viernes, 6 de marzo de 2015

Internet destruye infancias: Pippi Langstrumpf (¡Jesús!)


Llevo ya tres meses aprendiendo alemán por las mañanas en los cursos del paro, y tengo que reconocer que experimentar algo en tus propias carnes hace que se derriben muchos mitos. ¿Sabíais por ejemplo que no solamente disponen de "kas", "erres" y "jotas" en su abecedario? ¿Y que incluso tienen sentido del humor? ¡En serio! Vale que no son de esa clase de gente a la que le hace gracia un balonazo en la entrepierna, pero tengo no uno, ni dos, ni tres, sino estos tres documentos que lo demuestran. Y fue entre las bromas y otros comentarios que surgen entre los compañeros, que me recordaron la existencia de aquella pequeña pelirroja hija de un pirata, que era más valiente que un camión, más bestia que dos trailers y que tenía una visión del mundo de lo más lisérgica. Para que no os entre la tentación de volver a veros un episodio con el consecuente riesgo de sufrir terrores nocturnos voy a sacrificarme por el equipo y ya os desgrano yo los mejores momentos de su primera aparición en la pequeña pantalla.


0:33 - No ha pasado ni un minuto cuando he encontrado dos detalles dignos de mención. En primer lugar, los padres de Tommy y Annika tienen el pelo negro como el azabache, que contrasta con ese rubio de los hermanos que hasta hace daño a los ojos. Por otro lado, lo primero que puede verse de Annika en la pequeña pantalla es un gran plano de sus bragas mientras se desliza (por no decir "mientras derrapa quemando neumático") por la barandilla de su casa. Esto no hace sino demostrarnos lo liberales que son los alemanes en todos los aspectos. Supongo.

1:48 - La casa de Villa Kunterbunt venía a ser algo como si Punky Brewster y Agatha Ruiz de la Prada hubieran unido sus fuerzas. No hay más comentarios al respecto.

2:19 - Tommy observa el escaparate de dulces mientras se relame, pero la expresión de su rostro está llena de furia, como si cada día mientras va a la escuela repasara una y otra vez algún tipo de plan para atracar la tienda y llevarse un botín con el que poder morir de diabetes.

3:09 - Aparecen cuatro personajes secundarios; dos policías que van en un coche de los años treinta (a su vez montado en un remolque, que a mi no me engañan), seguido de los dos maleantes del pueblo, que están escapándose de la prisión con dos sierras que habrían dejado guardadas en el camastro la última vez que se escaparon; a los policías no les interesa hacer ninguna clase de registro de celda ni reparación en los barrotes, puesto que dependen de la presencia de maleantes en las calles para justificar su salario.

3:46 - Aparece otro personaje secundario más que había olvidado por completo; una chiflada que canta canciones de monjas y que se encarga por decreto del alcalde de hacer de canguro de los niños en el parque. Algo va muy mal en este pueblo, aunque no se exactamente el qué. Con esto que voy a decir igual me tachan de sexista, pero si se cambiara el vestido de señorita Rottenmeier por algo más normal quizás no la tratarían como una loca y se rompiera algún tipo de círculo vicioso.

4:20 - Nuestra protagonista surge finalmente atravesando un arco de piedra, silbando su propia melodía de inicio y avanzando a lomos de su caballo con lunares, el Pequeño Tío. Nuevamente el cuadro me hace pensar en Agatha Ruiz de la Prada y Punky Brewster haciéndo una tormenta de ideas con Cindy Lauper mientras se agarran de la mano y chillan como histéricas.

10:00 - Tras un inocente allanamiento de morada en el cual los niños se adentraron en aquella casa que parecía sacada de la película de Trainspotting pero en tonos pastel, descubrimos que a Pippi se le sube la sangre al cerebro por dormir con los pies en la almohada, lo que le impulsa a contar mentiras sobre los egipcios a los dos desconocidos que la acaban de despertar en su casa... ¿hay algo de todo esto que no parezca una locura?

10:30 - Mientras los niños saltan por las mesas, se cuelgan de las lámparas y trepan por las paredes, Tommy se hace plenamente consciente mientras sonríe como un perturbado de lo mucho que siempre había deseado conocer a alguien a quien no le importara una mierda si le desguazan la casa en la que vive. No lo dice con estas mismas palabras, pero casi.

15:27 - A la loca metomentodo de las canciones siniestras también le pica el gusanillo de pasar hasta la cocina, y dado que la propietaria es una nihilista de tomo y lomo, pues no hay problema alguno. Lo único que le preocupa es que no le dejen hacer lo que le da la gana, y es en esos momentos cuando su mono-ardilla-amarillo para que la orine encima mientras los niños se regodean duchándose en monedas de oro con las que podrían comprar el pueblo entero. Solo le faltaba decírselo con un Rap.

15:45 - Tras semejante humillación, la chiflada en cuestión sale de la casa esperando volver con los policías corruptos como refuerzos, a los cuales se les ha reventado el motor de la tartana esa que debieron haber jubilado hace treinta años.

17:55 - Tras examinar un arcón que probablemente hubiera robado a un mago cutre, dada la cantidad de globos, serpentinas y flores que salían de sus cajones, Pipi le hace entrega a Tommy de una daga enjoyada. Nuevamente la cara de alegría de Tommy parece reflejar la personalidad del duendecillo que vive en su cabeza y que le dice que empiece a matar a la gente de su barrio cuanto antes.

25:13 - Tras cantar una canción al más puro estilo "del barco de Chanquete no nos moverán", Pipi hace uso de su libertad de expresión al decir su opinión sobre los policías. Después, hace uso de su fuerza sobrenatural para lanzarles por los suelos. Tras esto, hace uso de su ingenio para atrapar a los policías en el tejado de su casa (no le hizo falta mucho) y los hace humillarse para dejarlos bajar. Por último, mientras uno de ellos sale huyendo de manera cobarde, el otro queda horrorizado al ver a Pipi levantando al Pequeño Tío sobre su cabeza. ¡Sí, es Pippilotta Viktualia Rogaldina Shokominzza Långstrump, y ha venido a partir cráneos!

La moraleja de todo esto es que... no, por favor, no hay moraleja que valga en toda esta historia. Señora Astrid Lindgren, no he leído los relatos que escribió, pero si me está leyendo (sé positivamente que no) quiero que sepa que la versión televisiva de su personaje es un prototipo de antihéroe anarco-capitalista que empuja a los niños hacia la rebeldía, la mitomanía y al caos generalizado y sin sentido. Si al menos tuviera un sentido... pero ni eso.

2 comentarios:

  1. "Agatha Ruiz de la Prada y Punky Brewster haciéndo una tormenta de ideas con Cindy Lauper" ����������

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  2. Eso me vino a la mente, y en este plan; https://www.youtube.com/watch?v=q85tWI-9wf8

    :P

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