sábado, 14 de mayo de 2011

Los Goblins Nocturnos y las Setas: ¿Fantasía? (2: Laz zetaz mágikaz)


Con un poco de retraso, aquí va la segunda parte del artículo (la primera está AQUÍ). Esta vez voy a hablar de los hongos de poder que toman los chamanes goblin nocturnos (Y que E.G.R. acertó, para mi regocijo). Hay que ver la cantidad de relaciones que se pueden encontrar en el material GW (sobre todo el antiguo) que hace referencia a la cultura psicodélica y a sus vehículos químicos.

Las Zetaz Mágikaz también son recolectadas cuidadosamente con los chamanes goblin nocturnos, pero estas no las comparten con nadie: son de uso exclusivo de los chamanes, que las toman para entrar en trance y comunicarse con sus dioses (ellos lo llaman "entrar en el Gran Verde"). Mediante la ingesta de las Zetaz Mágikaz, los chamanes acceden a un plano superior de consciencia, desde donde pueden ver desde la lejanía, así como predecir el futuro y obtener una gran claridad de pensamiento. Por ello las usan también en batalla, para potenciar sus hechizos. Claro, que laz Zetaz también pueden hacer que todo se descontrole, llevando la mente del chamán por derroteros extraños y provocando catástrofes.

En términos de juego, estos hongos pueden adquirirse para los chamanes goblin nocturnos para potenciar sus hechizos, usándose como dados de energía (en octava edición las reglas han cambiado un poco, y ahora es obligatorio que los chamanes coman una seta con cada hechizo). Por supuesto, tienen efectos adversos que han ido variando a través de las ediciones: cosas como daño, disfunciones mágicas o tablas de problemas ¡Waaaagh!

Del mismo modo que los Hongoz Zombrero Loko no son fantasía, sino que existen en nuestro mundo con el nombre de Amanita Muscaria (de lo que hablé en el primer artículo), las Zetaz Mágikaz existen en nuestro mundo, y han sido utilizadas por chamanes, curanderos y brujos desde hace milenios. Me refiero a los hongos psilocíbicos.


Las culturas nativas americanas tienen un rico historial de consumo de enteógenos, psiquedélicos y alucinógenos, profundamente enraizada en las bases de su cultura, su religión y su civilización. Aún hoy quedan pueblos que continúan estas prácticas, del mismo modo que sus ancestros o de manera sincrética con las nuevas religiones venidas de Europa, desde el océano glacial Ártico hasta el cabo de Hornos. Uno de los más utilizados por las culturas precolombinas son los hongos psilocíbicos.
                 (Psylocybe Semilanceata, los famosos Monguis o Bonguis)

Los hongos de diversas especies de las familias Psylocybe y Stropharia, particularmente las conocidas Psylocybe Cubensis y Psylocybe Semilanceata, contienen de un 0,3 a un 1% de su peso en seco de la triptamina conocida como psilocibina, un psiquedélico y enteógeno, aislado por primera vez en 1958 por Albert Hoffmann (1). Los hongos psilocíbicos llevan consumiéndose ritualmente en la zona de México desde mucho antes de la llegada de los españoles.
                                   (Estructura química de la psilocibina)

A la llegada de los españoles, los aztecas habían otorgado el control de los hongos a los sacerdotes asociados al poder, restringiendo su uso (se consumieron hongos psilocíbicos en la ceremonia de coronación de Moctezuma II), aunque lejos de los núcleos de poder se seguían consumiendo ritualmente, pues los hongos brotan de forma natural y en grandes cantidades después de la lluvia en casi toda la zona. Los hongos eran recolectados por los chamanes y utilizados en sus ceremonias para sanar o para ponerse en contacto con los dioses y los espíritus de los antepasados. Fray Toribio de Benavente, en su Historia de los indios de Nueva España, escribió: “Lo primero que se comía durante la fiesta eran unos honguillos negros a los que llaman teonanacatl, que tienen la virtud de embriagar, de dar alucinaciones y aun de mover a la lujuria. Los comen antes de hacerse de día, y comían también cacao antes de salir la aurora. Comían los honguillos con miel, y cuando por su influjo se sentían enardecidos, se ponían a bailar. Algunos cantaban, otros lloraban porque estaban ebrios. Los había que estaban sin voz; se sentaban como absortos, en la pieza en que se reunían. Unos creían morir y lloraban en su alucinación; otros se veían comidos por una fiera; otros se figuraban que hacían preso a un enemigo en la pelea; éste que sería rico; aquél que tendría muchos esclavos... Pasada la embriaguez platicaban entre sí de sus alucinaciones”.
                                        (Psylocybe Cubensis, mexicanas)

La Inquisición prohibió los hongos psilocíbicos en 1656. De muestra, un comentario de un inquisidor acerca del culto de los hongos: "Para recogerlos, los sacerdotes y viejos, distinguidos como ministros para este engaño, van a las colinas y pasan casi toda la noche dando sermones y rezando supersticiosamente. Al amanecer, cuando empieza a soplar cierta brisa que ellos conocen, salen en su búsqueda, atribuyéndoles divinidad. Cuando se comen o beben, causan intoxicación, privan de sus sentidos a aquellos que los ingieren y les hacen creer mil absurdos.” (2)

El consumo ritual de hongos psilocíbicos ha pervivido en México hasta hoy, normalmente en alguna forma sincrética con el cristianismo. En el estado de Oaxaca, los chinatecas, mixes, chatinos, mixtecas, zapotecas y mazatecas continúan realizando sus ritos con teonanacatl. También los nahuátl de México central, los tarascos de Michoacán y los otomíes de Puebla. Fue Robert Gordon Wasson el primer antropólogo que estudió el uso ritual de los hongos psilocíbicos en Mesoamérica, asistiendo a un ritual con la chamana mazateca María Sabina (3)(4), y comprendiendo el lugar que ocupaban los hongos en la cultura mazateca.
                             (La difunta María Sabina, la Sabia de los Hongos)

En el México actual, los brujos y chamanes que utilizan setas psilocíbicas o semillas de ololihuqui (Turbina Corymbosa) o bado negro (Ipomaea Violacea), ambas con alto contenido en la triptamina LSA , son llamados brujos blancos, y en la cultura de estas tribus son los que curan y ayudan. En contraposición se encuentran los brujos negros, que utilizan toloache (Datura Ferox) o floripondio (Brugamsia Aurea), plantas con alto contenido en atropina y escopolamina, potentes alucinógenos. Estos chamanes son buscados para vengarse o dañar a otros. (5)

La mayoría de las culturas precolombinas tienen un antecedente de consumo de visionarios, ya sea peyote, hongos psilocíbicos, ayahuasca, ska pastora, semillas con LSA, rapés visionarios, tabaco, daturas, coca o muchas otras que no han sido citadas. De hecho, el consumo de estas sustancias suele configurar la visión del mundo de estas tribus, como los jíbaros, que consideran que la realidad cotidiana no es la auténtica, o los huicholes, que recorren grandes distancias en una peregrinación anual al desierto para encontrarse con los espíritus de sus antepasados. Estas creencias se han adaptado a los nuevos tiempos, normalmente fundiéndose en cultos sincréticos con el cristianismo, como la Iglesia Nativa Americana o la Uniao do Vegetal, pero sin perder sus raíces adquiridas por los estados de conciencia alterados proporcionados por plantas y hongos visionarios.
                                 (Cultivo casero de Psylocybe Cubensis)
(1) Hoffmann, Albert. Historia de la LSD. Cómo descubrí el ácido y que pasó después en el mundo.Gadir, 2006

(2) Malpica, Karina. Las drogas tal cual, 1999.

(3) Estrada, Álvaro. Vida de María Sabina: la sabia de los hongos. Siglo XXI, 1997

(4) Wasson, R.Gordon. El hongo maravilloso: Teonanacatl, micolatría en Mesoamérica. McGraw
Hill, New York 1980

(5) Piñeiro, Juan José. El despertar del hongo, La Liebre de Marzo, Barcelona, 1998

1 comentario:

  1. Voya comer alguna zeta de esas a ver si me da subidon magico xDDD gran investigación!

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