalina que producía el escuchar el rasgar de una guitarra. Y algo terminó de torcerse al conocer a "Ska-P", que hacía gala de rabia y alegría a partes iguales. Ambos grupos tenían fans y detractores, pero lo que era innegable era que ambos tenían (y tienen) personalidad. Algo que me pareció curiosísimo sobre "el Sevilla", cantante de los Mojinos, fue que dijo (en el programa "No disparen al pianista", creo recordar) que "ci mi carrera mucicá durara cuarenta añoh, ¿no?, a mí me guhtaría zacáh treinta y osho dihcos en ece tiempo" (uso el mismo traductor andaluz que los de "Malviviendo"). No quería morirme sin decirle al mundo lo absurdo que me parece el tomarse tanta seriedad en un grupo basado en el humor aunque llevan 15/20 lo cual no está nada mal. En cuanto a Ska-P, aquellos que fueron tachados de traidores por apartarse paulatinamente de los valores de la anarquía han demostrado numerosas veces su intolerancia contra las injusticias y su profesionalidad sobre los escenarios hasta que el cuerpo les ha aguantado.

Qué enjutos, mozalvetes y "chechis" que estaban.

Entonces ocurrió algo que no me esperaba: me aburrí (como un burro al que zurro en el curro cuando me escurro y despachurro por cazurro mientras discurro sobre cómo me aburro). Me aburrí de escuchar siempre las mismas melodías y las mismas historias narradas por las mismas voces. La ironía del destino fue que comencé a ver que la mayoría de la gente no se creía realmente aquello que escuchaban. Observaba a la gente de mi alrededor convertirse en, para que nos entendamos, "punkis de Tienda Tipo". Comencé a comprender que la música no se reducía a lo que escuchaba todo el mundo, y por "todo el mundo" me refiero a cada tipo de tribu urbana de la gente que conocía, ya fuesen canciones sobre "petardeo" o temas de protesta. Comencé a interesarme más por aquellas canciones que incluían elementos o instrumentos poco comunes dentro del género, ya fueran gaitas, violines, harmónicas, teclados... temas como "!Ay, Dolores!" de Reincidentes o "Herida de guerra" de Konsumo Respeto hacían que se despertara mi interés por la fusión de estilos y la ruptura con ciertos estándares. Era el momento de evolucionar, de investigar por mi mismo. Pero esa es la siguiente parte de la historia.

miércoles, 1 de junio de 2016

Los Skaven de Catai

(Traducido de aquí)

Se cree que el primer Skaven que llegó a Catai fue vomitado de las gigantescas fauces del Gran Dragón Negro que vive oculto en las profundidades del mundo, y que era del clan Eshin. Este clan había sido conducido hacia las tierras del este por Lord Visktrin, que murió en torno al -1450/-1400 A.S. tras luchar contra un dragón en las montañas de Mourn, y que le encargó a su sucesor el establecer una fortaleza más hacia el este, y fue esí que llegó más allá del conocimiento del resto del Bajo Imperio y llegó a Catai.


Cuando sus miembros regresaron a Plagaskaven, habían cambiado. Durante ese largo periodo con las misteriosas culturas humanas de Ind, Catai y Nippon, los Skaven habían aprendido muchas cosas, especialmente en las artes del robo y el asesinato.

En torno al 500 D.S., los adeptos asesinos del Clan Eshin regresaron de Catai durante la Primera Guerra Civil Skaven. Durante unos 400 años los Skaven habían permanecido divididos: la facción del norte liderada por el Consejo de los Trece, y la del sur, de los señores de la Plaga del Clan Pestilens. Muchos clanes se hicieron a un lado, uniéndose al bando que tuviera la ventaja. Plagas, hechicería y las traiciones eran la moneda corriente, pero el avance de la guerra permanecía estancado. Ese punto muerto se rompió cuando los asesinos de capuchas negras del Clan Eshin se plegaron a una alianza con el Consejo de los Trece, y los cabecillas de la rebelión, caudillos y señores de la guerra rebeldes comenzaron a desaparecer con regularidad. Los apoyos del Clan Pestilens comenzaron a menguar. Al comprender que su situación era insistenible, los Señores de la Plaga pidieron parlamento, y el Señor Nurglich se ganó una plaza en el consejo, tras acabar la guerra.

Las relaciones de los Eshin con Catai y el resto de las naciones del este no están claras. En el 1247 D.S. Un explorador tileano, Marco Polare, llegó a Catai y escribió sobre el espionaje de los Skaven bajo la gran ciudad de Wei-jin, pero en 2377, el Rey Mono amplió su poder, instauró al Señor de la Guerra Kishkik del Clan Eshin como consejero, y comenzó a realizar acuerdos con el Imperio Skaven. Es poco probable que esta situación se prolongue hasta nuestros días, desde que aparentemente Catai se encuentra de nuevo gobernada por los Emperadores Dragón, aunque tampoco hay una clara evidencia de lo contrario.


Los Asesinos Eshin son rigurosamente temidos por aquellos que los conocen. Son entrenados desde su nacimiento, asesinos luchadores y expertos en el uso de armas exóticas. Muchas de las armas del Clan Eshin son forjadas en Piedra Bruja para que segreguen constantemente un potenete veneno corrosivo. Gran parte de su formación consiste en afilar los ya rápidos reflejos de los Skaven, lo que les permite realizar hazañas increíbles como saltar varias veces su propia altura, correr tan rápido como un caballo a galope o subir por superficies escarpadas. Dado el gran laberinto de túneles que conectan todo el Bajo-Imperio se extiende por todo el mundo, sus agentes pueden ir desde Nippon al Viejo Mundo en menos de seis meses.

Los Skaven del Clan Eshin actúan como una policía secreta y ejecutores del Consejo de los Trece. Si los Señores de la Descomposición deciden que un Señor de la Guerra o que un Vidente Gris ya no es leal, se pone bajo su rastro a los asesinos del Clan Eshin, que mantienen el control del Consejo mediante la muerte y el terror. Los asesinos también son utilizados para acabar con los líderes y campeones de los ejércitos enemigos, sabotear las defensas de los pueblos y ciudades, envenenar suministros de agua, provocar incendios, asesinar a las autoridades civiles o liberar hordas de ratas para que expandan las enfermedades. En las batallas, los asesinos se disfrazan y se esconden entre las filas de Skavens ordinarios hasta que tienen la oportunidad de atacar a los líderes y héroes enemigos en la confusión del combate.


Los principales guerreros de apoyo del Clan Eshin son los Corredores de las Sombras. Lo que diferencia a estos soldados de infantería de otros Guerreros de Clan es que reciben un rudimentario entrenamiento en los estilos de lucha aprendidos en la distante Catai. Más rápidos que los Guerreros de Clan, matan a sus adversarios con presteza para poder eliminar a los siguientes. Aquellos Corredores de las Sombras que demuestran su brío pueden llegar a convertirse en Acechantes Nocturnos. Sólo los Corredores de las Sombras que destacan en sus labores pueden tener la esperanza de ser adoctrinados en las más secretas artes de lucha Catayanas. Aún todavía lastrados por la típica perspectiva Skaven, los Maestros Asesinos son más pacientes, centrados y despiadados que sus hermanos. Pueden matar de un sólo golpe, son expertos en el uso de numerosas armas y pueden adentrarse en algunas de las fortalezas más protegidas jamás vistas.


El misterioso y clandestino Clan Eshin tiene algunos utensilios de guerra que sus agentes portan a la batalla: afiladas estrellas arrojadizas de Piedra de Disformidad impregnadas con un mortífero veneno disforme, las bombas infernales (dispositivos explosivos de metal con ruedas dentadas y engranajes que disparan una energía infernal con efecto retardado), y es probable que un miembro de alto rango del Clan Eshin lleve consigo bombas de humo para usos diversos. Cuando se rompen, se suelta un oscuro y sibilino humo que busca llegar a los pulmones de cualquiera que se encuentre cerca.

El Arte de la Muerte Silenciosa no fue la única cosa que el Clan Eshin trajo a su regreso de Catai. Unos pocos Skaven profundizaron en las oscuras artes de la magia negra. Mezclando sus conocimientos sobre la disformidad con las técnicas utilizadas por los hechiceros catayanos desarrollaron un nuevo saber, uno que sirve para ensalzar la potencia y misticismo de su clan; el Saber del Sigilo. Estos hechizos están diseñados para aumentar el disimulo, la velocidad y la fuerza del ataque del Clan, y nadie está completamente seguro de si las legendarias habilidades del Clan Eshin han sido siempre totalmente mundanas.