sábado, 8 de febrero de 2014

40K Revolution: Informe de batalla (Lobos espaciales vs. Tiránidos, parte 3)

Hoy concluyo con la narración del informe de batalla de 40K Revolution que jugamos Ragnor y yo el lunes. Podéis ver aquí la primera parte y la segunda parte.

Seyabet, capitán de los Mil Hijos, continuaba observando con su visión psíquica a sus ancestrales enemigos, los Lobos Espacviales, luchar por sus vidas en la superficie del planeta Ilgnus VI. Los fenrisianos trataban de recuperar una antigua Plantilla de Construcción Estándar de entre las ruinas, en mitad de una invasión tiránida.

Los tiránidos avanzan. 


Tras la masiva llegada de refuerzos tiránidos, los fenrisianos se prepararon para tratar de hacerse con la PCE y escapar. El Sacerdote de Hierro se dirigió a las ruinas centrales, protegido por el dreadnought, y encontró rápidamente la PCE, desenterrándola con su servobrazo. Mientras tanto, el Dreadnought abría fuego con su cañón de asalto sobre el zoántropo que flotaba junto al templo. La mayoría de los proyectiles se desintegraron contra el escudo psíquico de la criatura, pero uno de ellos penetró, reventando el cráneo del tiránido y esparciendo trozos de cerebro por toda la zona. La resolución de los espinagantes flaqueó, y los exterminadores de la guardia del lobo redoblaron sus esfuerzos, aplastando a varios de ellos. Lejos de la influencia de la Mente Enjambre, los gantes huyeron.

Los Guardias del Lobo resisten y ponen en fuga a los gantes.


Los Colmillos Largos, tras haber derrotado y puesto en fuga a las gárgolas, hincaron sus rodillas en tierra y dispararon contra los guerreros tiránidos, tratando de eliminar el último vínculo de la horda tiránida con la Mente Enjambre. Sin embargo, los campos voltaicos de las criaturas los protegieron, y tan sólo uno de los guerreros tiránidos cayó con la andanada de los fenrisianos. El Whirlwind erró el disparo, alcanzando de refilón a la marea de gantes, pero sólo una de las criaturas cayó. Los mantifexes continuaban combatiendo contra los cazadores grises y el sacerdote rúnico, abatiendo a tres de los fenrisianos. Aunque las bestias recibieron algunas heridas, continuaron combatiendo.

Los mantifexes prosiguen la matanza.


Las hordas tiránidas parecían inagotables. Nuevas progenies de hormagantes, termagantes y gárgolas entraron como refuerzos. Los hormagantes se dirigieron con rapidez hacia el templo, ocupado por los exploradores lobo. Las gárgolas se lanzaron en picado contra los colmillos largos, abriendo fuego. El carnifex, gravemente herido, se giró para asaltar al dreadnought. Los guerreros tiránidos, presintiendo la importancia del artefacto desenterrado por el sacerdote rúnico, se lanzaron a por él. El líctor, tras haber masacrado a todos los garras sangrientas, observó al sacerdote lobo y se abalanzó sobre él.

Otra progenie de gárgolas se lanza contra los Colmillos Largos,
esperando hacerlo mejor que sus predecesoras.


El bióvoro continuó escupiendo minas de bioácido cerca de los cazadores grises, pero las servoarmaduras protegieron a los fenrisianos de los ácidos alienígenas. Las gárgolas abatieron a uno de los Colmillos Largos con sus perforacarne y se lanzaron al asalto. El dreadnought abrió fuego contra el carnifex que se abalanzaba sobre él, causándole algunas heridas. De nuevo, las gigantescas pinzas del carnifex fueron incapaces de transpasar el blindaje del dreadnought (¡festival de unos!). Los hormagantes se lanzaron furiosamente contra los exploradores lobo que ocupaban el templo, avasallándolos por pura superioridad numérica y acabando con dos de los fenrisianos. Las gárgolas lograron abatir al sargento de los Colmillos Largos con sus bioplasmas. Los mantifexes sufrieron un duro castigo, y dos de ellos perecieron, no sin antes llevarse consigo a dos cazadores más.

"La bestia quedó cegada por mis destellantes reflejos. Aproveché y golpeé a líctor, causándole heridas de cierta gravedad"
Extracto de la saga de Ragnorn Ragnorsson, sacerdote lobo.


El sacerdote lobo combatió valientemente contra el líctor, y su pantalla de conversión detuvo la mayoría de los golpes de la bestia, transformando la energía cinética de los impactos en luz. La bestia alienígena quedó cegada por el fogonazo, y el sacerdote lobo golpeó sin piedad. Sin embargo, se dio cuenta de que una de las garras del líctor le había hecho un corte superficial. La toxina estaba en su sangre, un veneno alienígena tan potente que ni su poderoso sistema inmunitario podía vencer. Mientras tanto, en el centro del campo, los guerreros tiránidos desmembraron al sacerdote de hierro sin mucha dificultad.

Los guerreros tiránidos despedazan al sacerdote de hierro ante la horrorizada mirada de los guardias del lobo.


El sacerdote lobo activó su medibot, aprovechando que el líctor continuaba cegado, para purgar la toxina de su organismo. El dreadnought y los exterminadores de la guardia del lobo se encararon hacia los guerreros tiránidos para tratar de recuperar la PCE y abrieron fuego. Cuando la tormenta de proyectiles amainó, tan solo uno de los guerreros tiránidos seguía en pie, herido y ardiendo (¡malditos lanzallamas pesados!). El Whirlwind abrió fuego contra la marea de gantes, destrozando a seis de ellos.  Los cazadores grises asaltaron a las gárgolas que rodeaban a los colmillos largos, y pronto abatieron a los horrores alados. En el otro flanco, los cazadores grises con el sacerdote rúnico acabaron con el último mantifex. En el centro, los guardianes del lobo cargaron contra el guerrero tiránido superviviente. La bestia era rápida, y acabó con uno de los fenrisianos, pero la superioridad numérica y los martillos de trueno finalmente acabaron con el xenos. Tan solo en el templo se impusieron los tiránidos, cuando la marea de hormagantes engulló a los exploradores lobo. Tan sólo uno de los fenrisianos sobrevivió. Los nervios le fallaron, y huyó, perseguido por los alienígenas. Seyabet se regocijó en su astronave al visualizar al veterano Lobo Espacial huir cobardemente.

¡Corre, cobarde, corre! xD


Una inagotable marea de tiránidos seguía entrando en el campo de batalla. Los exterminadores recogieron a toda prisa la PCE que había desenterrado el sacerdote de hierro y se dirigieron hacia el Rhino mientras el dreadnought se interponía en el camino del carnifex para permitir la retirada de la Guardia del Lobo. Sin una guía, el enjambre se hallaba desorientado. Tan sólo el líctor recibió una orden clara de la Mente Enjambre: ataca el vehículo. El alienígena saltó a gran velocidad, abalanzándose sobre el rhino, pero sus golpes no lograron más que dañar el motor. Sin embargo, el conductor logró controlar el vehículo y salió a gran velocidad, asegurando la PCE y, con ella, la victoria.

Los Guardianes del Lobo escapan con la PCE en el Rhino


¡Victoria para los Lobos Espaciales! Finalmente los fenrisianos lograron hacerse con el objetivo y escapar de la marea tiránida. Los cambios que hemos realiqado en el sistema de la segunda edición parece que funcionan bastante bien, aunque los comentaré en otra entrada la semana que viene. ¿Qué os ha parecido?

2 comentarios:

  1. Pues la historia ha molao, tiene pinta de haber sido una batalla muy disputada. Ahora lo interesante será ver el informe sobre las reglas que hayáis implantado para mejorar la 2º edición.

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    1. Esta semana dedicaré una entrada (o varias) al tema...

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