SECCIONES DE LA BIBLIOTECA

viernes, 31 de enero de 2014

¿Una partida más?

El pasado miércoles tuvimos la oportunidad de jugar una batalla cuasi-épica de Warhammer, y como buenos jugadores no pudimos ni quisimos evitar tal encuentro. Cuatro aguerridos generales, cuatro poderosos ejércitos y un total de veinticuatro mil puntos sobre la... alfombra xD. Los perversos Elfos Oscuros de Elric sintieron el terror que se aproximaba del norte; los guerreros del Cáos de Yibrael se habían aliado con la marabunta de Skavens de un servidor, y para intentar detenernos, Elric se vio obligado a contratar los servicios de los Ogros de nuestro famoso Trosef Butterflanks. La alfombra está servida.

Los elfos oscuros, adorando un altar con la forma del pie de su dios

Los siervos de Tzeentch, terminando de transmutar a sus horrores.

Mis Skavens... qué lindos ellos. ^_^

"¡No, por favor, no le saques una foto a mis ogros!", imploraba Trosef.

La cosa empezó hacia las siete de la tarde, no terminamos de montar hasta las doce y aún así nos esperaron por delante otras siete horas de partida. 





Desde que nos fuera arrebatado el local en el cual jugamos tantas y tantas partidas no habíamos tenido la oportunidad de jugar una macrobatalla como a nosotros nos gusta, y personalmente me sentí tan a gusto como entonces. Me alegra darme cuenta de nada puede detenernos cuando hay ganas de hacer algo. No hubo informe de batalla. Ni siquiera hubo un recuento final para declarar un vencedor. Todos quedamos satisfechos y nuestras ansias de guerrear fueron saciadas.




Y eso es lo que ocurrió; una velada llena de sangre y risas. Prueba de ello son:

¿Pero dónde han ido los Skaven a colocar un cañón? ¡Qué poca vergüenza!

El cañón de los ogros...

... el ma(dero)muth de los ogros...

... y su orgulloso general (foto de archivo). xD

Gracias, Elric, por brindarnos la oportunidad de batallar una vez más. ¡Y más te vale que no sea la última! ;)

miércoles, 29 de enero de 2014

Artefactos legendarios: Hachas de Grimnir

Hace ya seis meses que no dedicaba una entrada a uno de esos objetos mágicos legendarios que son tan  emblemáticos del mundo de Warhammer, y con la inminente salida de los enanos, creo que ha llegado el momento de hablar sobre las armas más potentes que tiene esta raza en su arsenal. Se trata de las hachas de Grimnir.



Grimnir es uno de los tres dioses enanos, junto con Grungni y Valaya. Grimnir es el dios de la guerra de los enanos, el patrón de los matadores. Nadie sabe con certeza si los tres dioses enanos eran realmente entidades sobrenaturales o grandes héroes de su raza, pues su historia se pierde en el pasado. Durante la llegada del Caos al mundo de Warhammer, fue Grungni quien avisó a su pueblo para que se ocultase en las montañas; Valaya protegió a su pueblo de la magia del enemigo, y Grimnir mató a centenares de demonios con sus hachas. El mismo Grimnir estaba al mando de los enanos cuando se encontraron por primera vez a los elfos, con Caledor Domadragones. Gracias a Grimnir y los enanos, Caledor supo de la gran tormenta que se había desatado en el norte justo antes de la invasión del Caos. Gracias a Caledor, Grimnir supo del portal del norte, de donde procedían los horrores del Caos. El siguiente pasaje está sacado del libro de los enanos de 4ª edición (de Rick priestley y Nigel Stillman):

LA MUERTE DE GRIMNIR
Los enanos continuaron luchando valientemente contra las hordas del Caos. Tras oír la descripción de la puerta del Caos hecha por Caledor, Grimnir decidió emprender una acción más directa. Ignorando los consejos de Grungni y Valaya decidió viajar hacia el norte y cerrar él mismo la puerta, despreciando las energías cósmicas a las que tendría que enfrentarse. Grungni le dijo que seguramente moriría, pero Grimnir gruñó y dijo que merecía la pena intentarlo. Se afeitó el cráneo, dejando sólo una cresta de pelo que le recorría la cabeza desde el cuello hasta la frente. Grimnir le dio una de sus hachas a su hijo, Morgrim, y partió hacia el norte, entonando su canción funeraria. Morgrim le siguió hasta el límite de los desiertos que se encuentran al norte, ignorando las órdenes de su padre de volver atrás. Al final respetó los deseos de su padre y observó cómo su poderoso progenitor se perdía entre la cambiante niebla de aquellas tierras ponzoñosas.

Nunca más se volvió a ver a Grimnir, y nadie sabe lo que le sucedió al valiente enano. Quizás fue derrotado por un ejército de monstruos. Una de las leyendas dice que se abrió camino luchando hasta la puerta y la guardó contra un ejército de demonios incluso hasta después de que Caledor hubiese creado el Vórtice en Ulthuan. Quizás su suerte fue mucho más terrible e incomprensible que la de la simple muerte. Los enanos no hablan sobre lo que le sucedió a Grimnir. Sólo dicen que la oscuridad le venció. Su hacha se perdió con él.

¿Y qué fue de las dos hachas rúnicas? Como podemos ver en la historia, una de ellas acabó en manos de Morgrim, hijo de Grimnir. El hacha pasó de mano en mano de cada Alto Rey enano a su hijo, y así sucesivamente hasta llegar a las manos de Thorgrim, Custodio de Agravios, el actual Alto Rey de Karaz-a-Karak. El arma sigue llevando el nombre de su portador original: Hacha de Grimnir. Ha sido el arma de Thorgrim desde la cuarta edición de Warhammer. Aquí lo podéis ver en sus versiones de cuarta y quinta edición (como podéis ver, exactamente iguales):

Siempre hiere a 2+. niega armadura, Heridas múltiples (1D3) ó 1D6 contra ogros y trolls.
En la sexta edición los enanos tuvieron dos libros de ejército, uno al principio de la edición y el otro justo al final (ya pensado para la 7ª). En en primer libro, Thorgrim no aparecía como personaje especial, pero sí en el segundo (junto a su nueva miniatura). El hacha no ha cambiado gran cosa, salvo que ahora es un objeto rúnico en toda regla, y no un objeto mágico (el diablo está en los pequeños detalles xD)

La runa magistral de Skalf Martillonegro siempre hiere a 2+, y la de Alaric el Loco niega la tirada de salvación por armadura. Como podéis ver, no hay cambios sustanciales... Bueno, han cambiado "Ogros" por "Gigantes".
¿Y qué pasó con el otro hacha? Bien, al margen de que Pete Haines (el que escribió el libro de ejército) no tiene ni idea de la historia de los enanos y de que existen otras armas que combinan runas magistrales del mismo modo que el Hacha (por ejemplo, el Martillo de Sigmar, los Colmillos Rúnicos o el martillo de Kragg), el hacha gemela del de Grimnir combina runas magistrales de una forma similar, incluso más potente.

Y es que el hacha fue hallada miles de años después por un ingeniero enano que había hecho voto de matador, y se lanzó a buscar la muerte a los desiertos del norte, un tal Gotrek Gurnisson. ¿Os suena?

Con el hacha, Gotrek ha sobrevivido a peligros más allá de la comprensión. Con el hacha, Gotrek ha vencido a un Devorador de Almas. Con el hacha, Gotrek ha sido guiado sutilmente por el espíritu de Grimnir en sus viajes, llegando siempre en el momento justo para combatir a las fuerzas del Caos. El hacha ha cambiado a Gotrek, haciéndolo más fuerte, más duro y más sensible y empático (aunque en esto último puede que Félix Jaegar haya tenido que ver más que el hacha...).

El Hacha de Gotrek en 4ª edición

El hacha de Gotrek en 5ª edición

Como podéis ver, las reglas del hacha de Gotrek son prácticamente iguales a las del hacha de Grimnir, con la salvedad de que es más efectivo contra demonios y dragones, en lugar de trolls y ogros (desde luego que para luchar contra el Caos, Grimnir hizo bien en llevarse el hacha correcto). Y aquí está el otro hacha.

Un último detalle: pese a la gran similitud física y mágica de ambos hachas, el hacha de Thorgrim tiene dos cabezas (en las dos versiones de su miniatura), mientras que el hacha de Gotrek tiene sólo una. No he encontrado una explicación a esto. Si alguien sabe algo, que me ilumine, por favor...


martes, 28 de enero de 2014

Ruric Thar (y 2)


El pequeño Izzet escupió en la palma de una de sus delgaduchas manos y se las frotó. - Tan zolo obzervadme. -

Squelch se escurrió bajo el ogro entre sus piernas como troncos y bajo los escudos del batallón de soldados que tenía delante, que estaban demasiado ocupados con Ruric Thar. Tras trepar por un muro derruido, Squelch se subió a lomos de una bestia de guerra acorazada. Entonces el goblin sacó una púa de metal de un bolsillo secreto y la colocó en la cabeza de la criatura justo antes de saltar.



Volaron chispas. La bestia de guerra comenzó a tambalearse, trompeteando, para luego volverse hacia su compañero. Lo siguieron unos bramidos de angustia, junto con el crujir de la madera y el entrechocar del acero. Los soldados humanos se dispersaron mientras los enloquecidos behemoths huían de ellos en estampida y desaparecieron por los callejones.

La inmensa máquina de guerra comenzó a venirse abajo con una gracia extraña, para caer lentamente hacia uno de sus laterales. Varias ruedas giraban lentamente, chirriando. Pasó un momento. Entonces el artilugio explotó con una enorme llamarada.



- ¿Cómo ha ocurrido eso? - dijo Ruric entrecerrando los ojos.

- ¿A quién le importa? - gritó Thar. - ¡Vamos!

El inmenso ogro se abrió paso a hachazos por la plaza hacia el portal del gremio, arrollando los restos en llamas y los cuerpos con armaduras esparcidos por los adoquines.



- ¿A dónde habrá ido ese tipejo? - Ruric giró la mirada hasta que sus enormes colmillos rozaban la nuca de la cabeza de Thar.

- ¡Eztoy aquí! - dijo una voz que venía desde detrás. El goblin saltó a los hombros del ogro, entre las dos cabezas, y se agarró a uno de los colmillos de Ruric para apoyarse. - Oz dije que lo zolucionaría. -

- ¡Hey! ¡Fuera! - bramó Ruric mientras se agitaba violentamente.

El goblin pegó un alarido pero logró sujetarse. - Teníamoz un tra-a-a-a-to. Lo prometizteiz.

- Si, lo hicimos, -dijo Thar. - Y tu has cumplido con tu obligación. Ahora podemos comprobar ese portal. Tu también, si quieres. -

- ¡Claro! Pero ezo no zalda el favor que me debéiz. Podéiz hacer ezo de gratiz, pero aún me debéiz algo.

- Sí, sí, - murmuraron ambas cabezas.

- ¿Dónde vamos a encontrar una gallina por aquí? - refunfuñó Ruric.

***

- ¿Cuántos hay ahora? -

- 'amos a veeeer... - Ruric comenzó a contar con sus rollizos dedos. - Tres.. más, uh... ¿dos?... y otro más. - dijo levantando su hacha-mano.

- Entonces, ¿ocho? -

- Algo así. -

- Zeiz, - dijo una aguda voz.

- Tenemos que golpear el correcto pronto. -

- ¿Y luego qué vamos a hacer? -

- Lo mismo que hacemos siempre. -

- ¡Aplastar! Y después recoger las golosinas, - dijo Ruric mientras daba un mamporro al aire.

- ¡Ezto ez muy divertido, chicoz! - Squelch asomó la cabeza de la nueva cesta que colgaba de las espaldas del ogro. - Vamoz a derrotar por completo a todoz loz demáz corredorez. -

- ¿Cuánto tiempo vamos a tener que llevar esta cosa? - lloriqueó Ruric.

- Hasta que ganemos, por supuesto, - recriminó Thar.

- Hey, chicoz, he eztado penzando... realmente podríaiz uzar algunaz mejoraz como eza hacha vueztra. Tengo variaz ideaz. Acción de corte automático. Tal vez algunaz cabezaz diztintaz. -

- No le prestes atención. Tal vez se marche él solo. - Ruric Thar siguió caminando.

- ¿A que zí, chicoz? Realmente hacemoz un gran equipo... ¿chicoz? -

lunes, 27 de enero de 2014

Ruric Thar (1)


- ¿Por qué los guardias siempre parecen sorprendidos cuando los golpeamos? - preguntó Ruric.

- Creo que esperaban un soborno, - respondió Thar.

Ruric dio un manotazo en la distancia a una andanada de flechas ardientes con su puño jamonero. - Dijiste que iba a ser pan comido. -

- No, tú lo dijiste. Siempre haces lo mismo, - gruño Thar con esfuerzo mientras dejaba escapar un carro de carga.

- Bueno, esos tipos no deben de haberse enterado, porque están peleando realmente duro. -

- ¿En serio? No me había dado cuenta. ¿Entonces tienes un plan? -

- ¿Por qué yo? Siempre has sido el favorito de mamá, en todas sus historias y esa clase de mamarrachadas. ¿No tenían acaso los Ancestrales una respuesta para todo? -

- Deja a mamá al margen de esto. De todas formas, ¿no te enseñó papá algo de lucha? ¿O acaso su Clan Scab no es tan duro después de todo? -



Un grupo de jabalinas rebotó en el pecho del ogro, y tan solo falló una que iba dirigida hacia la cabeza más grande.

- ¡Uaoh! Eso ha estado demasiado cerca. ¡Debemos aplastarlos para salir de aquí!, - gritó Ruric.

- Oh, claro, esa es tu solución para todo. Necesitamos una estrategia. -

- Ooooh, bonita palabra, ¿te la enseñó mamá? -

Una ola de infantería acorazada se cerró sobre la gigantesca figura de Ruric Thar con un sonoro crujido. Durante unos instantes, el aire se llenó con el sonido del entrechocar de martillos, alaridos y suspiros de agitación. Luego lo siguió un momento de silencio extraño.

- Hay demasiados de esos tipejos del Boros para que pasemos. -

- Podemos con ellos. ¿Qué eres, un gallina?

- ¿Alguien ha dicho gallina? -

- ¿Dijiste tú eso?

- ¿Por qué diría yo eso? -

- Yo lo he dicho. Por aquí. -

Ruric y Thar miraron cada uno hacia un lado. Luego una de las cabezas se echó hacia atrás mientras la otra se agachó, buscando en el suelo.

- Hey, hay un tipejo detrás de nosotros. ¿Qué estás haciendo ahí, pequeñin? - preguntó Thar.

- De modo que siguiéndonos a hurtadillas, ¿eh? ¡Te vamos a hacer puré! - gritó Ruric.

- ¿También tenéiz puré? Tal vez podamoz hacer un trato - dijo con voz alta el harapiento goblin. Llevaba aferradas a tu maltratado cuerpo varias placas de metal abollado y calcinado.

Ruric soltó una carcajada a la par que hundía sobre la infantería una enorme hacha de mano. - ¿Un renacuajo como tu? ¿Qué puedes hacer tú que no podamos hacer nosotros mejor? -

- Puede que zea pequeño, pero tengo grandez ideaz. Enormez. - El escuálido goblin hinchó el pecho y soltó un sangriento escupitajo. - De todoz modoz, no parece que vayaz ganando. -

Thar puso cara amarga. - ¿Y tú quién eres? ¿Con qué planes de batalla nos vienes, rata de adoquín? ¿Abrumar al enemigo con tu hedor? -

- Zería graziozo, - respondió el goblin. - De todaz formaz, yo ze cozaz. Apuezto a que máz que tú. -

- ¿En serio? - bufó Ruric. - ¿Entonces por qué estás ahí parado en vez de estar ganando? -

- Cállate, - gritó Thar, mientras golpeaba a un par de mastines de guerra. Los aullidos resonaron en la plaza. - Tal vez este coleguita pueda ser útil. -

- ¡Zí, ezo ez. Deberíaz tener máz rezpeto. Nozotroz loz Izzet dezcubrimoz el Laberinto, dezpuez de todo. - El goblin se cruzó de brazos, haciendo verse tan formidable como podía parecerlo una lata verdosa de un metro de alto.

- ¿Entonces tú eres su guía del laberinto? -

El goblin resbaló. - Ezcogieron a otro. - Miró hacia arriba con desafío. - Pero yo puedo hacerlo tan bien como cualquiera. Tan zolo me... he quedado atrapado aquí. -

- Y necesitas que nosotros te saquemos. ¿Y qué hay para nosotros? - Ruric frunció el ceño, tras lo cual hizo salir por los aires a varios jek celestes, manchando una pared cercana con salpicones de sangre. - ¡Ow! ¡Le he dado! -

- Squelch ez mi nombre. Eztaba probando ezto... mi último invento. - el goblin tiró con el pulgar de una de las placas de metal, que se cayó sobre los guijarros y se balanceó con gentileza. - ¡Y eztaba funcionando! Tan zolo he tenido un pequeño problema con el aterrizaje. -



- Entonces, ¿cómo se supone que vas a ayudarnos? - Thar torció un labio. Su expresión era difícil de discernir en su rostro lleno de cicatrices.

- Oh, hermano, ¿qué es esa cosa que traen rodando ahora? - Ruric sacudió su enorme cabeza hacia las líneas Boros.

- Es una ballesta. -

- ¿Una bali-qué?

- Una máquina de guerra. Lanza enormes arpones, - dijo Thar. - Grandes como árboles. -

- No me dan miedo los árboles. -

- Bueno, esos árboles muerden. Debemos pararlo antes de que nos paren a nosotros. -

- Tengo juzto lo necezario para ezo, amigotez, - puntualizó el goblin. - Yo oz razco laz ezpaldaz y vozotroz cazcáiz la mía. ¿Qué me decíz? ¿Hacemoz un trato? -


Ruric y Thar rieron a la vez, en alto e implacables. - Oh, claro, estaremos muy agradecidos, - dijo Ruric, - cuando nos salves el pellejo, -finalizó Thar.

- Me tendréiz que devolver el favor a cambio. Cualquier coza que oz pida. Zea lo que zea. Y una gallina. No, doz. ¿Oz vale? -

- Que si, que si, ve allí y utiliza esa poderosa magia goblin tuya. -

jueves, 23 de enero de 2014

Born of the Gods: Spoiler visual (109/165)

55 cartas nuevas del spoiler de Born of the Gods. Para ver las anteriores, pinchar AQUÍ y AQUÍ.