domingo, 29 de mayo de 2011

El Árbol de las Sombras Condenadas (Relato clásico)

Este micro-relato (del mismísimo Rick Priestley) apareció en el libro de ejército del Caos de la cuarta edición (el Libro Rojo del Caos), e introduce a un personaje del que se ha hablado mucho y se ha dicho bien poco: Marius Hollester, Hechicero de Tzeentch y autor del infame Liber Maleficus. Esto es sólo un aperitivo; pronto colgaré el relato de lo que sucedió cuando Marius Hollester y Volkmar (el Gran Teogonista) se encontraron...

Ah, cómo me encantan estos relatos antiguos, que destilan Caos por todos lados...

Caminé por la llanura de los huesos bajo el bruñido cielo. Por doquier podían verse los cráneos de los muertos, entre los que crecían flores negras, una retorcida flor por cada alma esclavizada. Mariposas veteadas de color carmesí se alimentaban del rojo néctar del campo y el aire dejaba un regusto sanguinolento en mi boca. Las flores negras asentían con sus cabezas cuando pasaba su lado y susurraban entre el desagradable olor de la brisa. A mis oídos llegó el distante gemido de un demonio, y el sonido de una risa atormentada se alejó de mí, engullida por el silencio.

Y entonces llegué ante el Árbol de las Sombras Condenadas.

De sus ramas colgaban las almas de los vivos, y sus raíces habían sido alimentadas por otras almas vivientes en el pasado. Deformadas por el dolor de su equivocada lealtad, las sombras habían hecho su pacto, y ahora obtenían su recompensa. Estas mismas sombras gemían sus lamentaciones y su agonía, implorando piedad a cada hoja y rama. Todas excepto una, con cuya mirada bizca crucé mi propia mirada. El Árbol de las Sombras Condenadas habló con una voz fragmentada, emitiendo un lamento como si miles de hachas estuvieran talando su interior.

"Por una fe rota y una amarga promesa un hombre anda por los jardines de la sangre. Una vez mis raíces hayan probado su cuerpo mortal, este será mío y yo seré él. Un hombre... un hombre... seré libre en su carne y sus huesos. Mataré por ti, mi señor. Derramaré sangre más allá de toda mesura por todos los campos de batalla. Oh... libérame de este cuerpo de madera para que pueda volver a andar al ritmo de los latidos de mi corazón..."

El Árbol se retorció y sacudió sus oscuras ramas; y yo huí, porque mi destino no estaba junto a los de esas horribles almas atrapadas...

3 comentarios:

  1. Me encanta :)

    Eso es literatura, no la mierda que le venden ahora a los crios.

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  2. Qué recuerdos aquellos tiempos en los que el Caos era caótico e inhumano. Cada vez se parecen más a los malos de los dibujos animados...

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  3. Y que lo digas, el proximo Archaon sera Gargamel.

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